Lord Carnarvon: “¿Ve
usted algo?”
Howard Carter: “¡Sí,
cosas maravillosas!”
Cuenta la
leyenda que ya en tiempos de Alejandro Magno los habitantes de la costa norte
de Asia menor se complacían en llevar a los turistas a las ruinas de lo que
ellos mismos decían era la antigua y mística ciudad de Troya. Con grandes
muestras de alegría y algún que otro guiño de misterio presentaban a los
asistentes gran cantidad de morralla, como espadas, cascos o flechas llenas de
herrumbre y orín, diciendo que eran las verdaderas armas de los héroes
homéricos. Incluso se sabe que el mismo general macedónico cayó presa de estos
embustes. El ser humano es curioso por excelencia, pero también nostálgico per se. Necesita amarrar el pasado, lo
vivido, y sentir que cobra de nuevo vida para que lo transporte a otras épocas
más o menos gloriosas. Son legión las personas que a través de la historia han
querido desenterrar, levantar de las arenas del tiempo, las gestas de las
antiguas civilizaciones. Para conocer el periplo de todas aquellas personas,
ansiosas por redescubrir a la musa Clío, el escritor, investigador y profesor
de arqueología Jorge García Sánchez, ha publicado el libro Breve Historia de la Arqueología.
Puede parecer
que esta especialidad, la arqueología, es algo nuevo pero de alguna manera para
conocer su historia hay que remontarse hasta los mismísimos cimientos de la
civilización pues ya entre griegos y romanos existía una cierta idea o visión
de cómo conocer a sus ancestros. Aunque con la caída del imperio romano, y el
advenimiento de la Edad Media, esa visión quedó cegada y olvidada por el
siempre ojo avizor de la iglesia. Todo lo antiguo parecía condenado ser pagano
y considerado anatema, pero ya con el Renacimiento y el Barroco vuelve a ser
tema de estudio todo lo relacionado con el humanismo clásico. La arqueología en
aquellos años, podemos decir, estaba dando sus primeros pasos. Con la llegada
de la Edad Contemporánea se produce el boom
de esta especialidad. Desde Napoleón, que muestra a sus soldados las pirámides,
hasta la Segunda Guerra Mundial, parece que la antigüedad vuelve a reflotar a
la realidad. Surgen de la oscuridad las ruinas de Mesopotamia, la mítica Troya,
los fascinantes restos de las pirámides o Creta, e incluso vuelven a trotar los
bisontes prehistóricos en el Norte de España. Tras las Segunda Guerra Mundial
la arqueología ya es mayor de edad y se convierte en toda una especialidad
científica (carbono 14) y rigurosa a la vez que apasionante, a la espera de
darnos posteriormente más sorpresas sin parangón.
Hay quien cree
que esto de la arqueología se limita a estudiosos enterrados en toneladas de
arena, o a aventureros de látigo en mano perdidos en alguna parte del mundo.
Pero la lectura del libro de Jorge García Sánchez demuestra que la aventura y
la historia pueden ir juntas. Nos asombraremos con los tesoros descubiertos por
Howard Carter o Heinrich Schliemann; los rigores vividos por Arthur Evans o
Robert Koldewey; o las increíbles peripecias de los saqueadores de tumbas o
saltimbanquis aprovechados como Belzoni. Son cientos de aventureros, eruditos y
ladrones sin fortuna los que pueblan las páginas de este fantástico ensayo, Breve Historia de la Arqueología. Les
recomiendo que recorran sus páginas y desentierren una ciencia que laboriosamente
nos vuelve a traer una historia ya olvidada.