En la ceremonia
de los Premios de la Academia celebrados en 1938 ocurrió un hecho de lo más insólito.
La actriz Alice Brady obtuvo el galardón a la mejor actriz de reparto por la
película In Old Chicago, dirigida por
Henry King, y en la que se narra de manera ficticia el Gran Incendio de Chicago
de 1871. Cuando se anunció el premio, Alice Brady no pudo subir a recogerlo
debido a que se había roto un tobillo. Aun así quien sí se subió al escenario
fue un hombre elegantemente vestido con un esmoquin que aseguraba que la actriz
le había dado permiso para recoger la estatuilla. Tan buen porte tenía y tan
seguro de sí mismo estaba que nadie puso reparos en darle el premio, pero unos
días después fue la misma Alice Brady la que aseguró que no había dado permiso
a nadie para ir en su nombre. Tras las pertinente pesquisas nunca se supo quien
era aquel ladrón de guante blanco y, claro está, tampoco se pudo recuperar el
galardón.