¿Sabías que el
verdadero nombre de Buster
Keaton era Joseph Frank Keaton, y que el
apelativo por el que mundialmente es conocido se debe al maltrato infantil que
sufrió durante su infancia? Según parece era hijo de unos actores de vodevil los cuales estaban
continuamente discutiendo. Lo curioso es que para pelearse no usaban solamente
palabras sino que utilizaban al pobre bebe como arma arrojadiza. En una de ellas
el padre agarró a Keaton y como era costumbre se lo tiró a su mujer con tan
mala fortuna que ésta se agachó haciendo que el proyectil humano saliera disparado por la puerta de la
habitación, que en esos momentos estaba abierta, y cayera dando tumbos por la escalera justamente a los pies
del jefe de la compañía, el gran Houdini, quien al presenciar esta escena
no se le ocurrió otra cosa que gritar asombrado: “What a buster!” (Que más o menos se puede traducir como ¡Vaya porrazo!) Cuando el
pequeño Keaton cumplió más años pasó directamente a las tablas ayudando a sus
padres en su nuevo espectáculo: La bayeta
humana. Parece ser que el número consistía esencialmente en golpear,
estrujar, y estirar al pobre Buster sin que este perdiera su cara de palo. Aunque
ahora nos parezca una auténtica barbaridad en aquellos tiempos este tipo de espectáculos
eran muy comunes, y no solo divertían al público sino que también daban mucho dinero.
Así pues, cuando terminaban el número, los
espectadores les tiraban algunas monedas a escena, a lo que los Keaton, para demostrar lo agradecidos que
estaban, arrojaban el niño al publico siendo éste devueltos de la misma manera como
si fuera una pelota de playa. Llama atención que Buster Keaton nunca se
rompiera un hueso. Con el tiempo este tipo de maltrato se convirtió en uno de
sus sellos de identidad en el cine ya que su “elasticidad” le permitió rodar un
buen número de escenas sin utilizar dobles, solo utilizando su cuerpo.