El Monasterio de la Encarnación esta situado en Madrid y es uno de los más bonitos no solo de la capital sino de toda España. Contiene numerosas imágenes y reliquias que hacen las delicias de cualquier persona que desee hacer un itinerario religioso por la ciudad. Pero la reliquia más importante que alberga no es un hueso o resto corporal de algún santo sino algo más líquido y rojo… la Sangre de San Pantaleón.
Este santo, cuyo nombre significa “el que se compadece de todos”, era originario de Nicomedia y tenia el oficio de médico al servicio del emperador Galerio. Aunque conoció la fe en Cristo se dejó llevar por los placeres carnales y acabó en la apostasía. Un día un amigo suyo llamado Hermolaos le volvió a abrir los ojos y se consagró a Dios en cuerpo y alma al igual que hacia con su ciencia médica. En el año 303 se produjo la represión de Diocleciano a los cristianos en Nicomedia y algunos médicos envidiosos de las artes de Pantaleón lo denunciaron a las autoridades que rápidamente lo atraparon intentando que volviera a la apostasía abjurando de su fe. No quiso renunciar a sus creencias y por ello fue torturado de diferentes maneras: con fuego, con plomo fundido, ahogándole, tirándole a las fieras, torturándole en la rueda y atravesándole con una espada. De nada sirvió pues salió ileso. Por ello lo ataron a un árbol y lo decapitaron. De sus venas no salio sangre sino leche y el olivo donde fue atado floreció al instante. Al irle a enterrar cesó de manar leche y unas gotas de sangre fueron recogidas en ampollas y dispersadas por diferentes partes del mundo.
Una de éstas llegó al Monasterio de la Encarnación a través de una donación que hizo el virrey español de Nápoles, Don Juan de Zúñiga. Desde entonces cada 27 de Julio se repite la misma escena pues coincidiendo con la fecha de su muerte en la persecución de Diocleciano se reproduce la licuefacción de la sangre coagulada de San Pantaleón ante los atónitos ojos de los creyentes. Para los que no sepan en que consiste este fenómeno les diré que cuando un liquido, como es este caso la sangre, que esta negro y sólido por el paso del tiempo, comienza a volverse líquido y a aumentar de tamaño volviendo a su estado original. Estos milagros se suelen producir en diferentes partes del mundo, como por ejemplo el caso del famoso santo San Genaro en Nápoles. Pero el de nuestro santo particular tiene una importancia suma para el destino de nuestro país ya que es tradición que cuando un año la sangre de San Pantaleón no se vuelve líquida puede ocurrir una gran catástrofe y pronostica malos presagios. Como ejemplo les diré que una de las veces que no se dio la licuefacción del santo estalló la Guerra Civil Española.
Así que si tienen curiosidad de ver como un cuerpo pasa de estado sólido a líquido y maravillarse además con la tradición que envuelve el Monasterio de la Encarnación no duden en acudir el 27 de Julio ante San Pantaleón. No les defraudará.