“Muchos
años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía
había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el
hielo”.
(Cien Años de Soledad –
Gabriel García Márquez)
La lengua como
ser vivo. La lengua española como vehículo entre naciones. He ahí el motivo por
el que es el segundo idioma más hablado en el planeta tierra. No solo como
forma de comunicación entre personas sino también como modo de expresión artística
y literaria. Con el Descubrimiento de América en 1492 el español pasó a
adentrarse en las extensas tierras del continente americano que con el tiempo,
tras desplazar poco a poco a las lenguas indígenas, pasó a convertirse en el
idioma oficial de los futuros países hispanoamericanos. Los conquistadores no
solo trajeron hierro y fuego, también portaban en sus alforjas la literatura
española que pasaría con el devenir de los siglos a configurar una nueva,
propia, tan rica y espectacular como la que había venido allende los mares. La
denominada literatura hispanoamericana, suele impartirse en los centros de
estudios españoles como simple complemento de la nacional, lo que lleva
aparejado que los estudiantes al terminar su etapa lectiva desconozcan la gran
maravilla de este tipo de literatura. Así pues les invito a empaparse de ella
con el libro La literatura
hispanoamericana en 100 preguntas, escrito por el filólogo Enrique Ortiz
Aguirre y editado por Nowtilus en 2017.
A través de una
inteligente senda de preguntas y respuestas el autor de este ensayo recorre la
historia de la literatura hispanoamericana no desde su independencia en el
siglo XIX, sino que establece unas bases de ella empezando por las letras indígenas
pasando a continuación por la literatura que se hacía durante de colonización
española como por ejemplo la realizada por los cronistas oriundos ya de las
tierras continentales como por ejemplo el Inca Garcilaso de la Vega o la bella
y encendida poesía barroca de Sor Juana Inés de la Cruz. Tras pasar la época
neoclásica, al igual que la vivida en Europa, Hispanoamérica también entra de
lleno en el romanticismo en el que se rompe con las medidas literarias
anteriores y ya poco a poco las letras se van enriqueciendo con esas formas de
evasión utópicas tan comunes en la literatura europea. Destacan autores como
Esteban Echevarría o Jorge Isaac. Aunque tampoco nos hemos de olvidar que
aunque este romanticismo nos aleje de la realidad también se cultivó un tipo de
escritura en la que se quiere recuperar lo autóctono y puro. Es decir la tierra
madre. He aquí la literatura gauchesca con el Martín Fierro de José Hernández a
la cabeza.
El puente entre
el siglo XIX y el XX está influenciado, por un lado, por la literatura realista
en la que los autores sudamericanos están influidos por realistas europeos como
Flaubert o Dickens; mientras que por otro lado, ya pisando el XX, nos
encontramos toda una riqueza expresiva expuesta en el Modernismo de Rubén Darío
y su bella poesía llena de luz y delicados matices, o la prosa de Alejo
Carpentier. Y finalmente asistimos a las vanguardias en donde los escritores
latinos crean su propio estilo en cualquiera de los géneros, lo que servirá de
enlace con la gran manifestación literaria del siglo XX: el denominado boom. Aquí autores como García Márquez, Cortázar,
Borges, o Carlos Fuentes entre otros tantos, nos muestran el verdadero realismo
mágico o como lo irreal se puede introducir en la vida cotidiana. Un movimiento
estilístico que a partir de los 60 del siglo pasado hizo evolucionar tanto a la
literatura hispanoamericana que ha hecho que tenga una voz propia entre todas
las que existen en el mundo.
Gracias a este
trabajo de Enrique Ortiz Aguirre, La
literatura hispanoamericana en 100 preguntas, descubriremos además de los
autores anteriormente mencionados a un sinfín de otros más que han embellecido
las letras españolas desde hace siglos, y como han influido no solo en los
escritores sino en muchas de las disciplinas artísticas que existen, desde el
cine, la pintura, el arte… Distinguiremos épocas, estilos, y distintos tipos de
pensamiento de forma amena y sugerente, didáctica y entretenida y es por eso que
les recomiendo que se hagan con un ejempla de este libro para que nada más
terminar su lectura se arrojen a cualquier libro de literatura Hispanoamericana
y disfruten de su belleza y agudeza sin par.