Sin duda alguna
los dulces más famosos en España durante las fiestas de Navidad son el turrón y
el mazapán. Guste o no, no hay bandeja que en esos entrañables días no esté
trufado de mazapanes. Pero ¿sabías cuál es su origen? En concreto tiene dos,
siendo uno más fantástico que el otro. Comencemos por el más realista: El mazapán,
ese dulce hecho base de almendras molidas y azúcar, fue introducido en España
por los árabes en el siglo VIII. Entonces eran meramente unas tortas planas
llamadas mantha-ban, que significa “rey
sentado”, en las que se podían ver impresa la imagen de un monarca sedente. Llama
la atención que en la actualidad en el escudo de la ciudad de Toledo aparezca
el mismo rey por duplicado, uno portando una espada y otro mostrando un cetro
de oro. Es por ello que este dulce, el mazapán sea uno de las señas de
identidad de esta bella ciudad castellana. Y ahora pasemos a la versión más fantástica
y popular. Cuenta la tradición que cuando los moros estaban a punto de tomar Toledo
unas monjas de San Clemente, viendo el hambre que estaba produciendo el asedio,
crearon una pasta con los únicos ingredientes que tenían a mano. Para ello
juntaron almendras crudas y azúcar amasándolo todo a base de golpes de maza
hasta conseguir una pasta con la que alimentar a los sitiados. A esta nueva
invención la llamaron “pan de maza”, y si damos la vuelta a esta denominación acabaremos
con el nombre actual de este dulce: mazapán.
sábado, 27 de febrero de 2016
lunes, 22 de febrero de 2016
EL OSO DE BYRON
De Lord Byron sabemos
muchas cosas. Que fue un gran impulsor del movimiento romántico, un excelente
literato y una de las personas más excéntricas y controvertidas que han
existido. Pero lo que mucha gente desconoce es que Byron también era un gran
amante de los animales. Desde que era pequeño siempre le gustó estar rodeado de
ellos. En su casa tuvo animales de todos los tipos, desde los más comunes como
gatos, perros, gallinas, hasta algún pavo, zorros, águilas, halcones, e incluso
una vez fue propietario de un esplendido y bello oso. Esto último ¿cómo fue posible?
Pues ni más ni menos por culpa de las estrictas reglas de la universidad a
donde fue a estudiar. Parece ser que cuando era pequeño le regalaron un
cachorro de terranova al que puso por nombre Boatswainand, y desde el mismo momento en que se vieron se hicieron
compañeros inseparables. Todos los días andaban juntos hasta que llegó el año
1805 cuando el joven Byron tuvo que acudir a Cambridge a estudiar en la afamada
universidad del Trinity College. Cuando llegó allí estuvieron a punto de
echarle ya que se había llevado consigo a su perro, y según las normas del
lugar estaba terminantemente prohibido tener perros en las habitaciones. Y
aunque reclamó varias veces volvieron a denegarle su petición de quedarse con Boatswainand.
Pero lo que la dirección del centro no sabía era lo tozudo que podía llegar a ser Byron. Un buen día el futuro autor del Don Juan decidió comprar un oso y llevárselo
hasta las mismas puertas del Trinity
College. Claro está no le dejaron entrar con él alegando que no se podían tener
animales allí dentro pero ante el asombro de todos Byron solicitó que le señalaran
dónde estaba escrito que no podía tener un
oso en el centro. Y, como no encontraron esta norma, Byron pudo quedarse con
él. Es más, tiempo después incluso pidió una beca en nombre de su amigo y ¡se la tuvieron que conceder!,
ya que de facto estaba matriculado en
esta prestigiosa universidad.
domingo, 21 de febrero de 2016
LA BAYETA HUMANA
¿Sabías que el
verdadero nombre de Buster
Keaton era Joseph Frank Keaton, y que el
apelativo por el que mundialmente es conocido se debe al maltrato infantil que
sufrió durante su infancia? Según parece era hijo de unos actores de vodevil los cuales estaban
continuamente discutiendo. Lo curioso es que para pelearse no usaban solamente
palabras sino que utilizaban al pobre bebe como arma arrojadiza. En una de ellas
el padre agarró a Keaton y como era costumbre se lo tiró a su mujer con tan
mala fortuna que ésta se agachó haciendo que el proyectil humano saliera disparado por la puerta de la
habitación, que en esos momentos estaba abierta, y cayera dando tumbos por la escalera justamente a los pies
del jefe de la compañía, el gran Houdini, quien al presenciar esta escena
no se le ocurrió otra cosa que gritar asombrado: “What a buster!” (Que más o menos se puede traducir como ¡Vaya porrazo!) Cuando el
pequeño Keaton cumplió más años pasó directamente a las tablas ayudando a sus
padres en su nuevo espectáculo: La bayeta
humana. Parece ser que el número consistía esencialmente en golpear,
estrujar, y estirar al pobre Buster sin que este perdiera su cara de palo. Aunque
ahora nos parezca una auténtica barbaridad en aquellos tiempos este tipo de espectáculos
eran muy comunes, y no solo divertían al público sino que también daban mucho dinero.
Así pues, cuando terminaban el número, los
espectadores les tiraban algunas monedas a escena, a lo que los Keaton, para demostrar lo agradecidos que
estaban, arrojaban el niño al publico siendo éste devueltos de la misma manera como
si fuera una pelota de playa. Llama atención que Buster Keaton nunca se
rompiera un hueso. Con el tiempo este tipo de maltrato se convirtió en uno de
sus sellos de identidad en el cine ya que su “elasticidad” le permitió rodar un
buen número de escenas sin utilizar dobles, solo utilizando su cuerpo.
sábado, 13 de febrero de 2016
ABRAHAM LINCOLN, UN TIO CON TODA LA BARBA
¿Sabías que
cuando Abraham Lincoln ganó las elecciones presidenciales de 1860 todavía no lucía
su pelicular barba? En las imágenes y fotos que se hizo durante la campaña
electoral podemos observar que su rostro aparece sin barba, rasurado, pero
cuando vemos otras hechas unos meses después durante su toma de posesión, en
cambio ya podemos verle luciendo una robusta barba. ¿Qué ha sucedido durante
esos meses? Y sobre todo ¿por qué se la dejó? Pues esencialmente porque se lo
pidió una niña de 12 años llamada Grace Bedell. Un día esta jovencita mientras
leía el periódico de su padre se fijo en que en una de sus páginas aparecía el
rostro de Abraham Lincoln y con cierta pena pensó que era muy feo, ya que el
tener el rostro afeitado le hacía parecer mustio, sin vida y que con ello no atraería a ningún
votante. Es por ello que el 15 de Octubre de 1860 le envió una carta diciéndole
que mejoraría mucho su imagen si se dejase barba y que si así lo hacía le
prometía que su padre y sus cuatro hermanos le votarían. Días después el mismo
Abe le contesto agradeciéndole que pensara en él y que se pensaría lo de dejarse
crecer la barba. Pero se lo debió de pensar a fondo ya que cuando ganó las
elecciones y tomó posesión del cargo ya la portaba. Abraham Lincoln nunca
olvidó aquel gesto y un día se reunió con su pequeña amiga para agradecerle sus
consejos. En la actualidad los habitantes de Westfield erigieron una estatua inmortalizando
el mismo momento en que se encontraron.
miércoles, 10 de febrero de 2016
¡QUÉ MAREO DE CENA!
¿Sabías que el
primer restaurante giratorio de la Historia se construyó en la antigua Roma? Un
buen día el emperador Nerón (37 – 68 d. C) pensó que sería divertido celebrar
sus opíparos banquetes en un recinto que diera vueltas sobre sí mismo dentro de
su famosa Domus Aurea. Así puse mandó llamar a los arquitectos Celer y Severus
quienes tras oír las ordenes de su señor no dudaron en ponerse manos a la obra.
¡Más le valía hacerlo! La futura sala medía unos 16 metros de diámetro y se apoyaba
en su centro sobre una columna de cuatro
metros de diámetro, a la vez que otros cuatro mecanismos esféricos, movidos por
un sistema hidráulico, permitían que girara poco a poco. Para que todo fuera
del gusto del excéntrico emperador esta sala o coenatio rotunda estaba decorada con todo el boato que hubiera.
Según Suetonio: “En los comedores existen techos revestidos de placas de marfil
móviles por las cuales se pueden tirar flores y regar perfumes. El comedor
principal era una rotonda que giraba día y noche como el espacio exterior”.
Desde luego debía ser espectacular, a la par que mareante.
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