La primera vez
que apareció una azafata en un vuelo comercial fue en 1930 cuando la empresa
americana BTA contrató a Ellen Church para que sirviera de asistenta y
enfermera a los pasajeros. Pronto esta figura se exportó al otro lado del
Atlántico y no fue hasta 1934 cuando se incluyeron azafatas en una empresa
Europea, en concreto en Swissair en donde trabajaba Nelly Diener. Rápidamente,
y dada la eficiencia que mostraban en vuelo, las empresas aéreas de todo el
mundo quisieron contar en sus plantillas con estas mujeres. Pero… ¿cuándo
empezaron a aparecer las azafatas en los aviones españoles? Pues hay que
remontarse a 1935 cuando se publicó en la Gaceta de Madrid (antiguo BOE) un
anuncio que solicitaba “camareras del aire” para trabajar en los aviones de las
Líneas Aéreas Postales. Se indicaba que debían ser cultas, saber de geografía y
historia para conversar con los pasajeros, y tener modales agradables.
Aunque la Guerra
Civil (1936-1939) truncó el funcionamiento de este servicio, hubo de esperar a
1946, concretamente un 26 de Mayo, a que la compañía Iberia incorporara a su
plantilla a Ana Marsans como la primera azafata aérea de la Historia de España.
Después de su contratación la siguieron Maria Josefa Ugarte, Pilar Mascías,
Maria Encarnación Ruiz de Gómez y Dolores Candela. Al principio las llamaron
maliciosamente “las marquesas” debido a que una de las condiciones que se
pedían para ser azafata era que dominasen el inglés y tuvieran el título de
enfermera, requisitos que muy pocas mujeres, a excepción de las de clase alta,
tenían en aquella España de la postguerra.