martes, 30 de junio de 2015

EL APODO DE JUAN “SIN TIERRA”



Sin duda se trata de uno de los malos de cine más importantes que han aparecido en la historia del celuloide. Lo hemos visto luchando contra el alegre Robin Hood, contra su propio hermano Ricardo Corazón de León, e incluso alguna vez matando de hambre a sus vasallos gracias a la ayuda del pérfido sheriff de Notthingam. Pero la realidad era más bien distinta, pues Juan (1166 – 1216) no era ni tan mezquino ni tan malvado como nos han hecho creer. Por ponerles un ejemplo, el apodo que siempre aparece al lado de su nombre, “sin tierra” no era debido a que siempre estuviera celoso de su regio hermano Ricardo sino que le fue impuesto porque no se esperaba de él que heredase el reino de Inglaterra. Esto era debido a que era el quinto hijo de Enrique II y Leonor de Aquitania. Por delante de él se encontraban Guillermo, Enrique, Ricardo y Godofredo. Pero pasado un tiempo la suerte de Juan empezó a cambiar ya que los dos primeros fallecieron prematuramente, Godofredo encontraba la muerte en un torneo en París y a Ricardo lo mató un disparo de flecha en Francia en 1199, y no como resultado de una conspiración según afirma una leyenda negra. Así que de no tener nada se convertía de la noche a la mañana en Rey de Inglaterra, Señor de Irlanda y conde de Maine. Pero tampoco nos hemos de olvidar que a Juan no solo se le llamó el “sin tierra”, sino también “espada suave” debido a que según nos cuentan las crónicas medievales era una persona negada en el campo de batalla.

lunes, 29 de junio de 2015

MEJOR NO SE EMBARQUEN CON VIOLET JESSOP



En 1911 una joven llamada Violet Jessop, de 23 años, fue contratada por la prestigiosa compañía naviera White Start Line como camarera del transatlántico Olympic. Pero hay que decir que su experiencia laboral dentro del buque no duró mucho ya que el 21 de Septiembre de ese mismo año el barco chocó cerca de la isla Wight contra el HMS Hawke, quedando irremediablemente  inutilizado. Como curiosidad indicar que el Olympic ha sido el único transatlántico que ha tenido el honor de hundir un submarino durante la Primera Guerra Mundial. Pues bien, si a muchas personas esta experiencia les hubiera hecho tener dudas sobre la idea de  volver a embarcarse, Violet no las tuvo pues un año después, en 1912, volvía a ser contratada nuevamente por la misma compañía pero como camarera de primera clase de uno de los barcos más míticos y lujosos que han existido: el Titanic. Nuestra protagonista estaba encantada con volver a poner los pies en cubierta y conocer todas las maravillas que le habían contado sobre este barco. Pero al igual que un año antes, la desgracia parecía envolver a Violet ya que en la madrugada del 14 al 15 de Abril el Titanic colisionaba contra un iceberg en aguas del Atlántico Norte. Aun así, volvió a sobrevivir pues en cuanto se dio cuenta de que el barco se iba a pique subió rápidamente a un bote salvavidas. Llama la atención que antes de que el bote fuera descendido un oficial le entregó un bebe para que también se salvara. Al igual que otros fueron salvados tiempo después por el Carpathia, pero cuando estaban a bordo una mujer, la cual decía que era su madre, le arrebató aquel bebe y ni siquiera se digno darle las gracias por haberle salvado de las gélidas aguas.

Bueno, ya llevábamos dos naufragios. La empresa White Start Line ya debería tener más cuidado sobre a quién contratan. Pero parece que en Diciembre de 1915 Violet Jessop se presentó como voluntaria para ser enfermera en el barco Britannic. Y como es natural en estos casos, volvió a ocurrir una desgracia, ya que el 21 de Noviembre de 1916 explotó la cocina. Viendo el barco en peligro Violet se tiró al agua pero con tan mala suerte que al caer comenzó a ser succionada por las hélices. Cuando un bote se acercó a ella para recogerla  fue golpeada en la cabeza sin querer perdiendo en el acto el sentido. Parecía que iba a morir ahoga pero un superviviente consiguió izarla al bote salvavidas.

Aunque tiempo después, al final de la guerra, volvió a embarcarse de nuevo en el Olympic, parece que Violet estaba algo cansada de tantos viajes ( y tantas tragedias), y en 1950, cuando tenía 63 años dejó el servicio dejando como corriculum haber sido testigo de tres grandes hundimientos. Se retiró a un pequeño pueblo inglés, Great Ashfield, Suffolk, con la idea de olvidar todas las penas que había sufrido y también con la intención de alejarse lo más posible de la mala suerte que la acompañaba. Pero como podernos ver esta maldición no quería olvidarse de ella pues según nos cuenta el escritor John Maxtone Graham en su libro Titanic Survivor:
Una noche, Violet estaba en casa y su teléfono empezó a sonar en medio de una gran tormenta. Se levantó y cuando cogió el teléfono una voz de mujer preguntó por ella. Cuando se identificó, la mujer le dijo: “¿Es usted la misma Violet Jessop que salvó a un bebe en el Titanic?”. Ella contestó: “Sí, pero ¿quién llama en medio de la noche?”. La mujer se rió y dijo: “Yo soy ese bebe” y colgó”

Ser una superviviente del Titanic siempre le marcó, y aunque quería vivir tranquilamente cuidando su terreno  y vendiendo huevos a los vecinos, más de una vez fue molestada por curiosos que se acercaban a ver a la persona que había llevado su mala suerte a los barcos en los que había trabajado. Violet Jessop murió en 1971 víctima de una insuficiencia cardiaca.

viernes, 26 de junio de 2015

COMO PERDER UNA BATALLA MIENTRAS SE DUERME



Después de la Batalla del Álamo (6 de Marzo de 1836) el ejército mexicano, al mando del general Antonio López de Santa Anna, se sentía imparable, casi invencible, pues no había enemigo que le pudiera plantar cara. Tan confiado estaba el general que, a pesar de los consejos de sus subalternos, decidió entrar en Texas con la misión de destruir al ejército texano, comandado por Sam Houston, y que desde la tragedia de El Álamo estaba en franca huida. De esta manera el 19 de Abril de ese mismo año las primeras avanzadillas mexicanas llegaron a las cercanías del río San Jacinto.

Pasados dos días el general Santa Anna, confiando en que los texanos eran pocos y que no podían causarle ningún daño, mandó a sus tropas que  descansaran todo el día, que se refrescaran en el río que tenían a sus espaldas, y que cuando llegara el mediodía echaran una siestecita. Cosa que él mismo hizo bajo un árbol cercano al campamento militar. E incluso ordenó que no se pusieran centinelas en los alrededores para que no le despertaran al emitir el santo y seña. Pero lo que no sabía el general mexicano es que el ejército de Sam Houston y James C. Neill habían recibido refuerzos y estaban agazapados precisamente al otro lado de un bosquecillo que había enfrente de las tropas mexicanas. Cuando sus propias espías les comunicaron el lamentable estado de las fuerzas enemigas no dudaron un solo minuto y ordenaron a sus soldados que atacaran sin más dilación. En verdad era una oportunidad única en la vida.

Lo primero que hicieron las tropas texanas fue derribar el puente que había sobre el rio Jacinto con el objetivo de cortar la retirada de los mexicanos, y acto seguido, con gran griterío, cargaron contra las primeras líneas enemigas. Fue todo un éxito pues debido a este ataque relámpago pillaron desprevenidos y somnolientos a los mexicanos los cuales no sabían por donde les venían los disparos. Incluso algunos texanos se sorprendieron al encontrar a algunos soldados todavía durmiendo a pierna suelta dentro de las tiendas. Aunque parezca increíble la batalla solo duró ¡18 minutos!  La derrota mexicana fue aplastante, ya que en total murieron 630 soldados, 208 sufrieron heridas mortales, y 730 fueron capturados cuando quisieron huir precipitadamente saltando el rio, mientras que los texanos solamente tuvieron 9 muertos. Pero ¿y qué pasó con el general Santa Anna? Pues sencillamente que no se enteró de la batalla. Cuando despertó se encontró rodeados de soldados enemigos que le apuntaban con sus bayonetas que creían haber capturado a un oficial importante. Aun así, cuando los mexicanos capturados estaban siendo concentrados, uno de los prisioneros le reconoció llamándole ¡señor Presidente! Fue en ese preciso momento cuando se descubrió el pastel. ¡El general y presidente de México había sido atrapado mientras echaba una siesta!

Esta victoria tuvo como consecuencia la independencia de Texas a través del Tratado de Velasco, firmado el 21 de Mayo de 1836, posteriormente corroborado por el otro tratado conocido como el de Guadalupe Hidalgo (1848). Es resumidas cuentas, unos cuantos ronquidos son el origen del actual estado americano de Texas.

viernes, 12 de junio de 2015

LA TRAGEDIA DE FIDENAS



¿Sabías que las grandes tragedias en estadios cerrados durante eventos deportivos no solo se han producido en la actualidad? También durante el imperio romano se produjo uno de los  mayores desastres que ha conocido la Historia. Aunque en este caso la culpa no la tuvieron aficiones enfrentadas a muerte sino la avaricia de un especulador desaprensivo. Hemos de retroceder al 27 d. C cuando se levantó una prohibición que había ordenado el emperador Tiberio con respecto a los espectáculos de gladiadores. Un empresario llamado Atilio, viendo que los espectadores volvían a llenar hasta los topes la arena de los anfiteatros pensó que debía construir un anfiteatro de madera en Fidenas y vender e igualmente revender cientos de entradas a un precio irrisorio con el único fin de llenar sus bolsillos. De resultas de este movimiento especulativo llegó a meter en el mismo recinto, totalmente apiñados, a un total de 50.000 personas. Pero cuando los gladiadores llevaban un rato atacándose mutuamente la estructura de este improvisado anfiteatro acabó cediendo, provocando que más de 20.000 romanos murieran aplastados. ¡Una barbaridad! De resultas de ello las autoridades tomaron las siguientes soluciones: a partir de entonces todos los anfiteatros serían construidos en piedra para evitar que se desmoronasen, e igualmente se prohibieron los espectáculos que fueran organizados por personas que tuvieran unas rentas inferiores a 400.000 sestercios.

miércoles, 10 de junio de 2015

MISTERIOSO ASESINATO EN CASA DE CERVANTES Juan Eslava Galán



La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierran la tierra y el mar: por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida.

Parece que Miguel de Cervantes Saavedra (Alcalá de Henares, 1547 – Madrid, 1616), a raíz de la búsqueda de sus restos en el Convento de las Trinitarias en Madrid, vuelve a estar de moda. Lo normal es que solamente nos acordáramos de él en el Día del Libro (23 de Abril) o en los centros escolares cuando el profesor de turno procede a dar una clase de literatura acerca del Siglo de Oro. Pero de la noche a la mañana lo volvemos a ver en las primeras planas de los periódicos, programas de televisión,  o revistas especializadas. ¡Incluso como trending topic en las verdes praderas de internet! Hecho éste que me place en extremo, pues confirma que nuestro escritor más universal sigue siendo parte esencial de nuestro acervo cultural. Aunque como una sombra que nunca se ha ido de nuestro lado. En verdad, don Miguel, es el mayor ejemplo de la persona que todo el mundo conoce pero de la que nadie sabe nada cierto. Y esto es una marca hispana por excelencia, ya que mientras en otros países se sabe con pelos y señales toda la vida de sus escritores preferidos, no existiendo huecos que la razón haya iluminado, en cambio, en España, la figura de Cervantes siempre ha estado envuelta en un halo de misterio difícil de comprender. Como diría Andrés Trapiello: La vida de Cervantes tal vez sea el mayor enigma de nuestra historia literaria. Y si no obsérvense unos datos. Todavía los literatos y expertos en la materia, cervantistas de pro, andan a palos sobre el lugar de nacimiento del escritor; sus desapariciones existenciales en distintos momentos, como si su persona fuera el Guadiana, que se esfuma; e incluso en la muerte se han tardado siglos, parece ser, en encontrar sus mínimos restos. Dudas y enigmas que en todo momento y lugar envuelven a Miguel de Cervantes Saavedra y que, seguramente, se deban a que su fama es tan grande y extensa, como el astro rey, que no permite abarcarlo del todo. (Continua)...

lunes, 8 de junio de 2015

EL ORIGEN DEL CONSOMÉ



Desgraciadamente las guerras, ese mal que persigue a la humanidad desde su nacimiento, suelen generar muerte y destrucción por doquier. De ellas no se recogen más que lágrimas y soledades, pero hay veces que durante los conflictos bélicos suelen generarse cosas positivas. Ya les hablé una vez del origen de la mahonesa, o mayonesa, depende de cómo lo pronuncien, y hoy les quiero hablar de otra receta gastronómica nacida entre el olor a pólvora y el ruido metálico de sables desenvainados. Se trata del consomé. Para conocer su historia hemos de retroceder a los albores de la Guerra de Independencia Española (1808 – 1814). Cuando las tropas del general Junot se preparaban para invadir Portugal, sus soldados penetraron en el Monasterio de Alcántara (Cáceres) y lo desvalijaron. Los libros que había en la biblioteca del monasterio los utilizaron para hacer cartuchos de fusiles, pero uno de aquellos soldados encontró por casualidad un recetario de cocina, el cual traía distintas recetas de aquella comarca extremeña, destacando sobre todas ellas un caldo llamado consumado. El susodicho milite se lo entregó a su general, y éste al comprobar la importancia de este descubrimiento, se lo envió a su esposa Laura quien rápidamente lo difundió por todo París. Los chefs de la ciudad pronto se dieron cuenta que aquel consumado se parecía bastante a una antigua receta francesa llamada consommé, la cual consistía en un fuerte caldo de carne. Así pues aquellos cocineros hicieron suya esta receta bautizándola oficialmente consommé, y pasando a conocerse en España  como consomé.