Se trata del
primer cuerpo de guardia conocido en la Historia. Estaba compuesto por diez mil
guerreros los cuales se consideraban a sí mismos como la reencarnación de los
dioses alados que siempre defendían al dios Ahura Mazda. Fueron creados en
tiempos de Ciro II (559 – 529 a.C) y desde el principio este monarca tuvo la
inteligencia de reclutar a los mejores soldados de sus tropas para que
pertenecieran a este cuerpo de elite. Como mínimo debían medir 1, 60 m, ser
fuertes y rápidos en el combate y saber utilizar cualquier tipo de arma, como
el arco, la lanza larga, los cuchillos y la espada de hierro. Finalmente
recibía el nombre de Inmortales debido a que cuando uno de ellos caía en
combate rápidamente era reemplazado por otro de sus compañeros dando la
impresión a sus enemigos de que siempre eran los mismos y que su número nunca
mermaba.