El 17 de Septiembre
de 1787 es una de esas fechas que por su importancia capital se convierten en
hitos de la Historia Universal. Ese día la Convención Constitucional de
Filadelfia adoptó por primera vez su Constitución. La mayoría de los
historiadores señalan que este texto fundamental se inspiró por un lado en las
ideas revolucionarias de Monstesquieu, Locke, la famosa Carta Magna inglesa de
1215, e incluso algunos van más allá y ven ella la influencia de las directrices democráticas
de la Confederación iroquesa. Pero pocas personas saben, entre ellos numerosos eruditos americanos, y
no digamos españoles, que la influencia principal de dicha Constitución
proviene de los Estatutos de la Comunidad Agustina de la Basílica de San
Isidoro de León.
Y aunque parezca
raro, no lo es. Si nos fijamos en la Historia de Estados Unidos de América, la
huella española en dicho país es muy fuerte. Desde el periodo de colonización
en tiempos de los conquistadores, y el paso posterior de las órdenes
religiosas, o la ayuda que le prestamos en su propia guerra de independencia, lo
español se ve reflejado no solo en numerosos topónimos de aquel país, sino que
incluso hasta el actual símbolo del dólar tiene marcado carácter hispano. Pues
con la Constitución americana pasa lo mismo. Aunque esta vez nos hemos de
remontar un poco más atrás en el tiempo, precisamente a la Edad Media. En
aquellos años Santo Domingo de Guzmán solicitó permiso al papa Pio III para
fundar una nueva orden religiosa, a lo que el Santo Padre accedió siempre y
cuando se acogiera en un principio a los estatutos ya vigentes de otra orden,
como por ejemplo la de San Benito, o la de San Agustín. En este caso se acogió
a los de esta última que había incluso sido perfeccionada por los canónigos agustinos
de la Basílica de San Isidoro de León. Hecho este paso previo la Orden de Predicadores,
también conocida como Orden dominicana, se fundó en 1215 y cinco años después, en
1220, celebró su Primer Capítulo General en Bolonia en donde se fijaron los
nuevos estatutos de esta orden. Los cuales, para aquella época, eran muy
democráticos.
Pues bien, ahora
remontémonos unos cuantos siglos y volvamos a aquella mítica fecha: 17 de
Septiembre de 1787. Ese día, los protagonistas de la Constitución americana, al firmar dicho documento observaron
que éste se hallaba flanqueado a la derecha por una Biblia y a la izquierda por
un libro en el que se hallaban los estatutos de los dominicos. Es por ello que
cuando el general de la Orden de los Dominicos o de los Agustinos viaja a la
Casa Blanca, por protocolo, siempre son tratados con honores de Jefe de Estado
en agradecimiento por haber inspirado, aunque de manera simbólica, su preciosa
Carta Magna.