Solo hay que
acudir al aeropuerto para saber de dónde proviene una persona. Y no solo por
los televisores sino por los regalos que traen. Si observamos a la gente que
viene de Mallorca muchos de ellos portan una serie de cajas en las que dentro
hay ricas ensaimadas ya sean las clásicas o que tengan algún relleno especial.
Este producto es uno de los más típicos de Mallorca y son elaboradas con una
deliciosa manteca de cerdo que en catalán mallorquín se dice saïm. Este dulce local ya existía en el
siglo XVII, pero a la capital de España, Madrid, llegó en el siglo XIX cuando los
empresarios Balaguer, Coll y Ripoll abrieron una tienda de productos típicos de
las Islas Baleares en la calle Jacometrezo. Y tan bien les fueron las ventas
que en 1894 decidieron trasladarse a la Puerta del Sol y adquirir el local de
Antonio Garín conocido como La Mallorquina. Local que todavía sigue
existiendo y que les animo a visitar por su alta calidad de sus productos.
Desde entonces los madrileños que deseaban probar una buena ensaimada acudían a
este local para tomarlo o bien con café o mojado con chocolate. Allí iban, y siguen
yendo, no solo personas anónimas sino también grandes celebridades como por
ejemplo los políticos Francisco Silvela o Raimundo Fernández Villaverde.