viernes, 8 de agosto de 2014

LA PIEDRA DE SCONE



La Piedra de Scone, también conocida como Piedra del Destino o de la Coronación, como indica su nombre se trata de un bloque compacto de arenisca, que pesa unos 150 kilos, donde actualmente se coronan a los reyes y reinas inglesas. Esta enorme piedra, también tiene un origen mítico pues igualmente se le llama la Almohada de Jacob, el Pilar de Jacob o la Piedra que Habla. Se cree que fue en este bloque pétreo donde el patriarca judío depositó su cabeza y soñó con la famosa escalera al cielo que le ungía como uno de los grandes padres de su pueblo. Durante la Edad Media los monarcas escoceses eran coronados allí, pero cuando en el siglo XIII el rey inglés Eduardo I, alias El Martillo de los Escoceses, consiguió derrotar a las fuerzas independentistas comandadas por William Wallace, arrasó la Abadía de Scone, no dudó en llevarse la piedra a la Abadía de Westminster, en Londres. Como nota informativa, decir que el último rey de Escocia que se sentó en esa piedra fue John Balliol en 1292.

Eduardo I pensó que al poseer la Piedra de Scone, también se legitimaba ante los escoceses como su rey, y para ello mandó construir una silla en 1301, conocida como La Silla de San Eduardo, que tendría un habitáculo especial debajo del asiento en donde se colocaría la piedra. Años después, en 1328, ingleses y escoceses firmaron el Tratado de Northampton, y en una de sus cláusulas se estipulaba que la Piedra de Scone debería ser llevada de nuevo a Escocia, pero no fue hasta 1996 cuando se hizo efectiva esta orden. Actualmente se encuentra en el tesoro nacional del Castillo de Edimburgo, y solo sale de allí cuando ha de ser coronado algún rey inglés que es cuando es trasladada de nuevo a la abadía de Westminster para coronar al nuevo monarca como señor de Inglaterra, Irlanda y Escocia.