Cuando vamos a
un concierto de música, en especial clásica, una de las cosas que más nos llama
la atención es el director de orquesta que, dándonos la espada, blande ante sus
compañeros una varilla de madera o metal de manera contundente. Como bien sabe
todo el mundo esa varilla se llama batuta y su función es marcar el ritmo y el
orden que han de llevar los componentes de la orquesta para su buena
realización. El origen de su nombre proviene del latin battire (batir), y de la voz italiana battuta que vendría a significar “compas”. Pero hay que añadir que
la batuta no es un adminiculo que haya existido toda la vida sino que su
nacimiento es de hace pocos siglos. En la antigua Roma, por ejemplo, la persona
que organizaba a los músicos llevaba unos zapatos con suela de madera llamados scabellum con el que marcaba el ritmo.
Es obvio pensar que esta manera de dirigir era muy cansada y llevaba al
director hasta el límite de la extenuación física.
En el siglo
XVII, ya no se utilizaban estos zapatos sino unas barras de hierro muy pesadas,
de dos metros de altura, con las que se golpeaba el suelo para fijar el compas
de los músicos. En este caso se añadía al cansancio físico el peligro de sufrir
algún golpe como el que recibió el maestro de capilla de Luis XIV, Jean
Baptiste Lully. En 1687 durante un concierto se golpeó el dedo gordo con esta
barra de hierro y aunque el dolor debía ser insoportable decidió seguir con el
concierto, y como consecuencia de ello el pie se le gangrenó acarreándole la
muerte. Así pues los directores, no sé si hartos del peso de la barra y su
continuo sonido que ahogaba la música o temiendo por su pellejo, decidieron un
siglo después dejar de usar este enorme mamotreto y pasar a dirigir con las
manos o la cabeza. Hecho que les llevó a ser el hazmerreir del público porque
en aquellos años el director de orquesta se ponía de espalda a los músicos pareciendo
entonces que estaba imitando a un ridículo mimo. Fue otro director, Carl María
von Weber en 1787 quien empezó a usar una especie de pequeña varilla de madera para
dirigir los conciertos y aunque en un principio fue criticado muy pronto fue
imitado por otros compositores y directores como Felix Mendelssohn, Louis Spohr
o Berlioz. Incluso el uso de la propia varita fue la que provocó que se
redistribuyera el esquema de la orquesta pasando el director a dar la espalda
al público y así poder dirigir de mejor manera a sus músicos. Este sería el
origen de la batuta como hoy la conocemos.