No sé si alguna
vez se han fijado en la famosa escultura del Moisés de Miguel Ángel que está
situada en la iglesia de San Pietro in Vincoli (Roma). En esta obra tan
perfecta podemos observar un pequeño detalle que muchas veces pasan por alto
los turistas y es que en la parte superior de la cabeza se hallan un pequeño
par de cuernos. ¿Qué hacen ahí arriba si sabemos que este profeta no tenía nada
de cornúpeto? Dejen que les explique. Según parece la aparición de estos bultos
se debe a una mala traducción de la Biblia. San Jerónimo (340 -420 d.C)
escribió una versión latina de la Biblia llamada la Vulgata, la cual pasó a ser
durante mucho tiempo el texto oficial de la Iglesia Católica. Pues bien, cuando
estaba traduciendo el pasaje en el que Moisés desciende del monte Sinaí después
de recibir los diez mandamientos, se fijó en que en el texto original ponía que
el profeta emanaba “rayos de luz”. Rayos en hebreo es karan y San Jerónimo por error lo tradujo como cuernos. Y como La Vulgata se convirtió en el texto oficial de la
iglesia, los artistas desde entonces no pararon de adornar la cabeza de Moisés con cuernos en
vez de con rayos de luz.