sábado, 13 de febrero de 2016

ABRAHAM LINCOLN, UN TIO CON TODA LA BARBA



¿Sabías que cuando Abraham Lincoln ganó las elecciones presidenciales de 1860 todavía no lucía su pelicular barba? En las imágenes y fotos que se hizo durante la campaña electoral podemos observar que su rostro aparece sin barba, rasurado, pero cuando vemos otras hechas unos meses después durante su toma de posesión, en cambio ya podemos verle luciendo una robusta barba. ¿Qué ha sucedido durante esos meses? Y sobre todo ¿por qué se la dejó? Pues esencialmente porque se lo pidió una niña de 12 años llamada Grace Bedell. Un día esta jovencita mientras leía el periódico de su padre se fijo en que en una de sus páginas aparecía el rostro de Abraham Lincoln y con cierta pena pensó que era muy feo, ya que el tener el rostro afeitado le hacía parecer mustio,  sin vida y que con ello no atraería a ningún votante. Es por ello que el 15 de Octubre de 1860 le envió una carta diciéndole que mejoraría mucho su imagen si se dejase barba y que si así lo hacía le prometía que su padre y sus cuatro hermanos le votarían. Días después el mismo Abe le contesto agradeciéndole que pensara en él y que se pensaría lo de dejarse crecer la barba. Pero se lo debió de pensar a fondo ya que cuando ganó las elecciones y tomó posesión del cargo ya la portaba. Abraham Lincoln nunca olvidó aquel gesto y un día se reunió con su pequeña amiga para agradecerle sus consejos. En la actualidad los habitantes de Westfield erigieron una estatua inmortalizando el mismo momento en que se encontraron.