No sé si se
acordarán ustedes de un concurso
televisivo que existía hace ya algunos años llamado Un, Dos, Tres. Para las nuevas generaciones tal vez sean solo imágenes
de archivo que de vez en cuando echan en televisión, pero para los que ya
tenemos algunos años, y pintamos alguna cana, recordamos aquel programa de
forma muy grata. Duraba hasta bien entrada la noche (sobre todo era larga una
sección llamada La Subasta), y no se me olvidará una prueba en el que los
concursantes se estrellaban un huevo en la cabeza mientras decían: “¡la Tierra
es redonda y se demuestra así!” Esto, que pude parecer un divertimento tonto, tiene
curiosamente reminiscencias con respecto a una historia que se ha conocido como
El Huevo de Colón. Según la RAE esta expresión
viene a decirnos que a veces hay cosas que parecen difíciles de hacer pero que después
de explicarlas resultan de lo más sencillas. Para conocer de dónde viene hemos
de remontarnos a los mismos orígenes de la Conquista de América, en pleno
Renacimiento Europeo, en el que el escritor Girolamo Benzoni, en su obra Historia de Nuevo Mundo (1565), nos dice que un día Cristóbal Colón, mientras estaba comiendo con unos nobles le dijeron
que cualquiera podría haber descubierto América. Colón, ante tal afirmación,
llamó a un camarero y le pidió que trajera un huevo para cada persona que
hubiera en la mesa. Acto seguido los repartió entre los asistentes y les retó a
que lo pusieran de pie sobre la mesa, y obviamente nadie lo consiguió. Colón,
tranquilamente, cogió su huevo y con toda naturalidad lo cascó un poquito por debajo dejándolo de
pie ante el asombro de todos. Fue entonces cuando dijo aquella famosa frase:
“Hecha y vista la hazaña, cualquiera sabe cómo hacerla”.
Como se pude ver
la frase que utiliza el navegante es de esas que pasan a la Historia. Pero para
desgracia de Colón, ésta también se le ha atribuido a otra persona, nada más ni
nada menos que al arquitecto florentino Filippo Brunelleschi. El biógrafo de
grandes artistas, Giorgio Vasari, nos cuenta que cuando el arquitecto estaba
diseñando la cúpula que coronaría la catedral de Florencia, hubo arquitectos
que aseguraron que iba a ser muy pesada y que se derrumbaría. Brunelleschi los
mandó llamar y, al igual que Colón, les retó a que pusieran de pie un huevo
sobre una mesa de mármol, e hizo lo mismo que el descubridor de América. Pero
en esta versión los otros arquitectos protestaron diciendo que si hubieran
hecho lo mismo también habrían sostenido el huevo. A lo que Brunelleschi les
respondió diciendo que ellos, igualmente, también podrían haber construido la
cúpula si hubieran mirado antes sus planos.