En la actualidad
a las personas que se presentan como candidatos para entrar en los Cuerpos de
Fuerza y Seguridad del Estado español o
al de bomberos, por ejemplo, se les exige unas cualidades físicas e
intelectuales muy elevadas, pues no cualquiera tiene las aptitudes necesarias
para defender a los ciudadanos. Esto nos puede parecer normal hoy en día, pero
en España hace ya muchos años ya se le pedía. Cuando se creó el cuerpo de la
Guardia Civil en 1844, en uno de sus artículos fundacionales, se le exigía al
candidato que midiera más de 1,44 m si deseaba optar por el cuerpo de
caballería, y 1,42 si en cambio lo hacía en el de infantería. E incluso,
además, a los futuros guardias civiles se les pedía encarecidamente que si
deseaban entrar en el cuerpo debían “proveerse por su cuenta de caballos,
monturas, vestuario y equipo”. El armamento ya lo ponía la Guardia Civil.
¡Faltaría más!