Desde que en
1845 el francés Louis Viardon afirmara que la modelo que utilizó Goya para
pintar La Maja Desnuda, y La Maja Vestida (1805) era la duquesa de
Alba, esta idea quedó instalada en el imaginario popular. En verdad esta
afirmación no es del todo fiable ya que al comparar el cuerpo de las majas con
el de la noble éste no se ajusta en nada a su fisonomía. Incluso hay quien
piensa que se trata de la modelo Pepita Tudó, la cual era por entonces la
amante de Godoy. Años después, tras la caída del valido, estos dos lienzos
aparecieron en 1814 en el inventario de bienes personales de Godoy, y
curiosamente no llevaban el titulo de Las
Majas, sino el de Las Gitanas. Lo
que más llama la atención de este asunto, aumentando más si cabe el misterio
que envuelve a estos cuadros, es que éstos se hallaron montados sobre un
peculiar mecanismo. Éste permitía superponer ambos cuadros y cuando se oprimía
un botón la maja vestida se cambiaba por la desnuda. ¿Posible divertimento del
valido o juguete sexual en momentos de soledad? Quien lo sabe.
El hallazgo de
estas pintoras produjo un gran revuelo en la corte y tuvo como consecuencia que
el pintor aragonés tuviera que acudir a dar explicaciones a la Inquisición
sobre el motivo de por qué pintó dos veces a una mujer y encima, una de ellas,
como Dios la trajo al mundo. Este pleito casi acaba con la carrera de Goya, y
tras cerrarse el sumario se ordenó que ambas majas pasaran a la Academia de
Bellas Artes de San Fernando, y que además la desnuda, en concreto, estuviera
oculta hasta 1900. Ese año, fueron llevadas al Museo del Prado donde se pueden
ver en la actualidad.