Cuando estés en Roma, compórtate como los romanos. (San Agustín)
Hemos visto un buen número de películas, llamadas
comúnmente como “de romanos”, en las que el director y los actores pretenden
ofrecer al espectador un reflejo más o menos fiel de la época republicana o
imperial. Con emoción nuestros ojos ven las venturas y desdichas de los
emperadores, sus conquistas y sus megalomanías, pero aunque el film nos parezca
impecable siempre nos queda la sensación de que lo que los actores nos han
ofrecido es solamente cartón piedra sin trasfondo ninguno. Historias ya
conocidas pero vacías de contenido. Un mundo maniqueo en el que parece que la
población es solamente una mera comparsa para las ambiciones de sus dirigentes.
Pero parece que poco a poco, en la historiografía actual se esta abriendo una
nueva disciplina en la que se da más primacía a la sufrida población que a los
emperadores, ofreciéndonos de manera rica y diversa el modus vivendi del romano medio o pobre. Esta es la línea que ha elegido
Juan Eslava Galán en su obra Roma de los Cesares, mostrarnos un colorido
fresco de la vida más íntima de la Ciudad Eterna.
A diferencia de otros sesudos ensayos en los que un autor
desgrana de manera erudita los entresijos de las calles romanas, Eslava Galán,
con gran acierto y originalidad se adentra en la ciudad de Roma y sus caminos
Imperiales como si se tratara de un ciudadano más, habiéndose trasladado allí como
si tuviera una máquina del tiempo. A modo de excursión nos enseña cómo eran las
casas romanas, cuales eran sus principales barrios, los más peligrosos y los
más elitistas, en que termas o lugares de diversión se relajaban los romanos, e
incluso se atreve a entrar en el terreno más íntimo enseñándonos las costumbres
religiosas y sexuales que imperaban en aquella época imperial, o los más
alocados y dicharacheros banquetes que regaban las noches romanas. No nos
encontramos con una visión omnisciente y despegada de la realidad de aquella
época, pues el autor nos invita a ser auténticos romanos siendo romanos de pro,
y de esta manera comprender la mentalidad de aquel imperio que conquistó medio
mundo a ritmo de nervio y ansia.
Les aseguro que con este ensayo no se van a aburrir, pues,
como es común en todas las obras de Juan Eslava Galán, toda la erudición que
despliega está trufada de humor e ironía, haciendo que ese paseo que damos por
la ciudad de Rómulo y Remo, sea en todo momento agradable y desenfadado. El
rigor histórico es continuo en el libro, pero no de manera sofocante, pues
mientras observamos con ojos entusiastas las magnitudes ciclópeas del Coliseo o
leemos de manera ávida textos latinos que ejemplifican el ritmo vertiginoso de
la ciudad, a la vez con el rabillo del ojo podemos alabar y sonrojarnos con las
formas generosas de una meretriz romana que nos invita con su mirada a dar un
paseo entre los brazos de Venus.
Aunque es un libro difícil de encontrar en venta, pues ya
no esta en librerías sino en tiendas de segunda mano o bibliotecas, les instigo
y conmino a que rastreen y localicen algún ejemplar disponible ya que si tienen
ganas de sentir el ritmo vibrante de la ciudad que fue foco de la cultura
occidental junto a Grecia, y a la vez desean sentir el aliento vital que se
respira en cada calle romana, la obra de Juan Eslava Galán, Roma de los
Cesares es el libro ideal.