miércoles, 8 de julio de 2015

UNA MOMIFICACIÓN BASTANTE HIPÓCRITA



Uno de los iconos más famosos del antiguo Egipto son las momias y sus sarcófagos decorados con vistosos colores. Pero los egipcios no tomaban un cuerpo y lo fajaban en prietas vendas para posteriormente introducirlo en un ataúd como si tal cosa. El proceso de embalsamamiento era lento, delicado y muy bien estudiado. Incluso había distintos tipos de profesionales para cada fase del ritual. Había unos que eran los encargados de practicar las incisiones en el cuerpo y sacarle las vísceras que posteriormente eran introducidas en sus correspondientes vasos canopos. Llama la atención que en una sociedad que abominaba la violencia y sus aspectos más morbosos tuviera agentes que realizaran estos trabajos. Pero, desgraciadamente, alguien tenía que hacerlos. Por eso estas personas tenían prohibido trabajar en otros gremios con otros profesionales porque se les consideraba impuros, y además éstos también tenían problemas en su propio trabajo ya que cuando terminaban de sacar el cerebro por la nariz o el estomago por una raja hecha en el vientre, debían salir corriendo de la habitación ya que los profesionales que entraban a continuación tenían orden de apedrearlos (pero sin hacerles daño) porque “habían mancillado el cuerpo del difunto”.