miércoles, 27 de febrero de 2019

EL ORIGEN DEL BALONCESTO


Muchas veces a lo largo de la Historia la meteorología  ha cambiado el destino de muchas personas y también, debido a la necesidad de adaptarse a ella, ha creado un buen número de inventos que hoy en día podemos disfrutar. Uno de ellos precisamente es el baloncesto. A finales del siglo XIX  en el Massachusetts los inviernos eran muy duros. Se producían grandes nevadas y heladas que paralizaban muchos aspectos de la vida hasta que el sol se imponía con la llegada de la primavera. Durante aquellos fríos meses los estudiantes de la YMCA (Sprinfield) se aburrían sobremanera ya que no podían salir al aire libre a disfrutar de sus deportes favoritos. Viendo esta situación el profesor de educación física de este centro de estudios, James Naismith, empezó a estudiar algún tipo de deporte que se pudiera practicar en el interior y de esta manera animar a sus queridos alumnos. Después de estudiar algunos métodos de aprendizaje se dio cuenta de que necesitaba encontrar algún esfuerzo que se centrara más en la destreza que en el contacto físico. Es por eso que un buen día se acordó de un juego que practicaba en su juventud llamado duck a rock (el pato sobre una roca) y que consistía en acertar con una piedra a un objeto que se había colocado en algún sitio estratégico. Así pues encargó que le trajeran unas cajas de madera pero lo único que le pudieron suministrar fueron unas cestas de melocotones que había por la zona (de ahí que todavía se le llame encestar al acto de meter la pelota en el aro). Naismith las colgó en unas barandillas que había alrededor del gimnasio, a una altura de 3,05 metros, y acto seguido organizó un partidillo con los únicos 18 alumnos que tenía, dividiéndoles en equipos de 9. Era el 21 de Diciembre de 1891 y acababa de nacer uno de los deportes más importantes del mundo. Con el tiempo el número de jugadores fue disminuyendo, hasta los cinco por equipo y ya en 1936 fue considerado como deporte olímpico en Alemania.