Antes de que los
nazis llegaran al poder en Alemania, la empresa Coca Cola ya vendía su producto
en aquel país con el nombre de Coca Cola GmbH.
Pero cuando llegó la Segunda Guerra Mundial el país germánico sufrió un bloqueo
que impedía la llegada del sirope secreto con el que se hacía esa bebida. Uno
de los directivos, Max Keith, pensó en cómo salir de este atolladero por lo que
ideó una nueva bebida carbonatada pero esta vez hecha con zumo de frutas. La
primera que se le vino a la cabeza fue la naranja, aunque pronto se dio cuenta
también de que le faltaba un nombre con el que enganchar a los sedientos
teutones. Así pues hizo un concurso en la fábrica instando a los trabajadores a
que dejaran volar su fantasia para encontrar un slogan pegadizo. Uno de ellos,
llamado Joe Knipp, al oír la palabra fantasía
rápidamente pensó en el nombre de FANTA y como tal lo presentó ante los
directivos de la empresa. Un nuevo tipo de bebida acababa de nacer.