jueves, 31 de agosto de 2017

LA ACTRIZ INVENTORA



De Hedwig Eva Maria Kiesler (Viena, 1914 – Florida, 2000), de nombre artístico Hedy Lamarr, conocemos su faceta de actriz pudiéndola ver en filmes tan exitosos como Éxtasis, Ambición de mujer, o Sansón y Dalila, entre otras muchas. Pero ¿sabían que detrás de su faceta glamurosa se esconde una de las inventoras más famosas del siglo XX, y que gracias a ella hoy podemos disfrutar de Wifi y Bluetooth en nuestro entorno más cercano? Cuando el empresario cinematográfico Louis B. Meyer la conoció en Europa, enseguida se dio cuenta de lo grande que podría ser como actriz y a raíz de ello la hizo un contrato de siete años para trabajar en Hollywood.
Allí rápidamente destacó tanto por su dotes artísticas como por su belleza sensual pero entre rodaje y rodaje y para evitar el aburrimiento dedicó sus dotes de ingeniera a desarrollar inventos aplicándolos sobre todo al campo armamentístico. Y es que en aquellos años en que Hedy Lamarr brillaba en los platós de Hollywood el mundo se encontraba embarcado en la Segunda Guerra Mundial. Pero nuestra protagonista no quiso hacer desarrollar aquellos inventos por diversión sino también por el gran odio que tenía a la Alemania nazi. Parece ser que cuando era joven se casó en contra de su voluntad con el gerifalte nazi Friedrich Mandl el cual abusaba sexualmente de ella y la mantenía todo el rato recluida en casa en un verdadero estado de esclavitud. Hastiada de esta situación, y viendo peligrar su vida, Hedy se fugó en 1937 disfrazada de criada y consiguió llegar oculta de esta guisa hasta París, en donde posteriormente conoció a Louis B. Meyer. Como se puede ver la actriz tenía una gran motivación para ayudar a los aliados en la guerra y es por eso que patentó un sistema secreto de conmutación de frecuencias con el que se evitaba la detección de torpedos. Es decir un verdadero sistema inalámbrico con el que comunicarse en largas distancias.
Pero sus inventos no quedaron ahí y es que esta actriz e ingeniera austriaca quiso que la todos se beneficiasen de sus ingenios y es por ello que también perfeccionó un mecanismo para mejorar los semáforos y una pastilla con la que incluso se podía crear una bebida gaseosa. Actualmente el 9 de Noviembre se conmemora el “Dia del Inventor”  en homenaje al día en que nació Hady Lamarr.

lunes, 28 de agosto de 2017

LA CAPITAL QUE NUNCA DUERME



A cualquiera que se le pregunte  cuál es la capital de Estados Unidos, obviamente responderá que Washington D.C. Eso es algo asumido, pero ¿sabías que durante cierto tiempo la ciudad de Nueva York fue la capital de ese país? Pues sí, ocurrió entre el 11 de enero de 1785 y el 12 de agosto de 1790. Y fue durante esos cinco años que la ciudad que nunca duerme acogió las reuniones del Congreso de la nueva nación. Para ello se habilitó un edificio, el Federal Hall, que está situado cerca de la sede de la Bolsa de Nueva York, y que además fue donde George Washington tomó posesión como primer presidente del país en 1789 (actualmente se puede ver una estatua conmemorativa de él delante de este edificio). Pero como no había sitio suficiente para acoger el Congreso y los nuevos ministerios, los congresistas tuvieron que acudir a otro lugar, la Taberna Fraunces, situada en el 54 de Pearl Street,  para hacer sus trabajos. Su dueño, un tal Samuel Fraunces, había sido un activista, además de espía, muy importante durante la guerra de independencia, y por eso no tuvo problema en alquilar parte de su edificio para acoger los ministerios de Exteriores, Guerra y del Tesoro. Me imagino que los congresistas entre papeleo y papeleo no tendrían problema en servirse alguna que otra pinta de cerveza con la que alegrar su trabajo.

domingo, 27 de agosto de 2017

LAS MONEDAS JUSTAS



Sobre el príncipe Vlad III de Valaquia (1431 – 1476) , nacido como Vlad Draculea y más conocido por sus enemigos como Tepes (El Empalador) se han escrito cientos de historias y algunas de ellas tan truculentas que  incluso se le ha hecho entrar en la leyenda como un ser maligno chupador de sangre. Como consecuencia de ello su verdadera historia y reinado se han desvirtuado tanto que a día de hoy se ha convertido en un mero cliché de los cuentos y películas de terror. Aun así en su Rumania natal es todo un héroe no solo por defender su tierra del poder de los otomanos sino por aplicar justicia en sus dominios aunque fuera de una manera un tanto expeditiva. Por ejemplo se cuenta que una vez un comerciante florentino que viajaba de noche por tierras de Transilvania fue atracado en un desfiladero por un grupo de asaltantes quienes además de su caballo se llevaron una bolsa llena de monedas de oro. Cuando el pobre comerciante llegó andando a un pueblecito cercano denunció el hecho y de inmediato las autoridades del lugar se pusieron a buscar a los maleantes. Un día después el comerciante fue llamado  al castillo de Drácula y en cuanto atravesó sus puertas pudo ver en el jardín de entrada a todos los ladrones empalados junto a sus familias. Entonces el príncipe se le acercó y le dio la bolsa que le habían robado. El comerciante le dio las gracias y cuando estaba a punto de partir el príncipe le pidió que las contara. Ya fuera por agradecimiento o por miedo a su anfitrión así lo hizo pero cuando terminó dijo que había una moneda de más. Fue entonces cuando Drácula le dijo: “Verdaderamente tu honradez te has salvado. Si por un casual te hubieras llevado la bolsa con una moneda de más ahora mismo estarías bailando en la estaca más alta junto a los ladrones”.

martes, 22 de agosto de 2017

LA BASURA QUE SE ACUMULABA EN ROMA



Cuando vemos un peplum sobre la antigua Roma normalmente vemos la ciudad bastante limpia, y aunque series actuales como Roma poco a poco nos van mostrando una ciudad más real, la verdad es que la ciudad del Tíber era un lugar bastante sucio. Además de que la gente tiraba los desperdicios por las ventanas, a eso hay que añadir que el romano de a pie tenía la mala costumbre de arrojar los desperdicios en cualquier sitio o de hacer sus deposiciones, ya fueran en forma de orina (minctores) o de forma solida (cacatores) en la primera esquina o callejón que les pillara a mano. Así que era normal que en sus calles se fuera acumulando la basura poco a poco de manera alarmante. Menos mal que en Roma existía un servicio de limpieza que velaba porque a los viandantes no les llegaran los desperdicios hasta el cuello. Se sabe que existían una serie de empleados públicos llamados stercorari que ayudados por los carros de basura o plostra stercoraria llevaban los sucios desperdicios a los vertederos o puticulum que había en las afueras de la ciudad. Incluso en aquellos lugares había manadas de cerdos que se ponían hasta arriba comiendo dichos desperdicios para que poco a poco quedara sitio para traer más cargamento. Y es que los romanos tiraban de todo, desde fluidos corporales, cadáveres, hasta enseres domésticos como muebles o vasijas que ya no se utilizaban en casa o en los almacenes. Con respecto a esto último en una zona de Roma se llegó a acumular tal montaña de desperdicios de vasijas y ánforas que llegó a formarse todo un monte: el monte Testaccio.

domingo, 20 de agosto de 2017

¿POR QUÉ LOS CULÉS CELEBRAN SUS VICTORIAS EN CANALETAS?



Cualquier persona, aunque no sepa mucho de deporte o no le interese en demasía, sabrá que los aficionados de un club deportivo suelen celebrar los triunfos deportivos en un lugar fijo, convirtiéndose desde ese momento en un territorio propio y muy especial. Por ejemplo, el Real Madrid lo celebra en la castiza fuente de la Cibeles; el Atlético de Madrid lo hace muy cerquita de allí, en la de Neptuno; y en cambio los seguidores del Barcelona lo hacen en una fuente pequeñita llamada Canaletas ubicada en las Ramblas. Si nos centramos en esta última ¿cómo es posible que un gran equipo, uno de los mayores de Europa y del Mundo, celebren en tan peculiar sitio sus triunfos? Pues permítanme que se lo explique. Según parece alrededor de los años 30 los aficionados culés, antes de que existiera internet o la televisión, para informarse de los resultados de la jornada de Liga y saber si su equipo había ganado o no, acudían a un  periódico deportivo que estaba al lado de dicha fuente,  La Rambla, y veían en una pizarra si su equipo había ganado. Y si era así lo celebraban allí mismo. A partir de entonces aquello se convirtió en una tradición a la que no falta ningún aficionado barcelonista para festejar las victorias de su equipo.