lunes, 15 de julio de 2024

COMANDOS Y FUERZAS ESPECIALES EN LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL - Iván Giménez Chueca

 

Nunca tantos debieron tanto a  tan pocos (Winston Churchill)

Ahora parece un género cinematográfico en horas bajas, pero cuando era pequeño me encantaba ver películas clásicas de comandos. En el cine clásico surgido tras la Segunda Guerra Mundial (1939 – 1945) fueron muchas las películas que encandilaron mi niñez como Los cañones de Navarone, Objetivo Birmania, Ha llegado el águila, Los doce del patíbulo, El desafío de las águilas, entre otras… y aunque ya no se hacen tantas como antes (recuerdo a vuelapluma títulos recientes como Malditos Bastardos o la serie Los hombres del S.A.S), lo que sí recuerdo era sentarme en la silla del salón, o en el frio suelo frente al televisor en verano, y asombrarme con las aventuras de aquellos grupos de soldados que equipados con un macuto lleno de valentía, idealismo y loca aventura, desafiaban ejércitos enteros tras las líneas enemigas, saboteando instalaciones esenciales o secuestrando o eliminando a generales que estaban encerrados en castillos inexpugnables de corte gótico. Pues bien, aquellos recuerdos de cuando solo había dos canales y era de lo más normal que se emitiera cine clásico, los he vuelto a revivir con el libro que les presento ahora mismo: Comandos y fuerzas especiales en la Segunda Guerra Mundial, escrito por Iván Giménez Chueca (Nowtilus, 2024)

Nuestro autor nos lleva directamente a la Segunda Guerra Mundial, a un mundo donde la contienda era total, en tierra, cielo y mar, y donde ya no había ejércitos que se dispararan en línea en un lugar en concreto de forma ordenada sino, al revés, donde cualquier lugar era un campo de batalla, sin distinción alguna. Nadie estaba a salvo de morir. Y es en esa guerra donde los contendientes en liza deciden introducir un tipo de unidades o grupos pequeños tras las líneas enemigas con el fin de sabotear las instalaciones principales de abastecimientos, rescatar soldados, eliminar generales o incluso asaltar fortalezas y fortines donde el enemigo podía haber escondido el mapa de la siguiente ofensiva. A estas unidades especiales se les conocía como comandos que, respondiendo a la urgencia existente, fueron creadas en ese momento por los británicos ad hoc a partir de 1940 al ver las apabullantes victorias del Tercer Reich por Europa tomando como modelo las ágiles, flexibles y especializadas unidades de combate surgidas durante la Segunda Guerra Boer (1899-1902), los kommandos, y que tantos quebraderos de cabeza dieron  entonces al Imperio Británico. Curiosamente fueron estos últimos los que relanzaron este tipo de guerreros dándoles un rol especial y, debido a dicha movilidad relámpago, poder ser enviadas a cualquier parte del escenario bélico mundial y guerrear adaptándose a distintos entornos medioambientales.

Como podemos ver los comandos se especializaron en golpes de mano, rápidos y letales, aunque hay que señalar que muchas de estas unidades también fueron utilizadas en algunas ocasiones en primera línea, si así eran necesario, y luchar codo con codo junto a sus camaradas del ejercito ya que esto les daba un plus de animosidad en los momentos más duros del combate. La idea de demostrar que el enemigo no era invencible fue pensado por Winston Churchill ya que publicitar las victorias de estas unidades especiales, de la misma manera, hacia subir la moral de la población que en esos momentos necesitaba cualquier buena noticia para soportar los sacrificios de la guerra, el hambre o los bombardeos. Equipados con armas ligeras, equipamiento necesario para el sabotaje, hasta disfraces si era necesario, los comandos podían dar golpes de mano ya fuera en Europa, las ardientes arenas africanas o las tórridas junglas del Pacifico, y unidades como los Rangers, El Servicio Aéreo Especial (S.A.S), entre otras por parte de los Aliados, o las unidades Brandeburguesas o también la Friedentahl alemana, los hombres torpedos italianos, verdadera pesadilla de la Real Armada Británica en el Mediterráneo o la Tesihin Shudan japonesa, entre otras por parte de las armas del Eje empezaron a ser conocidas mundialmente inspirando tanto respeto como temor por parte del enemigo.

La historia de estos y otros comandos, su periplo, como se formaron y las increíbles hazañas que realizaron son contadas de manera detallada y  apasionante en el libro de Iván Giménez Chueca Comandos y fuerzas especiales en la Segunda Guerra Mundial. A través de sus páginas haremos un viaje por el mapa bélico de aquellos años y nos asombraremos con los golpes de mano y alto sacrificio que estas unidades realizaron en Europa, África o soportando las duras condiciones existentes en las islas del Pacifico o las junglas de Birmania y que solo hombres bregados y entregados en el combate podían realizar. Y de la misma manera también daremos valor a los actos que estos soldados realizaron ya que sin ellos no hubieran sido posibles aspectos y victorias importantes en el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial. Una acción en la sombra que muchas veces no fue reconocida e incluso olvidada pero que gracias al libro que humildemente les reseño podrán reconocer y valorar en su justa medida.

Iván Giménez Chueca, Comandos y fuerzas especiales en la Segunda Guerra Mundial. Madrid, Nowtilus, 2024, 324 páginas.