La función de
tocar a rebato se usa cuando se avisa a la población de un pueblo o de una
ciudad, generalmente al toque de unas campanas, porque se está produciendo
alguna desgracia como un ataque enemigo, un incendio, un terremoto, entre otras
cosas. El origen de esta expresión proviene de la Edad Media cuando los árabes hacían
razias y los habitantes de los pueblos, avisados de este hecho, hacían sonar
las campanas de la iglesia para que la gente huyera al campo o se prestara a la
defensa de sus casas. Procede de la palabra árabe ribat (ataque contra infieles) y pronto fue adaptados por los
cristianos como termino que equivale defenderse de un peligro.
jueves, 30 de abril de 2020
miércoles, 29 de abril de 2020
EL DUENDE CRITICÓN
José Patiño
(1666 – 1635) fue uno de los grandes ministros de confianza del rey Felipe V.
Fue uno de los mejores políticos de su tiempo, intendente
general de la Armada, secretario de Marina e Indias, y también de Guerra y de
Hacienda. Emprendió numerosas reformas y solucionó muchos de los
problemas que tenía el rey dentro de la Corte. Y por eso mismo, por intentar
poner orden dentro fue por lo que los cortesanos lo tacharon de usurpador y
conspirador. Ocurrió por aquellos años, precisamente en 1735, cuando aparecieron
en lugares estratégicos de la Villa de Madrid papeles impresos en los que se
criticaba de forma irónica y dura la acción de algunos principales personajes del
momento. En una de estas hojas manuscritas se podía leer lo siguiente: “Yo soy
en la Corte / un crítico duende. / Tendrán mi visita / segura los jueves /
aunque se opusieran / los siete durmientes”.
Y así fue. Todos los jueves aparecían noticias del Duende de
Madrid no solo en iglesias, jardines, plazas y zonas concurridas, sino que
incluso dejó sus noticias en la propia alcoba de la reina, en el despacho de Patiño
e incluso en la mesa del Presidente del Consejo, el cardenal Molina. Y aunque estas
proclamas se retiraban de manera inmediata muchos ya creían que era un
verdadero duende quien las ponía porque tenía la habilidad de dejar sus hojas
manuscritas en lugares en los que casi era imposible de acceder. Tanto era el
asombro de villanos y cortesanos que incluso al año siguiente, al morirse José
Patiño, se creyó de verdad que era obra del mismísimo Duende de Madrid. Pero todas
estas elucubraciones cesaron pronto porque al poco tiempo el famoso duende fue
cazado en Talavera. Se trataba de un carmelita descalzo, Fray Manuel de San
José, el cual pertenecía a una ilustre familia portuguesa y era, además, un acérrimo
simpatizante de la causa austriaca en la Guerra de Sucesión. Por su condición
de religioso fue encerrado en el Monasterio de san Hermenegildo pero al poco
consiguió escaparse de manera magistral dejando cerrada la puerta de su celda.
Huyó a Portugal y a la muerte de Felipe V volvió a España, aunque ya no para
criticar.
Como curiosidad señalar que los manuscritos del Duende de
Madrid no se perdieron en el tiempo pues se hayan celosamente guardados en la
Hemeroteca Municipal de Madrid.
sábado, 25 de abril de 2020
REINAS DE ESPAÑA – María José Rubio
El hombre reina y la mujer gobierna (Ponson
du Terrail )
Existe un dicho, una frase hecha que ha pasado a través de la Historia y
que se ha confirmado continuamente: Detrás de cada hombre hay una gran mujer.
En este caso podemos decir que detrás de cada rey ha habido una gran reina. En
España, este dicho, adquiere además a partir del siglo XVIII una nueva variante
pues ya no nos encontramos con una serie de princesas y reinas consortes que o
solo sirven como moneda de cambio entre estados e intereses o como leves
sombras de aquiescencia situadas detrás de principales reyes. A partir del
siglo XVIII las reinas de España son de otra pasta, más decididas y más
involucradas en el negocio de reinar la Península Ibérica. Llegando incluso a
tener una voz propia como reinas en solitario junto a débiles reyes consortes.
El mundo borbónico les dio una nueva vida a estas grandes mujeres cortando las
opresivas cuerdas de títere con que las anteriores dinastías reinantes les habían
maniatado.
Ser reina en España no ha sido plato de gusto durante cientos de años. No
era fácil ser mujer en un país en que los gobernantes casi siempre han sido
reyes de extensos territorios llegando a ser queridos u odiados por sus súbditos.
“Hubiera preferido ser monja en Estiria,
que ser reina de España” Margarita de Austria, reina de España (1584-1611)”
El elemento femenino quedaba como algo raro. Como algo que estaba siempre
detrás de la púrpura del rey. O como buena educadora de futuros líderes o como
pilar espiritual del amado rey frente a las crisis del momento. Y cuando han
tenido un papel más importante en la jefatura de Estado español siempre han sentido
el hándicap por un lado de la oposición política y por otro lado las continuas
amarguras e infidelidades de reyes o príncipes de labia fácil, bolsillos rotos
y malas cabezas. Es como si el destino hasta la llegada de la dinastía de los
Borbones le hubiera adjudicado el papel de criadoras a la sombra. Pero en este
punto les llegó el momento de dar un paso adelante, tomar las riendas de su
destino y decir que ellas valían, que ellas tenían el poder, y que ellas podían
a lo mejor no gobernar con pleno derecho y en solitario, pero que sí tener un
rol más principal junto a su marido y rey.
La autora que nos devuelve los retratos de estas grandes reinas desde el
siglo XVIII hasta el presente es la eminente escritora María José Rubio
(Madrid, 1965), con su libro editado por
la Esfera de los Libros Reinas de España.
Es licenciada en Geografía e Historia. Sus estudios como historiadora y sus
aficiones culturales, a parte de los exclusivamente biográficos, también se han
centrado en el mundo del arte y la historia social en España. Ha colaborado en
multitud de publicaciones, artículos, catálogos de exposiciones, ha participado
igualmente como guionista en algunas series culturales de televisión y en
programas radiofónicos de gran audiencia. En 1993 ha recibido el Premio
Campomanes, otorgado por la Real Sociedad Económica Matritense por su
investigación sobre Historia de Madrid. A parte del libro del que en estos
momentos les estoy hablando también es autora de La
Chata. La infanta Isabel de Borbón y la Corona de España (2003) y en 2010 de otro apasionante libro repaso de otras
mujeres reinantes en la península, Reinas de España, Las Austrias,
creando de esta manera un gran fresco esencial para conocer la historia de
ambas casas reales en nuestra historia. Recientemente ha colaborado con la Real Academia de la Historia en su
monumental Diccionario biográfico español.
Como se podrá observar la autora es ideal para
ofrecernos el gran carrusel de nombres propios de soberanas en España. La labor
de investigación que ha tenido que hacer María José Rubio es soberbia. En este
libro en concreto, nos habla de la nueva dinastía de los Borbones en la península
y de su impacto en los españoles, acostumbrados a ser tratados por la mano
firme de los Austrias. Nos describe a unas mujeres que tuvieron que asumir distintos roles a través
de los siglos. Algunas fueron meramente consortes y princesas de Asturias, más
acostumbras a la comodidad del oro y la púrpura. En cambio aparecen otras, como
si quisieran contestar a las anteriores, como mujeres gobernantes más bravas y
decididas, al estilo de Isabel de Farnesio, María Luisa de Parma, Isabel II o Sofía
de Grecia. Mujeres que asombraron a sus coetáneos, acostumbrados a féminas más
volubles y fáciles de manejar. Mujeres que tuvieron que tomar las riendas de la
corona como regentes y afrontar los adversos vientos del destino, al igual que
las carismáticas María Cristina de Nápoles o la sin par María Cristina de
Austria madre de Isabel II y Alfonso XIII. Todo un mundo de rostros que
demuestran no solo su lado más político sino también el más femenino y
sacrificado por el honor de España y por el amor a sus hijos, como es el caso
de la ejemplar “no-reina” María de las Mercedes.
El libro en sí, en su apariencia física es
bastante grueso (casi 1000 hojas), pero este tamaño no ha de asustarnos en modo
alguno pues la anchura de páginas se corresponde con su grandeza de estilo y
hechos que narra. A mucha gente el tamaño le puede echar para atrás ya que
pueden pensar que el interior es un desierto árido de aburridos datos y
complicada política palaciega solo disponible para los más avanzados en la
materia. Pero eso sería un gran error, ya que el libro es una delicia en sí
pues su estilo es muy llevadero y entretenido sumergiendo al lector en el mundo
de las reinas españolas de una manera magistral. Un libro didáctico que enseña
a cualquier persona no solo el mundo en el que se desenvolvían y en el marco histórico
que les tocó vivir, sino que nos acerca de una manera elegante a un mundo íntimo
que es difícil de encontrar en otros libros. Como si se tratara de un tesoro,
las protagonistas del libro guardan en un rinconcito su mundo privado e
interior, lo único que no pudieron ni lograron quitarles la estricta etiqueta y
la dura vida política. María José Rubio nos acerca también a esa pequeña
parcela haciendo que la persona que abra las hojas de este libro se lleve la
sorpresa de encontrar sueños y anhelos que creían que nunca encontrarían en las
regias testas coronadas.
Reinas de España, es todo un acierto en su
lectura y único en su genero. Les va a ser difícil encontrar un libro tan completo y
tan didáctico sobre las mujeres que detentaron el poder entre los siglos XVIII
y XXI. Verá el astuto lector como se manejaron en un mundo de hombres, e
incluso como a veces los manejaron ellas a ellos mismos. Lectura esencial para
toda persona que quiera aprender el modus
vivendi de estas magníficas y curiosas damas y que quiera saber más allá de
los simples datos que aparecen en los libros de Historia.
Reinas fueron, y reinas serán, mujeres en su
plenitud. Reinas que nunca lo tuvieron fácil y que tuvieron muchas veces que
nadar a contracorriente tragándose en la mayoría de los casos sus amarguras,
infelicidades y duras lágrimas. Reinas que sufrieron el odio ingrato y alguna
vez el amor del pueblo. Reinas que sacrificaron su pasión por la vida, por un
sueño y una quimera… una quimera llamada España.
domingo, 19 de abril de 2020
LAS ZANAHORIAS DEL BLITZ
Una de las cosas
que nos han dicho de forma machacona es que es
importante comer grandes cantidades de zanahorias para poder tener una mejor vista. Pues bien, aunque
lo hayamos escuchado y nos lo hayan recomendado cientos de veces, la verdad es
que se trata de un falso mito. Esta falacia tiene su origen en la Segunda
Guerra Mundial cuando los alemanes efectuaron el famoso Blitz entre 1940 y 1941 que consistía en el bombardeo continúo de
ciudades inglesas con el fin de obligar al gobierno británico a rendirse. Pero
los ingleses no se estuvieron quietos, aguantando las bombas que les arrojaban,
sino que depositaron sus esperanzas en las Fuerzas Aéreas Reales Británicas
(RAF), quienes se dedicaron a derribar a los bombarderos alemanes que no
paraban de asolar la isla. Uno de aquellos intrépidos aviadores se llamaba John
Cunningham (1917-2002) y
pronto empezó a destacar entre sus compañeros por derribar una buena cantidad
de aviones de la Luftwafe. Una veintena en total, sobre todo por la noche, por
lo que empezaron a llamarle “Ojos de gato”.
El éxito que
tenía no se debía a que tuviera cualidades especiales por encima de sus
compañeros sino porque capitaneaba el escuadrón 604, dotado de un nuevo sistema de radar aéreo (el Airbone
Interception) con el que le era más fácil derribar bombarderos alemanes. Pero
como este nuevo radar era todo un secreto y el gobierno no quería que fuera conocido
por el enemigo se inventó un rumor en el que se decía que el truco de que el
capitán Cunningham y sus hombres tuvieran tanta puntería se debía a que comían
grandes cantidades de zanahorias. Para propagar este rumor la BBC lo afirmó por
la radio y se hicieron incluso unos dibujos animados protagonizados por el doctor Carrot y Potato Pete para que los
niños y sus padres consumieran grandes cantidades de zanahorias y patatas para
mejorar su vista y orientarse mejor en los apagones que provocaba el Blitz. A
resultas de ello el consumo de estos dos alimentos se disparó de manera
considerable forjándose uno de los mayores mitos alimenticios.
Como curiosidad añadir que en un principio
las primeras zanahorias de la Historia provenían de Oriente y eran casi
amarillas. El por qué ahora son naranjas
se debe a los horticultores holandeses quienes en el siglo XVI hicieron
una serie de injertos para obtener una variedad naranja y de esta forma
coincidiera con el color de la casa real holandesa: Orange. A partir de
entonces las zanahorias tienen ese color anaranjado debido a que eran los
holandeses quienes en ese momento dominaban el mercado internacional de
zanahorias.
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