Alguien lo tenía que hacer, no se podía consentir tamaña ignominia. Lo de Madrid, aquel glorioso 2 de Mayo de 1808, fue la gota que colmó el vaso. Ante la impunidad de las grandes élites y la anuencia de la gran mayoría de los altos oficiales, los franceses habían cortado de raíz el alzamiento madrileño ahogándolo en sangre. Pero esta llama no había sido apagada sino que pasados los días fue convirtiéndose en un auténtico incendio que inflamó las voluntades y conciencias de gran parte de los españoles. La tropa de ingenieros de Alcalá de Henares, queriendo salvar su honra, fueron los primeros en alzarse contra el enemigo (23 de Mayo de 1808) dos días antes que en Asturias que fue el 25.
Formando un batallón de 600 a 700 hombres con oficiales competentes y banderas al frente portaron la Caja del Cuerpo que contenía alrededor medio millón de reales con dirección a Valencia en donde les acogieron con gritos de júbilo por haber tenido la valentía de alzarse frente a los franceses y por haber desoído los gritos de amenazas de Murat para que volvieran a Alcalá de Henares. En 1816 se condecoró esta hazaña y se creó un escudo distintivo para conmemorar este hecho tan patriótico.