sábado, 13 de enero de 2018

BREVE HISTORIA DE LA CIENCIA FICCIÓN - Luis E. Íñigo Fernández



“Yo... he visto cosas que vosotros no creeríais: atacar naves en llamas más allá de Orión. He visto rayos C brillar en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán... en el tiempo... como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir.” (Blade Runner)

En la Biblia, precisamente en Hebreos 11,  encontramos la siguiente sentencia: Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. O sea la confianza en que algo en que no tenemos seguridad, o que no existe en este momento es cierto y se puede realizar. Es decir que si utilizamos la misma definición para la ciencia ficción vemos que no se aleja demasiado de ella. Y es que el hombre siempre ha querido ver más allá de lo que tiene delante de sus ojos, de lo que hay detrás del ocaso del sol. Tiene la certeza de que lo que les hacen soñar las novelas de ciencia ficción y sus películas es posible, y que los universos que les muestran serán realidad en un futuro no muy lejano. Este género, la ciencia ficción, no es algo novedoso, ni ha surgido de la noche a la mañana sino que es algo que ha acompañado al ser humano desde la antigüedad hasta nuestros días, así que por ello damos la bienvenida al nuevo libro de Luis E. Íñigo Fernández, Breve Historia de la Ciencia Ficción (Nowtilus, 2017), en donde analiza las claves de este género y su evolución a lo largo de la Historia.

Podríamos decir que la ciencia ficción nació de forma paralela a la creación de la religión por parte del ser humano. Ya lo podemos observar en las aventuras, mundos, y artilugios que utilizaban los dioses de la antigüedad, ya fueran los promiscuos griegos y romanos, los valientes mesopotámicos con Gilgamesh a la cabeza buscando la inmortalidad, o en el más allá de los egipcios con sus mil y una pruebas para llegar o al paraíso o caer en el olvido completo. Y aunque con la llegada del cristianismo los sueños se convirtieran en anhelos de cielos iluminados por la faz de Dios Padre, la imaginación y el deseo de quimeras se sigue cultivando, ya fuera a través de cuentos populares, de las fantasías de alquimistas que dan vida a golems de barro primigenio, o de inventores que sueñan con máquinas del futuro.

Pero fue el siglo XIX y la literatura de fantasía o terror la que impulsó definitivamente a la futura ciencia ficción como la conocemos actualmente. Visionarios como Julio Verne y sus novelas Veinte mil leguas de viaje submarino o Viaje al centro de la tierra entre otras muchas; quiméricos como H. G Wells con sus inquietantes relatos centrados en los peligros de la humanidad y sus locos intentos por dominar la ciencia (La guerra de los mundos; El hombre invisible; o La máquina del tiempo); y literatos como la romántica Shelley o el oscuro Poe, fueron los que pusieron las bases iniciales de este género que tantos adeptos tiene en la actualidad. Desde ese momento, ya en el siglo XX,  la ciencia ficción se impone dentro del mundo de la literatura con Hugo Gernsback a la cabeza, o las elucubraciones robóticas de Asimov. Y fue en el siglo anterior cuando un invento vino a reforzar estos libros y estas revistas que hacían las delicias de los jinetes del futuro: el cine. Las sagas cinematográficas como la Guerra de las Galaxias, Star Trek, o películas como Encuentros en la tercera fase, Atmosfera Cero, Blade Runner, y cientos de ellas las que han traído luz, y color a la ciencia ficción. Sus imágenes refuerzan nuestra imaginación, y eso hace que más y más adeptos a este género crezcan día a día, ya sean en nuevas corrientes como el cyberpunk o el steampunk, o los que analizan cada libro y cada película desde puntos de vista realistas, feministas, religiosos…

Entrar en el mundo de la ciencia ficción es adentrarse en un universo en continua expansión, en donde solo la imaginación es una frontera en la que no existen límites. Es un mundo en donde caben todas las corrientes, ya sean literarias, a través de libros, revistas, fanzines; cinematográficas mediante películas o series; e incluso visuales en comics de bella factura. Es por ello que analizar la ciencia ficción es muy difícil debido a que no es posible abarcarla del todo ni etiquetarla con precisión milimétrica. Así que si quieren darse una vuelta por este género tan fascinante no dude en pasar un buen rato con Breve Historia de la Ciencia Ficción, con el que conseguirá una buena base para disfrutar de lo que hoy no es posible pero mañana sí y en el que todo es posible y más allá.