viernes, 14 de diciembre de 2018

EL SECRETO DE LA TUMBA DE GENGIS KAN


La tumba del emperador mongol Gengis Kan (1162 – 1227) es uno de los grandes misterios que quedan de la Historia Universal. Son muchos los dirigentes, como por ejemplo Alejandro Magno, Alarico o Atila entre otros, los que, queriendo o sin querer, consiguieron mantener el secreto de su última morada bien por miedo a que fuera profanada o bien para seguir aumentando su leyenda. Éste el caso del personaje que nos ocupa. Gengis Kan murió el 18 de Agosto de 1227 mientras sitiaba la ciudad de Yinchian (China) cuando fue alcanzado por una flecha y derribado de su caballo. Otros historiadores en cambio opinan que el mítico emperador murió simplemente de unas fiebres producidas por las miasmas provenientes de la ciudad. Sea una cosa u otra, Gengis Kan previendo que le quedaban pocas horas de vida, ordenó que su muerte no fuera comunicada todavía a sus soldados hasta que hubieran obtenido la victoria y que tras ésta sus restos fueran llevados hasta la montaña de Burkan Kaldún situada en Mongolia.

Fue su hijo Tolui quien se encargó del cortejo fúnebre y siguiendo órdenes precisas, con el fin de mantener en secreto la ubicación de la tumba, hizo que los soldados mataran a la gente que saliera al paso de la comitiva. No debían quedar testigos de la dirección que tomaba el cortejo. Incluso esos mismos soldados fueron aniquilados nada más llegar junto con la persona que construyó el mausoleo y los asistentes al entierro. Es en este punto donde entra la leyenda pues se dice que para difuminar cualquier vestigio de la tumba más de tres mil caballos estuvieron pisoteando con furia el suelo durante tres días además de colocarse una guardia de mil soldados que debían estar de guardia hasta que volvieran a crecer los arboles del bosque que había sido talado al depositar la sepultura (me imagino que aquellos mil soldados se tendrían posteriormente que suicidar para que el secreto se mantuviera intacto, sino la cadena de muertes sería eterna).

La ubicación de la tumba todavía hoy es un misterio. Los propios mongoles se toman el tema como un tabú, ya que consideran que buscar el enterramiento de su gran líder es una falta de respeto. Además en poco ha ayudado que Mongolia estuviera durante muchos años bajo la órbita de la URSS quienes no concedían permisos para realizar excavaciones arqueológicas en aquella zona, aumentando por tanto el misterio de la última morada de Gengis Kan.