La región de los Balcanes tiene la tendencia
de producir más historia de la que puede consumir (Winston Churchill)
Supuestamente la
Primera Guerra Mundial iba a ser la guerra que acabaría con todas las guerras.
Pero no fue así. Entonces llegaron los nacionalismos y los fascismos y llegó un
nuevo conflicto global a mayor escala, la Segunda Guerra Mundial. Esta vez sí que
sí, con la llegada de la paz en 1945 muchos estudiosos e historiadores pensaron
que, por lo menos en Europa, ya no iba a haber más derramamiento de sangre y
muertes por credo o raza… pero de nuevo esta gente volvió a equivocarse porque
cuarenta y seis años después el horror y la pesadilla volvió a asomarse al
viejo continente. La señora de la guadaña había esperado mucho tiempo y estaba famélica
de almas. Fue la Guerra de los Balcanes y en ella la raza humana
volvió a demostrar que siempre, por distintas razones, está dispuesta a coger
un fusil dando igual el momento de la Historia. Fue un conflicto armado que se
jugó a varias bandas, internas y externas, y que se entremezcla en algunos
momentos. Así pues para discernir las causas y observar con detalle cada
movimiento de esta guerra, la última de Europa, tenemos una herramienta
esencial publicada por Nowtilus: Breve
Historia de la Guerra de Bosnia, escrito por el historiador, escritor y
periodista Fernando Sánchez Aranaz (2019).
Durante el siglo
XX, sobre todo a principios, a lo que se conocía como Yugoslavia muchos
analistas la consideraban el patio
trasero de Europa, donde se producían continuas guerras que amenazaban la
estabilidad del continente. Un ejemplo de ello fue el epicentro sangriento
donde se origino la Gran Guerra. Y es que esa zona al noroeste de Grecia
siempre fue un tanto polémica debido a las diferentes etnias que en ella había
y que continuamente estaban a la gresca. Fernando Sánchez Aranaz, antes de
lanzarse de lleno a desarrollar la Guerra de los Balcanes nos ofrece un marco
histórico para que sepamos en que terreno nos movemos: Comienza hablarnos de la
llegada de población eslava a partir del siglo VI d. C; la anexión de Croacia a
Hungría en el siglo XI; los continuos conflictos armados sostenidos con el
Imperio Otomano; la importancia que le daba Bismark a la zona de los Balcanes y
el interés austriaco por controlar esa zona; los destinos que aquellos reinos
sufrieron durante la Primera y Segunda Guerra Mundial y finalmente la llegada
del hombre que aunaría a todas ellas bajo la llamada República Federalista de
Yugoslavia y que sustituyó al Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos.
Este hombre era Josip
Broz Tito (1892 – 1980) y bajo su mando llegó a unificar las distintas etnias
que existían: Macedonia, Eslovenia, Croacia, Bosnia/Herzegovina, Serbia, y
Montenegro. Desde 1945 hasta 1980, fecha de su muerte, Tito llegó a unir de
forma política este gran rompecabezas mediante la fraternidad y también la
represión de los movimientos nacionalistas. Era el pegamento que mantuvo unido
durante muchos años a los ciudadanos de aquella república. Pero con su deceso
todo aquel entramado saltó por los aires. Normalmente de las mezclas forzosas y con odios
larvados en el tiempo no suele surgir nada bueno, y eso fue lo que pasó con la
muerte de Tito. Que una república este compuesta por nada más ni nada menos que
por seis etnias suele ser , sino se tiene una gran conciencia cívica y pacífica,
motivo de disputa y si a esto se le suma que religiosamente eran distintas, el
conflicto armado está servido. Hay que recordar que los croatas eran católicos,
los serbios ortodoxos, y en medio de ellos los habitantes de
Bosnia/Herzegovina, también conocidos como bosniacos, eran musulmanes.
Con la
desaparición de Tito arreciaron los movimientos nacionalistas y populistas,
como por ejemplo el serbio de Slobodan Milosevic quien se convirtió en presidente
de Yugoslavia en 1987. Esto no gustó a los otros reinos quienes inmediatamente
quisieron independizarse. Este fue el caso entre 1991 y 1992 de Eslovenia,
Macedonia y Croacia. Lo malo es que en la zona croata también había una minoría
serbia que no quería dicha independencia y se sentía amenazada. Milosevic,
gracias a su control en el ejército gubernamental, envío tropas para defender a
aquellos ciudadanos. Es el comienzo de una cruenta guerra civil que tuvo como
consecuencia no solo la ruina del país sino también la friolera de alrededor de
97207 muertos y casi dos millones de desplazados. Pero si esto no fuera grave
también Bosnia/Herzegovina quiso independizarse e igualmente los ciudadanos
serbios del lugar tampoco aceptaron el referéndum haciendo que emergiera la
figura de Radovan Karadzic como líder de la minoría serbia el cual se unió a
Milosevic para acabar con los enemigos comunes.
Es por ello que la guerra se recrudece y el ejército serbio y sus fuerzas
paramilitares comienzan a tomar ciudades en Bosnia contabilizando en cientos de
muertos las distintas batallas que se van produciendo. Además también surgen un
nuevo término en este conflicto: la limpieza étnica. Como ya he indicado
anteriormente en los Balcanes aparecen distintas confesiones religiosas por lo
que la guerra también se convierte en un campo de exterminio del contrario,
aquel que tiene una religión distinta. Es el caso de los musulmanes. Con la llegada
de las fuerzas serbias a Bosnia se produce una gran huida de musulmanes
llegando muchos de ellos a refugiarse en la ciudad de Srebrenica. Los serbios
llegan en 1993 y sitian la ciudad ocasionando muertos y hambruna. La ONU,
viendo la extrema gravedad del asunto, toma la ciudad bajo su mando, pero de
poco sirve ya que en 1995 el ejercito de Milosevic la conquista produciéndose uno
de los mayores horrores vistos desde la Segunda Guerra Mundial: violaciones en
masa, torturas, fusilamientos de hombres y niños, fosas comunes enormes…
Aquello provocó que la OTAN tomara cartas en el asunto a la vez que represalias
contra el ejército serbio. Esto fuerza a que Milosevic pida la paz. La firma de
Paris y los Acuerdos de Dayton llevaron una relativa calma a un territorio que
en pocos años había sucumbido a la rabia y el fuego de la sinrazón.
Nuestro autor
nos narra la historia del último conflicto sangriento perpetrado en Europa y
nos lleva a recorrer los momentos más duros de entonces, como por ejemplo el mítico
cerco a la ciudad de Sarajevo. Nos enseña cómo se desarrollo y también como el
mundo pareció en algunos momentos dar la espalda a aquella guerra civil. Una historia
contada de forma vibrante, emotiva y erudita que nos hace comprender como
muchas veces el hombre es incapaz de arreglar las diferencias, ya sean políticas,
sociales o religiosas, sin agarrar un fusil. Breve Historia de la Guerra de Bosnia es un libro que vale la pena
leer para que el horror de aquel tiempo no se pierda en el olvido.