viernes, 30 de agosto de 2019

EL PADRE DE LAS MÁQUINAS EXPENDEDORAS


Hoy día las podemos ver en cualquier lugar. En estas máquinas instaladas en hospitales, tiendas, comisarías de policía, zonas de esparcimiento, colegios, en la propia calle, etc. podemos obtener todo tipo de productos, desde comida, artículos para el ocio, tickets de transporte, e incluso en su modalidad de cajeros automáticos situados en las sucursales bancarias billetes y monedas que se reponen continuamente. Todo un mundo de productos al alcance de cualquier ciudadano. ¿Cuándo fueron inventadas? La versión moderna de este ingenio hay que buscarla hacia 1880, en plena Revolución Industrial, cuando se empezaron a utilizar en Londres para vender tarjetas postales. Pasados los años saltaron el charco y  también fueron instalándose en Estados Unidos. Pero hay que darse cuenta que estamos hablando de la versión moderna de este invento, ya que el verdadero padre de las máquinas expendedoras fue un ingeniero y matemático helenístico llamado Herón de Alejandría. Este científico, entre muchos de sus estudios, concibió una especie de máquina expendedora que se instalaba en los templos de Tebas y el Alto Egipto. Dicho artilugio funcionaba de la siguiente manera: el acólito se acercaba a la máquina expendedora e introducía una moneda por una ranura y según el peso de ésta, a cambio, le daba una porción de agua bendita para que pudiera llevársela a la vuelta de su peregrinación. Nihil novum sub sole.

jueves, 29 de agosto de 2019

BREVE HISTORIA DE LA GUERRA DE BOSNIA - Fernando Sánchez Aranaz



La región de los Balcanes tiene la tendencia de producir más historia de la que puede consumir (Winston Churchill)

Supuestamente la Primera Guerra Mundial iba a ser la guerra que acabaría con todas las guerras. Pero no fue así. Entonces llegaron los nacionalismos y los fascismos y llegó un nuevo conflicto global a mayor escala, la Segunda Guerra Mundial. Esta vez sí que sí, con la llegada de la paz en 1945 muchos estudiosos e historiadores pensaron que, por lo menos en Europa, ya no iba a haber más derramamiento de sangre y muertes por credo o raza… pero de nuevo esta gente volvió a equivocarse porque cuarenta y seis años después el horror y la pesadilla volvió a asomarse al viejo continente. La señora de la guadaña había esperado mucho tiempo y estaba famélica de almas. Fue la Guerra de los Balcanes y en ella la raza humana volvió a demostrar que siempre, por distintas razones, está dispuesta a coger un fusil dando igual el momento de la Historia. Fue un conflicto armado que se jugó a varias bandas, internas y externas, y que se entremezcla en algunos momentos. Así pues para discernir las causas y observar con detalle cada movimiento de esta guerra, la última de Europa, tenemos una herramienta esencial publicada por Nowtilus: Breve Historia de la Guerra de Bosnia, escrito por el historiador, escritor y periodista Fernando Sánchez Aranaz (2019).

Durante el siglo XX, sobre todo a principios, a lo que se conocía como Yugoslavia muchos analistas la consideraban el patio trasero de Europa, donde se producían continuas guerras que amenazaban la estabilidad del continente. Un ejemplo de ello fue el epicentro sangriento donde se origino la Gran Guerra. Y es que esa zona al noroeste de Grecia siempre fue un tanto polémica debido a las diferentes etnias que en ella había y que continuamente estaban a la gresca. Fernando Sánchez Aranaz, antes de lanzarse de lleno a desarrollar la Guerra de los Balcanes nos ofrece un marco histórico para que sepamos en que terreno nos movemos: Comienza hablarnos de la llegada de población eslava a partir del siglo VI d. C; la anexión de Croacia a Hungría en el siglo XI; los continuos conflictos armados sostenidos con el Imperio Otomano; la importancia que le daba Bismark a la zona de los Balcanes y el interés austriaco por controlar esa zona; los destinos que aquellos reinos sufrieron durante la Primera y Segunda Guerra Mundial y finalmente la llegada del hombre que aunaría a todas ellas bajo la llamada República Federalista de Yugoslavia y que sustituyó al   Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos.

Este hombre era Josip Broz Tito (1892 – 1980) y bajo su mando llegó a unificar las distintas etnias que existían: Macedonia, Eslovenia, Croacia, Bosnia/Herzegovina, Serbia, y Montenegro. Desde 1945 hasta 1980, fecha de su muerte, Tito llegó a unir de forma política este gran rompecabezas mediante la fraternidad y también la represión de los movimientos nacionalistas. Era el pegamento que mantuvo unido durante muchos años a los ciudadanos de aquella república. Pero con su deceso todo aquel entramado saltó por los aires.  Normalmente de las mezclas forzosas y con odios larvados en el tiempo no suele surgir nada bueno, y eso fue lo que pasó con la muerte de Tito. Que una república este compuesta por nada más ni nada menos que por seis etnias suele ser , sino se tiene una gran conciencia cívica y pacífica, motivo de disputa y si a esto se le suma que religiosamente eran distintas, el conflicto armado está servido. Hay que recordar que los croatas eran católicos, los serbios ortodoxos, y en medio de ellos los habitantes de Bosnia/Herzegovina, también conocidos como bosniacos, eran musulmanes.

Con la desaparición de Tito arreciaron los movimientos nacionalistas y populistas, como por ejemplo el serbio de Slobodan Milosevic quien se convirtió en presidente de Yugoslavia en 1987. Esto no gustó a los otros reinos quienes inmediatamente quisieron independizarse. Este fue el caso entre 1991 y 1992 de Eslovenia, Macedonia y Croacia. Lo malo es que en la zona croata también había una minoría serbia que no quería dicha independencia y se sentía amenazada. Milosevic, gracias a su control en el ejército gubernamental, envío tropas para defender a aquellos ciudadanos. Es el comienzo de una cruenta guerra civil que tuvo como consecuencia no solo la ruina del país sino también la friolera de alrededor de 97207 muertos y casi dos millones de desplazados. Pero si esto no fuera grave también Bosnia/Herzegovina quiso independizarse e igualmente los ciudadanos serbios del lugar tampoco aceptaron el referéndum haciendo que emergiera la figura de Radovan Karadzic como líder de la minoría serbia el cual se unió a Milosevic para acabar con los enemigos comunes.  Es por ello que la guerra se recrudece y el ejército serbio y sus fuerzas paramilitares comienzan a tomar ciudades en Bosnia contabilizando en cientos de muertos las distintas batallas que se van produciendo. Además también surgen un nuevo término en este conflicto: la limpieza étnica. Como ya he indicado anteriormente en los Balcanes aparecen distintas confesiones religiosas por lo que la guerra también se convierte en un campo de exterminio del contrario, aquel que tiene una religión distinta. Es el caso de los musulmanes. Con la llegada de las fuerzas serbias a Bosnia se produce una gran huida de musulmanes llegando muchos de ellos a refugiarse en la ciudad de Srebrenica. Los serbios llegan en 1993 y sitian la ciudad ocasionando muertos y hambruna. La ONU, viendo la extrema gravedad del asunto, toma la ciudad bajo su mando, pero de poco sirve ya que en 1995 el ejercito de Milosevic la conquista produciéndose uno de los mayores horrores vistos desde la Segunda Guerra Mundial: violaciones en masa, torturas, fusilamientos de hombres y niños, fosas comunes enormes… Aquello provocó que la OTAN tomara cartas en el asunto a la vez que represalias contra el ejército serbio. Esto fuerza a que Milosevic pida la paz. La firma de Paris y los Acuerdos de Dayton llevaron una relativa calma a un territorio que en pocos años había sucumbido a la rabia y el fuego de la sinrazón.

Nuestro autor nos narra la historia del último conflicto sangriento perpetrado en Europa y nos lleva a recorrer los momentos más duros de entonces, como por ejemplo el mítico cerco a la ciudad de Sarajevo. Nos enseña cómo se desarrollo y también como el mundo pareció en algunos momentos dar la espalda a aquella guerra civil. Una historia contada de forma vibrante, emotiva y erudita que nos hace comprender como muchas veces el hombre es incapaz de arreglar las diferencias, ya sean políticas, sociales o religiosas, sin agarrar un fusil. Breve Historia de la Guerra de Bosnia es un libro que vale la pena leer para que el horror de aquel tiempo no se pierda en el olvido.

domingo, 25 de agosto de 2019

LA PIERNA DE SARA BERNHARDT


A la actriz Sara Bernhardt (1844 – 1923) se la llegó a conocer como la Divina ya que sin duda alguna ha sido una de las grandes damas de la escena teatral de todos los tiempos. Pero su fama de inmortal no le privó de perder una de sus famosas piernas al comienzo de la Primera Guerra Mundial. Allá por 1914 comenzó a sentir fuertes dolores en la rodilla derecha, precisamente la misma que se rompió siendo niña cuando se cayó (o tiró) de una ventana. Para colmo de males, mientras representaba Tosca sufrió un accidente muy aparatoso pues cuando la heroína de la obra se lanza desde las murallas del castillo, cayó sobre esa pierna provocándose una gran herida debido a la negligencia de los operarios que no supieron amortiguarle la caída como era debido. A consecuencia de ello tuvieron que amputársela lo que no fue óbice para que dejara de actuar. Y tanta era su popularidad que alguno de sus admiradores llegó a ofrecer la friolera de 10.000 dólares de la época con la única idea de poseer una de las extremidades de uno de los grandes mitos del teatro.

domingo, 18 de agosto de 2019

EL HOMBRE QUE NO ALZÓ EL BRAZO



Es una de las fotos más famosas de la Segunda Guerra Mundial y tal vez de la Historia Universal. A modo de las composiciones tipo ¿Dónde está Wally? podemos ver a un grupo de gente entusiasta que están realizando el saludo nazi pero si nos fijamos en el circulo de la foto en cuestión, casi en la parte superior derecha, aparece un hombre con los brazos cruzados, con tono desafiante, que desentona con todos los demás. ¿Quién era esta persona que por no realizar el seig heil ante Hitler se estaba jugando la vida, y por qué motivo, sabiendo los riesgos que conllevaba dicho gesto, se negaba a hacerlo? La instantánea esta realizada el 13 de Junio de 1936 en un acto realizado por el Partido Nazi en el que se realizaba el bautismo de una nueva nave de la Armada Alemana en los astilleros de Blohm + Voss (Hamburgo). Todos los trabajadores y familiares están realizando el saludo oficial, ya fuera por convicciones políticas o por miedo a los vigilantes que había en los alrededores, menos August el cual tenía razones más que suficientes para no darle esa satisfacción al Führer.

August Landmesser era un trabajador de la empresa Blohm + Voss quien en 1931 se había afiliado al Partido Nazi solamente para conseguir un carnet con el que poder trabajar en la empresa naviera. Pero en 1933 se produjo un hecho en su vida que lo iba a cambiar todo. Ese año había conocido a una mujer llamada Irma Eckler y se había enamorado de ella a pesar de que era judía. Aun así a August le dio igual y desafiando las leyes raciales de Nuremberg se unió a ella teniendo una hija en 1935, Ingrid. A resultas de ello fue expulsado del Partido Nazi. De ahí el enfado y el gesto de desafío con el que aparece en la foto del año siguiente.

En 1937, viendo el giro antisemita y radical que se había apoderado de su país, con todo el dolor de su corazón decidió huir a Dinamarca junto a su familia pero fueron detenidos en la frontera. Fue procesado y acusado por los delitos de “deshonrar a la raza” y de “infamia racial” y en 1938 se le informó que iba a ser absuelto si rompía su relación con Irma. Claro está, August no aceptó y se le sentenció a pasar tres años en un campo de concentración mientras su mujer, que estaba en ese momento embarazada, era también detenida y llevada a otro campo donde nació su hija Irene. Allí la separaron de sus hijas y finalmente acabó sus días en un campo de exterminio.

Cuando August salió libre de su condena no supo donde estaban su mujer ni sus hijas e inmediatamente fue alistado y llevado al frente en donde, probablemente, murió ya que nunca encontraron sus restos. Esta historia de desafío y muerte podía haber acabado de forma anónima, como muchas otras en aquella época de muerte y dolor, pero esta vez no fue así ya que en 1996 la oposición de August a realizar el saludo nazi salió a la luz gracias a la labor de su hija Irene. En verdad que hay relatos que vale la pena recordar.

sábado, 17 de agosto de 2019

EL ORIGEN DE LA PALABRA BURDEL


En la zona noreste de España, en concreto en la parte del Pirineo catalán y aragonés nos podemos encontrar con la palabra borda, que viene a significar “cabaña”, residencia o lugar de venta extra radios de algún pueblo o ciudad importante. En un principio cuando se nos habla de una cabaña tendemos a pensar en un espacio reducido donde se resguardan los pastores de su faena diaria o cuando tienen que esconderse rápidamente al pillarle una fuerte tormenta en medio del campo. Pero en la Edad Media también era común que en muchas de estas cabañas alejadas del casco urbano residieran prostitutas por lo que la gente que tenía planes de ir a alguna de estas cabañas utilizara la expresión “ir de bordas”. En catalán borda pasó a decirse bordell mientras que en castellano esta palabra se transformó en burdel o lo que es lo mismo lugar donde se practica la prostitución. Por tanto una simple palabra que tenía un significado de lo más bucólico pasó a convertirse en sinónimo de comercio carnal.