Esta expresión
ha saltado del cine al lenguaje cotidiano y suele hacer referencia a una
dificultad que se nos presenta al intentar realizar un asunto. Pero ¿cuándo fue
la primera vez que se pronunció esta frase? Hemos de remontarnos al 13 de Abril
de 1970 cuando el piloto Fred Haise al mando del Apollo XIII lanzó este mensaje a la base que la NASA tenía en sus
instalaciones de Houston (Texas, Estados Unidos). Dos días antes, el 11 de
Abril, esta nave había despegado con la intención de viajar de nuevo a la luna pero
durante el viaje se produjo una explosión que afectó al suministro de
electricidad, agua y oxigeno. Los tripulantes de la aeronave, viendo que iban a
morir, decidieron en última instancia usar como bote salvavidas el modulo que
tenía como misión original posarse sobre la superficie lunar. De esta manera
pudieron sobrevivir hasta que volvieron a la Tierra sanos y salvos el 17 de
Abril.