miércoles, 2 de mayo de 2012

UNA HEROÍNA DEL 2 DE MAYO



La importancia femenina en la Guerra de Independencia es esencial. No hay duda de ello. Fueron necesarias tanto en la defensa de las ciudades como en el campo de batalla frente a las frías bayonetas francesas. Con su valentía y desdén hacia la muerte supieron inflar el alma patria de los españoles, haciendo de las mujeres una de las armas principales durante aquellos seis cruentos años. Todos los pueblos y ciudades de España tuvieron varias heroínas, siendo la más famosa de Madrid Manuela Malasaña no solo por su arrojo frente al francés sino por el mismo misterio que la envuelve.

¿Quién era Manuela? Existen varias versiones de quien fue Malasaña y cuales fueron las circunstancias de su muerte. Para unos Manuela era una de las majas de Goya que desde su más tierna infancia se dedicó a la costura.  Era hija de Juan Manuel Malasaña y había nacido el 10 de Marzo de 1791 en la zona de Noviciado, próxima a la plaza de San Bernardo. En un pequeño estudio cosía para los petimetres más galanes y las petimetras más encopetadas, pero aquel 2 de Mayo de 1808 no quiso coser, pues le ardía la sangre sabiendo las atrocidades que estaban cometiendo los franceses por todo Madrid. Así que con pasó rápido acudió al Parque de Artillería de Monteleón en donde un grupo de valientes españoles se defendían a duras penas contra los fieros soldados gabachos. No había punto donde Manolita no apareciera llevando entre los pliegos de su falda balas y piedras para los fusiles. Pero la muerte, que muchas veces no reconoce a valientes de cobardes hizo su aparición personificada en una bala que la alcanzó en todo el pecho muriendo en el acto. Juan, su padre, que andaba cerca vio como su hija caía desplomada en el suelo sin poder hacer otra cosa que seguir la lucha contra los franceses con los ojos arrasados en lágrimas pues aquellos extranjeros le habían quitado el tesoro que más quería.

En cambio otros opinan igualmente que Manuela Malasaña era también costurera, pero que no murió en el Parque de Artillería de Monteleón sino más cerca de su trabajo. Parece ser que Manuela, mientras había disturbios alrededor del estudio, estuvo protegida por la dueña del taller solo dejándola marchar cuando cesaron los disparos. Ella cogió sus pertrechos y con mucho cuidado caminó calle arriba para llegar a su casa, pero con la mala suerte de toparse con dos soldados franceses que intentaron abusar de ella y mancillar no solo su cuerpo sino su alma española. Se defendió con uñas y dientes llevándose por delante, gracias a unas afiladas tijeras, a uno de ellos, lo que no impidió que muriera asesinada por haber tenido aquel utensilio en las manos. Incluso se dice que su padre, al verla muerta en el suelo, se arrojó al caballo del único francés superviviente y le asestó varias cuchilladas entre los pliegues de la coraza, dándose así cumplida venganza.

Como se podrá ver las leyendas sobre Manuela Malasaña son abundantes, solapándose unas sobre otras, aunque siendo cierto que en todas ellas la casta y la valentía de esta heroína fue suficiente para auparla a los altares de los grandes héroes de España.