La oposición a
Nerón empezó a tomar fuerza a partir del 60 d.C, debido a sus leyes despóticas
y arbitrarias. Uno de aquellos generales que se oponían a Nerón se llamaba
Servio Sulpicio Galba, el cual era gobernador de la Hispania Citerior. En el
año 68 al enterrarse de una revuelta propiciada por otro general de la Galia
llamado Cayo Julio Vindex no dudó en unirse a ella para derrocar al tirano.
Pero antes de fundir sus fuerzas y salir de Hispania Galba no dudó en consultar
un oráculo en la ciudad de Clunia (cercana a Burgos) el cual le dijo que de Hispania
surgiría el señor y dueño del mundo. Envalentonado con este vaticinio no dudó
en marchar hacia Roma alcanzando poco después la dignidad imperial. Aunque no
le duró mucho pues fue asesinado al año siguiente, en el 69. Aun así el oráculo
tuvo razón en su respuesta pues tiempo después Hispania iba a ser el lugar de
nacimiento de tres grandes emperadores que gobernarían todo el mundo conocido:
Trajano, Adriano, y Teodosio.