jueves, 4 de abril de 2019

LITERATURA UNIVERSAL EN 100 PREGUNTAS - Felipe Díaz Pardo



“Tiene que haber algo en los libros, cosas que no podemos imaginar para hacer que una mujer permanezca en una casa que arde. Ahí tiene que haber algo. Uno no se sacrifica por nada”.
(Fahrenheit 451, Ray Bradbury)

Marcus Brody, el amigo intimo de la familia Jones en la película Indiana Jones y la última cruzada, tras utilizar una estilográfica contra un nazi, exclama sonriente a todo el que quiera oírle: “La pluma es más poderosa que la espada”. Y esta en lo cierto, a lo largo de la historia la lengua, plasmada en cientos de miles de obras literarias, ha influido más que las armas y que las imposiciones dictatoriales. He aquí su poder, no solo para  llevarnos a mundos y universos infinitos de sabiduría y placer sino también para insuflar un alma pura en las conciencias de todo aquel que decida abrir las tapas de un libro. Este es el miedo que sentían los bomberos de Fahrenheit 451 cuando decían aquello de  que: "Un libro en manos de un vecino es como un arma cargada”. Pero en verdad, a los libros y a las obras literarias no hay que temerlas, al revés, hay que reverenciarlas, adorar esos monumentos del saber humano y a la vez enriquecernos con ellas comprendiendo cómo han evolucionado hasta el día de hoy desde la antigüedad hasta nuestros días. Para ello les recomiendo el ejemplar que tengo ahora entre mis manos titulado Literatura Universal en 100 preguntas, escrito por Felipe Díaz Pardo (Nowtilus, 2019).

Dar a conocer toda esta historia es un trabajo ingente e imposible de resumir en un solo libro. Para ello se necesitarían cientos de volúmenes solamente para que viéramos un mínimo resplandor de la maravilla que es la letra escrita. Es por ello que el autor ha decidido ofrecernos un primer vistazo mediante preguntas claves y curiosas englobadas en distintas secciones como son los géneros literarios, los estilos literarios, cómo inflamaron las conciencias de la sociedad en que fueron escritas o por ejemplo los distintos tipos de historias y argumentos que circulan entre las obras universales. El objetivo de nuestro autor es dar a conocernos la literatura y como ésta se ha plasmado a través de los distintos puntos del planeta y en las distintas etapas de la historia. Esto lleva directamente al lector a asombrarse y a sentirse atraído por este tesoro que son las letras universales. Y es que en cierto modo Literatura universal en 100 preguntas está orientado, según mi modo de ver tras una primera lectura (alguna que otra caerán posteriormente) hacia, o bien estudiantes jóvenes que se quieran aventurar por los caminos de las letras y disfrutar con la intención de no ahogarse en un mar de tediosos volúmenes, o bien hacia lectores que ya estén avezados en este campo y que deseen redescubrir grandes clásicos de manera novedosa.

Es decir que el punto en este libro es enganchar o reenganchar de nuevo al fascinante mundo de la literatura universal. Gracias a la amenidad y tono divulgativo de este volumen el autor consigue que disfrutemos con algo que los iletrados tildan de tedioso. Además, gracias a las 100 preguntas que nos propone Felipe Díaz Pardo, la persona que abra estas páginas va a tener la imperiosa necesidad de investigar algunos de los asuntos claves que aparecen, con lo que podrá completar la curiosidad que le ha abierto alguna pregunta en concreto. He de reconocer que esta lectura ha sido de lo más provechosa pues no solo ha despejado ciertas dudas que tenía con tal o cual movimiento literario, o algún autor en concreto sino que me ha hecho pasar un buen rato con un gran número de curiosidades en las que no había caído. Esta obra es un gran canto a la historia universal desde sus orígenes hasta la actualidad, además de hacer un enorme homenaje al mundo femenino y a las obras que han creado, desde Safo hasta el mismo momento de hoy. Literatura universal en 100 preguntas es uno de esos volúmenes  que se convierten en libros de cabecera, de referencia obligatoria me atrevería a decir, que hará las delicias de aquellos que están (estamos) enamorados de las efímeras letras que navegan en el proceloso mar de Literatura con mayúsculas. Una buena obra con la que se disfruta y aprende a partes iguales. Se lo aseguro.