viernes, 21 de diciembre de 2018

ALGUNOS NAIPES TAMBIÉN TIENEN SANGRE AZUL


De vez en cuando hemos jugado a las cartas con la baraja francesa, pero nunca nos hemos dado cuenta que muchas de las figuras que aparecen en ella tienen nombres y apellidos. En concreto los reyes. Los impresores franceses, a finales del siglo XVI, decidieron otorgar a cada uno de ellos el nombre de uno de los grandes personajes de la Historia. Por ejemplo, a Alejandro Magno le tocó en suerte ser el rey de tréboles pues está considerado como uno de los mayores genios militares de todos los tiempos. El rey David fue el designado para ser el de picas (espadas) ya que los impresores pensaron que era el monarca más justo que había existido siendo  la espada un símbolo de justicia y devoción por Dios. La carta del rey de corazones le tocó a Carlomagno pues fue un soberano que cuidó de su pueblo y lo mantuvo a salvo de cualquier peligro. Tenía por tanto un corazón noble. Y finalmente, la carta del rey de diamantes representaba al dictador Julio César pues se consideraba que fue una persona avariciosa que codiciaba las riquezas del mundo.
Esta sería la atribución original que se dio a los reyes de la baraja aunque a lo largo de los siglos ésta fue variando según las modas y los momentos históricos. Por ejemplo durante la Revolución Francesa era inadmisible que las barajas también tuvieran reyes por lo que se les cambió sus nombre reales por los de ciudadano Solón, Platón, Catón o Bruto. Cosas del momento.