Tras las victorias
iniciales del ejército alemán en la llamada Operación Barbarroja, es decir la
invasión de Rusia en 1941, éstas quedaron estancadas en cuanto llegaron las
primeras nieves del invierno. El soldado alemán pasó de sentirse invencible a
pasar hambre y a congelarse en mitad de la estepa rusa, por lo que el ánimo y
la desazón comenzaron a minar la moral de éstos. Los generales y altos mandos
viendo la actitud derrotista que asolaba a sus tropas emitieron una serie de
ordenanzas para evitar que cuando regresaran a Alemania en algún permiso
difundieran imágenes de terror y miedo entre la población. La misiva rezaba
así:
“Usted está bajo
el fuero militar, y está todavía sujeto a sanciones. No hable de armas, ni de
tácticas, o bajas. No hable de las raciones malas o de las injusticias. El
servicio de inteligencia del enemigo está listo para explotar esto.”
Pero como una de
las cosas que no había perdido el soldado alemán en el del frente del Este era
el humor, como contrapartida, un grupo de soldados redactaron su propia versión
titulada Notas para los que salen de
permiso. Dice lo siguiente:
“Debe usted
recordar que está entrando en un país nacionalsocialista cuyas condiciones de
vida son muy diferentes a las que se ha acostumbrado. Debe ser diplomático con
los habitantes, adaptándose a sus costumbres, y evitar los hábitos que tanto le
han llegado a gustar.
La comida: no destruya el parqué ni
suelos de otro tipo, porque las patatas se guardan en un lugar muy diferente.
El toque de queda: si usted se olvida
de la llave, trate de abrir la puerta con un ojeto de forma redonda. Solo en
casos de extrema urgencia use una granada.
La defensa contra los partisanos: no es
necesario pedirles a los civiles la contraseña ni abrir fuego al recibir una
repuesta inexacta.
La defensa contra los animales: los
perros con minas atadas al cuerpo son un rasgo típico de la Union Soviética.
Los perros alemanes en el peor de los casos muerden, pero no explosionan.
Dispararle a cada perro que usted vea, aunque es recomendable en la Unión
Soviética, podría causar una mala impresión.
Relaciones con
la población civil: en Alemania el hecho de que alguien lleve ropa de mujer no
significa que ella sea un partisano. Pero pese a esto, son peligrosas para todo
el que esté de licencia del frente.
Nota General: cuando esté de licencia
en Alemania tenga cuidado de no hablar de la existencia paradisíaca en la Unión
Sovietica, no sea que todo el mundo quiera venir y malograr nuestra idílica
comodidad.”
Fuente: Stalingrado, de Anthony Beevor