sábado, 19 de abril de 2014

BREVE HISTORIA DE LA INQUISICIÓN - José Ignacio de la Torre



Entonces en centenares de plazas de mercado de Europa, los dignatarios eclesiásticos observaban los cuerpos ennegrecidos de sus antagonistas... quemarse y consumirse dolorosamente, y la propia gran misión de ellos para con la humanidad reducirse a polvo y cenizas con ellos. (H. G. Wells)

 

Aunque no encaje mucho hablar del grupo cómico Monty Python en una reseña sobre un libro que trata de la Inquisición, me gustaría remitirles a uno de sus famosos sketches en los que, ataviados con trajes cardenalicios, unos patosos religiosos todavía recorren Inglaterra al grito de ¡The Spanish Inquisition! Las caras que ponen están desencajadas, ojos alucinados y rostro de perversidad. Todo ello, claro esta, para mover a la hilaridad de los televidentes. Pero, aunque sea muy gracioso, detrás de las risas y el gozo se mueve en la sombra la imagen grotesca y paródica que ha quedado de esta institución en la Historia dentro del imaginario popular. Fuera de los círculos académicos pocas personas son las que juzgan de manera equilibrada el papel de la Inquisición, limitando su campo de visión a la imagen deformada de los cronistas y a máquinas de torturas que se hallan cogiendo polvo en los museos, como por ejemplo (les recomiendo que lo vean) el Museo de la Tortura situado en el bonito pueblo de Santillana de Mar (Cantabria). Poco queda de verídico y ecuánime sobre una de las instituciones más represoras y siniestras que han existido con el correr de los siglos, por lo que es necesario tener una idea clara de cuál era el reverso tenebroso de una Iglesia la cual por un lado tendía una rama de olivo a los creyentes y por otra condenaba a penas terribles a cualquier persona que pensara distinto y se saliera de la ortodoxia impuesta desde Roma o Aviñón. Para resolver esta situación y encajar debidamente las piezas son necesarios libros valientes, decididos y bien hilvanados como el de José Ignacio de la Torre, Breve Historia de la Inquisición (2014) editado por Nowtilus.

El autor recorre la historia de esta institución, actualmente llamada Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe (sí, amigos, todavía existe), desde sus orígenes medievales hasta sus últimos estertores del siglo XVIII y XIX, acabando finalmente con un repaso por todos los clichés e imágenes audiovisuales que actualmente existen sobre la Inquisición. Uno de los grandes aciertos de José Ignacio de la Torre es que no centra su libro solamente en la historia de la inquisición española, sino que nos muestra la totalidad de su devenir en el mundo Católico europeo y americano a excepción de la inquisición impuesta por la Reforma, que también tuvo lo suyo de sanguinaria y cruel. En este campo de la intransigencia no se libra nadie, por lo que se puede ver. En Breve Historia de la Inquisición, observamos como este el punto negro de la Iglesia nació en lo más recóndito del medioevo, hundiendo sus raíces en el mismo momento en que comenzaron aparecer grupos contrarios a las directrices eclesiales dictadas por el Papa de Roma. Es por ello que la inquisición nace a una respuesta a las ideas heréticas que aparecen como setas por todo el continente, fueran estos valdenses, bogomilos, cataros, arrianistas, dulcinistas… Choca por tanto que la evolución a lo largo de la Edad Media de una institución que promovió el temor en si mismo, apareciera por el propio miedo a perder la preeminencia espiritual del rebaño. El autor nos cuenta como se cimentó su poder, cómo se estructuró y se confeccionaron sus tribunales y cuáles eran los procedimientos operativos de esos tribunales para sacar y encausar al acusado para, o bien darle una reprimenda pública, encerrarle en las oscuras celdas inquisitoriales o arrancarles la vida entre llamas de hogueras inmisericordes.

Después de sentar las bases José Ignacio de la Torre salta sobre, a mi modo de ver, los dos tipos de inquisiciones más famosas de la Historia. Por orden de importancia: la española y la romana. En el primer caso su nacimiento es debido a una necesidad de unidad religiosa en una nueva España surgida tras el fin de la Reconquista, y en el segundo caso, su alumbramiento venido desde la Edad Media se justifica, no ya por una unidad sino por confirmar el poder de la Iglesia y el Papa en una Italia dividida en un mosaico de territorios que pugnan entre sí. Combaten, sobre todo la española, primeramente a moriscos, judeoconversos, y con el paso del tiempo (tras vaciar a la gallina de huevos de oro de los antiguos habitantes de la Península) a gentes pertenecientes a grupos disidentes con la ortodoxia eclesial y con conventículos surgidos de la Reforma como luteranas, erasmistas o anglicanos… Todo vale para apuntalar a una institución gigante que tiene visos de autofagocitarse con el paso de los siglos como ocurrirá en el siglo XIX. Como dijo Larra, aquel gran polígrafo secular: Murió de vieja.

Con letra clara y paso sencillo el autor desvela cada uno de los entresijos de esta enorme organización, alumbra y espanta fantasmas que han engordado mitos erróneos e igualmente con justa balanza pesa el mal hacer y el daño ocasionado por su actuación. Breve Historia de la Inquisición se lee de principio a fin de manera apasionante, enganchando desde el mismo momento en que se toca su primera página y dejando una sensación plena al leer el último párrafo y haber aprendido lo más esencial de este asunto tan oscuro y lleno de telarañas que nos ha llegado hasta nuestros días envuelto en una imagen deformadora que nos ha impedido comprender los pocos pros y las muchas contras que han existido en la Historia de la Inquisición. Sin ninguna duda, y sin temor a que ningún tribunal enjuicie mis escritos, les recomiendo este gran libro.