sábado, 19 de abril de 2014

LOS JARDINES COLGANTES DE BABILONIA



Fueron construidos entre el 605 a.C y el 562 y desde que la vieron los griegos las consideraron como una más de las Siete Maravillas del mundo antiguo. Las mandó levantar el gran rey Nabucodonosor II como prueba de amor hacia su esposa Amitis, ya que ésta añoraba en demasía las bellas montañas de su Persia natal, y no a Semiramis como dice la leyenda popular. Los Jardines Colgantes se hallaban alojados junto a la muralla y se elevaban unos 50 metros a base terrazas de mayor a menor pudiéndose llegar a la más pequeña gracias a una gran escalera. Para que las plantas pudieran sobrevivir recibían el agua del mismo río Éufrates haciendo que el verdor fuera perenne en cualquier época del año, a lo que hay que añadir que cada terraza estaba sostenida por una multitud de columnas huecas rellenas de tierra en las que estaban las raíces de los árboles y las plantas. Una de las cosas que maravilló a Alejandro Magno al entrar en la mítica Babilonia fue observar el complicado y estudiado sistema de riego que existía en cada terraza el cual permitía llevar el agua desde el río hasta la cima.

Los Jardines Colgantes sobrevivieron a guerras y conspiraciones pero en el 126 a. C desaparecieron cuando los persas conquistaron la ciudad destruyendo uno de las grandes logros de la raza humana.