Autor: Anna Funder
Editorial: Lumen (Mondadori)
Páginas: 480
Ernst Toller y Ruth son los narradores
de una novela que retrata a un grupo de activistas alemanes que se
opusieron al ascenso de Hitler y, desde el exilio intentaron advertir a
Europa de los riesgos de la política nazi.
¿Qué sientes cuando tratas de avisar de un peligro y nadie te escucha?
¿Qué sientes al recordar un amor que te volvió ciega a la real idad?
¿Qué sientes frente al miedo?
Cuando Hitler llegó al poder, yo estaba en la bañera...comenta Ruth Wesemann, sentada en el sillón de su casa en Sidney. Esta mujer de más de ochenta años tiene mucho que recordar, y su mente vuelve una y otra vez a los años treinta del siglo pasado, cuando Ruth, su prima Dora y los hombres que ellas amaban tuvieron que dejar Alemania, exiliarse en Londres y desde allí luchar para mostrar al mundo entero cuáles eran las intenciones reales de Hitler.
En ese intento lo arriesgaron todo y Dora, la querida Dora, una mujer menuda y fuerte, apasionada a la hora de actuar y generosa en los juegos del amor, está más presente que nunca en la memoria de Ruth, la única que ha tenido la ocasión de sobrevivir y ahora tiene el deber de recordar, de contar su verdad, de asumir culpas y desengaños.
La memoria, llena de dolor y teñida de ironía, es la protagonista de Todo lo que soy, una espléndida novela que nos lleva a Austerlitz o Los emigrados, de W.G. Sebald.
¿Qué sientes al recordar un amor que te volvió ciega a la real idad?
¿Qué sientes frente al miedo?
Cuando Hitler llegó al poder, yo estaba en la bañera...comenta Ruth Wesemann, sentada en el sillón de su casa en Sidney. Esta mujer de más de ochenta años tiene mucho que recordar, y su mente vuelve una y otra vez a los años treinta del siglo pasado, cuando Ruth, su prima Dora y los hombres que ellas amaban tuvieron que dejar Alemania, exiliarse en Londres y desde allí luchar para mostrar al mundo entero cuáles eran las intenciones reales de Hitler.
En ese intento lo arriesgaron todo y Dora, la querida Dora, una mujer menuda y fuerte, apasionada a la hora de actuar y generosa en los juegos del amor, está más presente que nunca en la memoria de Ruth, la única que ha tenido la ocasión de sobrevivir y ahora tiene el deber de recordar, de contar su verdad, de asumir culpas y desengaños.
La memoria, llena de dolor y teñida de ironía, es la protagonista de Todo lo que soy, una espléndida novela que nos lleva a Austerlitz o Los emigrados, de W.G. Sebald.