Se suele
utilizar esta expresión cuando se dice que una persona, sin ningún complejo,
hace una falsa promesa a sabiendas de que nunca la va a poder cumplir. Pero también
es bueno saber que dicha frase, hacer un brindis al sol, proviene del
mundo taurino. Para quienes no lo sepan las entradas a una corrida de toros no
cuestan igual dependiendo si se elige la zona de sol o de sombra. La más barata
es la de sol a la cual el torero, cuando va a hacer una faena, suele brindar el
toro. Lo hace de esta manera ya que normalmente la gente que ocupa esta zona tiene
menos poder adquisitivo y son menos exigentes con las filigranas que hace el
torero. Mientras que las personas que ocupan los asientos de sombra son gente más
entendida y abuchean al torero en cuanto se equivoca a la mínima. Así pues
éste, sabiendo la diferencia que hay entre ambos asientos, cuando tiene que brindar
un toro difícil, prefiere hacerlo a la zona de sol ya que éstos son más permisivos
con los posibles fallos que pudiera tener.
jueves, 26 de diciembre de 2019
sábado, 21 de diciembre de 2019
BIBLIAS QUE SALVAN VIDAS
Los cristianos
consideran que la lectura y consejo de su libro sagrado, La Biblia, salvará su
alma y les permitirá acceder, siguiendo sus enseñanzas, al Paraíso. Incluso a
veces han considerado que el mismo libro pero en formato físico también les
salvará en medio de una contienda bélica, como por ejemplo ocurrió durante la
Primera Guerra Mundial (1914 – 1918). En aquellos años se difundió la leyenda
de que muchos soldados consiguieron salvar su vida en el campo de batalla
porque portaban una biblia de bolsillo cerca de su corazón y que los disparos
enemigos se estrellaban allí sin conseguir atravesar sus santas páginas. Fuera
o no verdad, este chisme corría de boca en boca por lo que cientos de madres
enviaban de continuo biblias de bolsillo a sus hijos con el fin de que
volvieran vivos por intercesión divina. Hay que imaginarse que los fabricantes
de biblias de bolsillo ganarían una buena cantidad de dinero. Pero la verdad
era muy distinta ya que solamente, durante toda la contienda, se
conocieron dos casos de personas que se salvaran porque una bala se detuviera
en una biblia alojada cerca del corazón.
sábado, 14 de diciembre de 2019
BREVE HISTORIA DE LAS BATALLAS NAVALES DE LAS FRAGATAS - Víctor San Juan
Según la DRAE
una fragata es esencialmente un “Buque de
guerra para
misiones de
patrulla y
escolta dotado
con armas
antisubmarinas, antiaéreas
y de
superficie”, y asimismo “un buque que
tenía tres palos,
con cofas y
vergas en
todos ellos”. En
verdad esta definición es acertada ya que a diferencia de otro tipo de barcos
de guerra como los cruceros o portaviones, en un principio, una fragata es un
buque menor que en esencia fue fabricado, debido a su rapidez, para acompañar a
las galeras y flanquearlas con la intención de defenderlas de enemigos potencialmente
peligrosos. Éste tipo de embarcaciones, de las que incluso tenemos dudas con su
etimología (se cree que viene del italiano fregata)
se tratarían por tanto de unidades secundarias que servían, además de lo ya
mencionado, para explorar o ir por delante de los grandes barcos e incluso como
mensajeros para transportar valiosas mercancías en tiempos de guerra o cercos a
puertos. Y todo ello gracias a ser buques ligeros y rápidos como gaviotas en el
mar, de una sola cubierta pero que debido a que portaban poco armamento eran fáciles
de abatir por los enormes cruceros. Aun así a pesar de su supuesta fragilidad,
la historia de las fragatas desde el siglo XVI hasta la actualidad, pasando por
las guerras mundiales, es muy interesante y vale la pena que la conozcan todos
aquellos que deseen adentrarse en el proceloso mar de las gestas marinas. Por
ello les presento el libro: Breve
Historia de las batallas navales de las fragatas, escrito por el navegante Víctor
San Juan, y editado por Nowtilus en 2019.
Si en libros
anteriores el mismo autor nos hablaba acerca de los cruceros y su enorme
potencial armamentístico, hoy pasamos de aquellos titanes del océano al rápido
Hermes de los mares. Podríamos distinguir dos tipos de fragatas: las de a vela
y las de a motor. Las primeras surgen a partir de los siglos XVI y XVII y casi
desaparecen a mediados del siglo XIX, pero que volvieron a surgir durante la
Segunda Guerra Mundial sobre todo por ser armas muy precisas para contrarrestar
los ataques de los submarinos. Llama la atención que desde su nacimiento
humilde hoy en día las fragatas se hayan convertido en el buque insignia de las
armadas de los países pues según el número de fragatas que se tenga más
poderosa es esta armada. Las fragatas nacieron en un principio como barcos de
navegación a corso, casi piratesco, y posteriormente sirvieron, como ya he
mencionado antes, como buques de escolta o patrulla. Todo ello evolucionó con
la entrada del vapor y su importancia como buque de guerra rápido y efectivo,
aunque limitado en muchos casos debido a su ausencia de armamento. El libro que
tenemos entre manos recorre la historia completa de las fragatas no solo hablándonos
de sus limitadas funciones de acompañamiento sino también de las feroces
batallas en las que participó. En total una treintena, muchas de ellas
desconocidas al gran público, y que nos da un excelente ejemplo de lo versátiles
que han sido y de lo importancia que han tenido en la historia y evolución de
la guerra marítima.
Breve historia de las batallas navales de
las fragatas, de Víctor San Juan es un ensayo sobre este tipo de buques que
al igual que éstos se lee de manera ágil y apasionante y que nos enseña su evolución
a través de los siglos y como se convirtieron de pequeños barcos que picaban y huían
cual abejas, en importantes barcos de guerra sin los que actualmente los países
no pueden prescindir. Un libro muy interesante que en verdad sería interesante
le echaran en un vistazo a través de su catalejo.
lunes, 9 de diciembre de 2019
PROHIBIDO TROCEAR CUERPOS HUMANOS
Hubo un tiempo en
que la Iglesia prohibía diseccionar cuerpos humanos. Los artistas y futuros
médicos, muchas veces en connivencia con sepultureros o religiosos que no
hacían ascos a aceptar unas monedas a cambio, permitían a los primeros realizar
estas operaciones en el más absoluto secreto, a la débil luz de unas pobres
velas y siempre con miedo a ser sorprendidos y ajusticiados a continuación. Fue
el papa Bonifacio VIII (1235 – 1303) quien en 1300 decretó que estaba prohibido
diseccionar, cortar o hervir trozos de un cuerpo bajo pena de ser excomulgados
y ahorcados si se era reincidente en el delito. Según parece esta era una
costumbre muy seguida por los cruzados quienes para transportar a uno de sus
compañeros caídos en combate procedían a despedazarlo y hervirlo en una gran
tinaja para que al final solo quedaran los huesos y así poder transportarlos de
manera más sencilla para entregárselos a sus familiares y darles una sepultura
digna. A la Iglesia nunca le gustó esta práctica por lo que emitió dicho
decreto el cual, después, se malinterpretó y se extendió a cualquier disección
que se realizara con fines anatómicos.
domingo, 8 de diciembre de 2019
EL TIEMPO NO TUVO LA CULPA
Ni por dejadez
ni por olvido, sino por la guerra y la sinrazón humana el monumento griego del
Partenón se encuentra hoy en el estado que todos conocemos. El templo
consagrado a Atenea Partenos fue construido en la parte más alta de la acrópolis
ateniense entre el 448 al 432 a. C por los arquitectos Ictinos, Calícrates y
Fidias y hasta el siglo VI d. C mantuvo su función original cuando los
cristianos la consagraron como una iglesia. Años después en 1456, en cambio, fueron
los otomanos quienes reconvirtieron el templo griego en una mezquita a la que
se le añadió al lado un minarete para que los creyentes fueran llamados a la
oración. Pero las guerras de religión que mantuvieron austriacos, polacos,
rusos y venecianos contra los otomanos entre 1683 y 1699 cambiaron por completo
la fisonomía del Partenón. Los venecianos, tras la conquista de Mórea,
quisieron ocupar Atenas y rodearon el monumento griego que por aquel tiempo
había sido reconvertido en un polvorín por los otomanos. Éstos se creían a
salvo dentro del complejo arquitectónico porque pensaban que quién iba a
disparar contra uno de los monumentos más importantes del mundo. Pero se
equivocaron porque fueron los venecianos quienes el 26 de Septiembre de 1686
bombardearon el lugar provocando que el Partenón volara en pedazos. Obviamente
el templo quedó hecho pedazos y por ello siglos después, en 1806, Thomas Bruce,
conde de Elgin, viendo el estado en que se encontraba el lugar quiso adquirir
las esculturas y mármoles supervivientes y llevárselos a Inglaterra en donde
hoy día todavía pueden ser admirados en el Museo Británico de Londres.
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