Marco Porcio
Catón, más conocido como Catón el Viejo (234 - 149 a. C) fue sin duda alguna la conciencia
de la antigua Roma. El bisabuelo de aquel otro Catón que luchó contra Julio César,
fue una persona incorruptible, austera, que viendo peligrar el modo de vida
romano frente a la influencia cultural griega quiso siempre que sus
compatriotas volvieran a los valores tradicionales que practicaban sus
antepasados y que tan grandes les habían hecho. Es por eso que a Catón el Viejo
siempre se le ha pintado como una persona dura, severa con su familia, e
incluso algunas veces antipática. Recuérdese que incluso en el diccionario de
la RAE catón aparece como sinónimo de
censor severo. Pero también hay que decir que siendo justos con la verdad esa fama que la eternidad le ha otorgado sea
de puertas para afuera pues dentro de su casa el carácter de este Catón era
bien distinto. Por ejemplo, siempre decía que el matrimonio era un vínculo sagrado
y que quien osaba poner la mano encima a su mujer o a sus hijos era un sacrílego
que ofendía a los mismos dioses. Siempre estaba preocupado por sus hijos,
siendo el mismo quien se ocupaba personalmente de su educación pues opinaba que
eran los padres y no los esclavos quienes debían hacerlo. Además muchas veces
abandonaba rápidamente el foro para acudir al hogar para estar con su mujer y
poder observar con cariño como ésta lavaba a sus hijos y amamantaba al bebe.