lunes, 14 de agosto de 2017

WAGNER Y EL NÚMERO 13



Para quien no lo sepa la fobia al número 13 se llama triscadeicafobia, y estoy seguro que serán muchos de los que ahora mismo me leen estarán tocando madera para conjurar la mala suerte. En cambio llama la atención que hay gente a la que le gusta dicho digito,  y es más, hay quienes son  perseguidos a lo largo de su vida por el número 13 sin ser conscientes de ello. Un ejemplo de ello lo tenemos en el compositor alemán Richard Wagner (1813 – 1883). Atención a la numerología que no tiene desperdicio: Para empezar el año de su nacimiento (1813) y que la suma de sus números dan 13 como resultado. Sigamos, porque la cosa no para ahí. Según cuentan los entendidos en música clásica, cuando tenía 13 años comenzó a interesarse por la música e igualmente fue desterrado de su tierra natal durante otros 13 años. Wagner compuso un total de 13 operas, y por ejemplo la famosa Tannhauser la terminó un trece de abril. Además ésta fue estrenada en París el 13 de Marzo de 1845 y estuvo 50 años sin ser repuesta hasta, sorpresa sorpresa, el 13 de Mayo de 1895. Y la primera vez que se puso al frente de una orquesta fue en Riga un 13 de Septiembre.
Se fue a vivir a la localidad bávara de Bayreuth y se alojó en una casa que se había abierto un 13 de agosto y que él mismo la abandonó un 13 de Septiembre. Además, según parece, la última vez que fue visitado por Franz Liszt, que curiosamente era su suegro, fue el 13 de Enero de 1883, y ¡cómo no! Richard Wagner murió un mes después, nada más ni nada menos que el 13 de Febrero, que para colmo era el día en que se celebrara el decimotercer aniversario de la unificación de Alemania.
En verdad no sé si el 13 fue el número favorito del compositor alemán, o si no se daba cuenta de lo presente que estuvo en su vida, pero lo que sí nos demuestra esta pequeña historia es que ese número estuvo continuamente presente en el devenir de uno de los mayores genios de la música que han existido a lo largo de los siglos.