A mediados del siglo XIX se produjo un conflicto militar en Europa que podríamos considerar como el prólogo de lo que posteriormente se conocería como la Primera Guerra Mundial. Se trataba de La Guerra franco-prusiana (1870-1871) en la que se enfrentaron, por un lado, el Segundo Imperio francés comandado por un fatuo Napoleón III y después continuado por la Tercera República francesa, y el Reino de Prusia y una serie de reinos y confederaciones adyacentes dirigidos por el rey Guillermo I y un envalentonado Otto von Bismark que en esos momentos buscaba la unificación del país teutón. En verdad fue una victoria aplastante por parte de Prusia y sus aliados que tuvo como resultado no solo la humillación de los vencidos, es decir de los franceses, sino también la adquisición de las provincias de Alsacia y Lorena además de la creación del gran Imperio Alemán. Como se puede ver esta guerra olvidada fue sin duda el germen de lo que sería la primera gran carnicería años ocurrida posteriormente en donde los franceses se tomarían la revancha en el famoso Tratado de Versalles de 1919. Obsérvese como en la Historia las cosas se no se producen por cierto azar sino que encajan como piezas de puzle sobre el gran tapete de la Humanidad.
Pues bien en aquella contienda, en todo el meollo de aquella Guerra franco-prusiana, se encontraba un soldado que tiempo después sería uno de los mayores novelistas de la literatura francesa: Henry René Guy de Maupassant (1850 – 1893). Se le podría considerar como el alevín de Flaubert y sus escritos destacan por su naturalismo, sencillez y sobre todo por mostrarnos el comportamiento humano. Este escritor y periodista se decantó por la narrativa breve, por el cuento, escribió más de 300 (en mi opinión sus cuentos superan en calidad a sus novelas largas como por ejemplo Bel Ami) y entre ellos destacan títulos que aparecen continuamente en cualquier recopilación, como son El Horla, Bolsa de Sebo, La casa Tellier… Tan magna es su obra que editoriales como Alianza Editorial los han recopilado de continuo en distintas ediciones sobre todo de forma temática. Por ejemplo el libro que les traigo hoy ante ustedes, Bola de Sebo: Cuentos de guerra y de otros desastres, es el resultado de fusionar otros dos: Mademoiselle Fifi y otros cuentos de guerra y Mi tío Jules y otros seres marginales.
La derrota en la guerra, la humillación que vivieron millones de franceses no solo por haber perdido dicho conflicto sino también por la caída moral y el vacío de poder que ocasionó inspiró a muchos escritores como Zola o al autor del que hablamos en este momento para escribir estos cuentos inspirados no solo en la guerra franco-prusiana sino también en los territorios coloniales. Más o menos Maupassant tardó unos cuatro años en redactarlos y destacan por su antimilitarismo que no por un antipatriotismo de nuevo cuño como si mostraron otros escritores de la época desencantados por lo que había ocurrido. Maupassant había vivido en persona las penalidades del combate, había pasado por pueblos ardiendo, por trincheras llenas de sangre y por la locura de los mandos de combate. Igualmente había presenciado la invasión de parte de Normandía y seguramente había escuchado relatos que le posteriormente le inspiraron esta obra. En Bola de Sebo: Cuentos de guerra y de otros desastres las historias que nos muestra son esencialmente relatos de retaguardia, es decir, que a pesar de haber en algunos algunas pinceladas bélicas como pueden ser la retirada desesperada de las tropas francesas de Ruan, alguna que otra acción militar alejada del frente poco más se va a encontrar. En sí, la brillantez, sencillez y profundidad de observación referida al sentimiento humano me ha recordado continuamente a otra gran obra maestra de la literatura: A sangre y fuego de Manuel Chaves Nogales. Guy de Maupassant, como ya les he mencionado, nos muestra un rosario de situaciones excepcionales ocurridos en la retaguardia, en los pueblos arruinados por la invasión alemana, en el París sitiado, en lo más profundo de algún desierto de África o en el comportamiento de las personas tras la derrotada gala. En estos cuentos hay de todo, la locura que provoca la guerra, la violencia, la absurdez y la valentía en algunas situaciones, el sexo como consecuencia de la ausencia de ley, la hipocresía de los orondos burgueses y la desesperación de los campesinos que ven como sus viviendas son ocupadas por los victoriosos soldados prusianos, la arbitrariedad de los mandos, los republicanos de opereta, e incluso a veces aparecen escenas chuscas que hasta rozan el humor. Y en todas ellas los héroes son personas anónimas, soldados que parecen obligados a luchar sabiendo que tienen familia allá ya sea en Francia o Alemania, y todo ello sin emitir ningún juicio de valor, tan en boga en la literatura de la época, sino solo mostrándonos a seres humanos en momentos especiales provocados por la guerra.
No solo estos cuentos de guerra sino casi todos los cuentos de Maupassant se han editado y reeditado continuamente a lo largos de los siglos teniendo mucha influencia en escritores y tendencias literarias y cinematográficas posteriores. Un ejemplo de ello es el cuento más largo que aparece en esta edición que les presento y que da título al libro: Bola de Sebo. Parece ser que cuando se realizó el guión de la película La Diligencia (John Ford, 1939) se utilizó para su confección no solo un relato del oeste de Ernest Haycox titulado Stage to Lordsburg, sino también las peripecias que ocurren en Bola de Sebo donde un grupo de personas embarcadas en una diligencia huyen, esta vez no de indios por Monument Valley, sino del ejercito prusiano camino de El Havre. Como se puede ver la belleza de los relatos de Maupassant sigue recorriendo siglo tras siglo las mentes de escritores y lectores que aprecian la verdadera literatura con mayúsculas.
Guy de Maupassant, Bola de Sebo: Cuentos de guerra y de otros desastres (Traducción de Esther Benítez) Madrid, Alianza Editorial, 2022, 456 páginas.
También podéis leer mi reseña en la página de Hislibris: https://www.hislibris.com/bola-de-sebo-cuentos-de-guerra-y-otros-desastres-guy-de-maupassant/