lunes, 7 de abril de 2014

EL BAILE DE LOS PIGMEOS



Uno de los aspectos de la vida que más apreciaban los egipcios era la danza. Existía una gran variedad de bailes tanto en las fiestas religiosas como en los meros divertimentos del día a día. Éstos podían ser interpretados por egipcios libres y por esclavos o mercenarios traídos desde Oriente, la India o desde las mismísimas profundidades del África negra. De allí, precisamente, era de donde los aventureros y comerciantes egipcios traían esclavos, como por ejemplo los pigmeos que eran muy apreciados dentro de la corte faraónica. Allí, eran utilizados como sirvientes o meros bufones cómico-grotescos. Al faraón de turno le encantaba hacerlos danzar pues se había demostrado que eran excelentes bailarines ya que con sus volteretas y movimientos rápidos hacían disfrutar a todos los presentes. Incluso en la actualidad los arqueólogos han encontrado un pequeño juguete articulado en una cámara mortuoria cerca del Cairo, perteneciente a la Dinastía XII, que consta de tres pigmeos bailarines y uno que los acompaña tocando las palmas.