Como bien
sabemos los espartanos eran personas con unas costumbres muy duras y austeras,
e incluso también muy frugales en lo concerniente a su dieta diaria. Un ejemplo
de ello era su comida favorita: el famoso caldo negro. Normalmente los
espartanos se reunían todos juntos para comer (sisitia) y consumían una sopa de color oscuro que se cree estaba compuesta
por carne de cerdo, vísceras, vino, sal, hierbas aromáticas, y por encima de
todo sangre del mismo animal, que al cocerse se coagulaba dando al guiso ese
color tan negro. En verdad debía saber horrible, y prueba de ello son los
testimonios que dejaron algunas personas de la antigüedad. Por ejemplo un
ciudadano de Sibaris dijo que era normal que los espartanos estuvieran
dispuestos a morir en el campo de batalla después de haber ingerido tal mejunje.
E incluso se sabe que una vez un rey del Ponto tuvo curiosidad por probar esa
sopa y para ello contrató a un cocinero espartano para que se la cocinara. Después
de probarla casi estuvo a punto de vomitar y tras preguntarle por qué sabía tan
mal éste le respondió que solo las personas que se habían bañado en el Eurotas
(rio que pasa por Esparta) podían apreciar su sabor.