lunes, 31 de octubre de 2011

CARNE PICADA EN HUELVA



Por: José Antonio

Tras la derrota de las tropas del Afrika Korps de Rommel en el Sahara el mando Aliado se centró en la conquista de Sicilia como punto estratégico para iniciar la reconquista de Italia y  del continente Europeo. Sin embargo, la cercanía del continente africano de las zonas en manos del Eje haría imposible que los preparativos de dicha conquista fueran secretos. Para ello se pergeñó una operación de engaño que hiciera creer al Alto Mando alemán que el objetivo estaba en la conquista de Cerdeña y los Balcanes.
El capitán de la RAF Charles Cholmondeley  tuvo la idea de lanzar en paracaídas un cadáver en Francia con información falsa. En principio la idea se dejó de lado por impracticable. No obstante, el capitán de corbeta Ewen Montagu recuperó la idea pero lanzando al cadáver en el mar. Ayudados por el patólogo sir Bernard Spilsbury, Montagu y su equipo encontraron un cadáver de un hombre de 34 años muerto por una neumonía. Hablaron con su familia de la operación y les pidieron guardar secreto de la misma. La familia aceptó con la única condición de que no se revelara jamás la identidad del muerto. El hecho de que hubiera fallecido por neumonía hacía que sus pulmones tuvieran el mismo aspecto que un ahogado. A la operación se le dio el nombre de Mincemeat (carne picada).
Le dieron la identidad del muerto. El Comandante William Martin. Le inventaron una novia, que era una joven del MI5, completándolo con cartas y fotos de su relación. Le pusieron entre la documentación entradas de teatro recientes, un juego de llaves, una tarjeta de identidad caducada, facturas sin pagar, etc.


Mientras Montagu creaba al personaje en el Alto Mando se decidía qué documentación clasificada tendría que llevar. Era necesario convencer a los alemanes de que el desembarco se iba a efectuar en algún sitio que no fuese Sicilia. La idea era presentar un ataque a Cerdeña, como paso previo para establecer una base para un desembarco en el sur de Francia y, a continuación, efectuar un gran desembarco en Grecia por los Balcanes. Y, en lugar de sugerir directamente estos falsos planes por medio de documentos oficiales, se sugerirían por medio de una carta personal del teniente general Sir Archibald Nye, al general Sir Harold Alexander, donde se le decía «off-the record» que habría dos operaciones. Alexander atacaría Córcega y Cerdeña, mientras el general Sir Henry Wilson lo haría en Grecia, dando a esta falsa operación el nombre de Operation Husky, que era el nombre real de la operación de desembarco en Sicilia. Además, en una jugada maestra de psicología inversa, la carta indicaba que se estaban elaborando planes para engañar a los alemanes y convencerlos de que el desembarco se haría en Sicilia.
Tras todo esto, el comandante Martin fue puesto en un contenedor estanco vestido con su uniforme de la Royal Marine, embarcándolo en el submarino HMS Seraph que navegó hasta las costas de Huelva. Se eligió esta posición dado que España, aunque neutral, simpatizaba con Alemania e Italia y en su suelo había gran cantidad de agentes de la Abwerh, el servicio secreto alemán. De madrugada lanzaron al mar el cuerpo con el maletín atado y un chaleco salvavidas. Desde el submarino se envió un mensaje: MINCEMEAT COMPLETED.
El cuerpo fue encontrado a primera hora de la mañana por un pescador que lo entregó a las autoridades. A los tres días fue entregado al vicecónsul británico y enterrado con honores en el cementerio de Huelva.
Montagu decidió incluir el nombre de William Martin en la lista de bajas que publicaba el Times, sabiendo que los alemanes también lo leerían, junto con dos oficiales que murieron en accidente de aviación cuando se dirigían a Gibraltar. Para reforzar el engaño se mandaron una serie de mensajes al agregado naval británico en Madrid pidiéndole la devolución inmediata de los documentos que portaba el comandante Martin al precio que fuera. Los documentos fueron devueltos a mediados del mes de mayo de 1943.
Sin embargo, los alemanes ya sabían de la existencia de dichos documentos y un agente de la Abwerh se hizo con ellos. Los alemanes abrieron el maletín y fotografiaron su contenido. Dichas fotografías fueron enviadas a Berlín con urgencia, para su examen por la inteligencia germana. Los alemanes se habían tragado el engaño. Por eso se envió un telegrama a Winston Churchill con el siguiente mensaje: Mincemeat swallowed whole (se han tragado la carne picada).
Hitler quedó tan convencido de la autenticidad de los documentos que discrepaba con Mussolini de que Sicilia fuera en punto del ataque, insistiendo que cualquier mensaje de los aliados en este sentido era un engaño. La invasión comenzaría en otro lugar. Hitler dio órdenes de reforzar Córcega y Cerdeña y envió a Rommel a Atenas. Los barcos encargados de la defensa de Sicilia fueron enviados a otros lugares.
La invasión de Sicilia empezó el 9 de julio de 1943, pero los efectos del engaño de los documentos del comandante Martin seguían, ya que lo alemanes pensaban que se trataba de una finta y que el ataque se haría sobre la isla de Cerdeña. Sicilia fue conquistada en apenas un mes, sin apenas resistencia.
La tumba del comandante Martin sigue en el cementerio de Huelva. Su “muerte” salvó muchas vidas y cambió el curso de la guerra. Desde el día de su “entierro” siempre hay flores frescas en su tumba.



sábado, 29 de octubre de 2011

LAS TRIBULACIONES DE WILLIAM




Y es que cuando el destino está en contra de alguien no hay nada que hacer, por mucho que uno lo intente una y otra vez. Y sino que se lo digan al escritor británico William Sommerset Maugham que incapaz, por cuestiones legales, de sacar fuera de España el dinero correspondiente a sus derechos de autor, decidió pasar unas vacaciones de lujo en Madrid. Para ello eligió el hotel más caro que pudo encontrar, y se pasó todas las noches pidiendo las cenas más caras y extravagantes que pudiera haber.

Cuando calculó que ya se habia gastado más de lo que había ascendido la suma acaudalada, informó al director del hotel que al día siguiente iba a abandonar su estancia en el hotel y que por favor le prepararan la cuenta. Un rato después llamaron a la puerta de su habitación y al abrirla se encontró con el gerente que con una sonrisa de oreja a oreja le decía:

-Ha sido un honor tenerle aquí. Su estancia nos ha proporcionado una muy buena publicidad, así que no hay cuenta que pagar.

viernes, 28 de octubre de 2011

ESAS MANITAS BIEN ARRIBA



Por: José Antonio

Acababa de comenzar el año 1977. En España se veía la luz después de casi 40 años de vivir bajo una dictadura en la que las libertades eran mínimas. El día 15 de diciembre de 1976 los españoles hablaron: querían un cambio, querían libertad. El apabullante respaldo del pueblo a la Ley de Reforma Política presentada por el gobierno de Adolfo Suárez encendió las alarmas de la extrema derecha, del búnker, de los nostálgicos del franquismo, y eso era algo que no se podía permitir, que España pudiera sobrevivir sin el yugo del Régimen. Y actuaron. De igual modo los terroristas de ETA y GRAPO seguían con su campaña de terror con múltiples atentados y secuestros, como el de Antonio María de Oriol y Urquijo, representante éste del franquismo ortodoxo y Jefe del Consejo de Estado. Por otro lado, la izquierda y las fuerzas democráticas, por entonces ilegales, se habían unido en la Plataforma de Organismos Democráticos y unían los intentos de negociación con el gobierno con la fuerza de la calle con  huelgas políticas. España entraba en la fase final del proceso de cambio de la dictadura a la democracia en ese mes de enero de 1977. Sin embargo, la semana del 23 al 29 de enero estuvo a punto de crear una situación de involución política que pudo tirar al traste todo el trabajo realizado para llevar a España a un Estado de Derecho sin violencia.

Ya había habido en el año 1976 situaciones de violencia que habían puesto en peligro el proceso. En primer lugar los sucesos de Vitoria, donde varios trabajadores murieron por disparos de la Policía mientras realizaban una asamblea en la iglesia de San Francisco. En segundo lugar la tragedia de Montejurra donde las dos facciones del Partido Carlista se enfrentaron con la pasividad de la Guardia Civil. Todo ello jalonado con la violencia de comandos de ultraderecha, con el terrorismo de ETA y GRAPO, con la presión de Fuerza Nueva en la calle, con el temor a la rebelión del ejército, con la aparición en rueda de prensa en Madrid y detención de Santiago Carrillo, con el Congreso del PSOE en un hotel del centro de Madrid, etc. Demasiados ingredientes para un cóctel. Sin embargo, lo peor estaba por llegar.
  El día 23 de enero había convocada en Madrid una manifestación Pro-Amnistía. El búnker no podía soportar que los rojos se manifestaran por la capital ni que tuvieran cada vez más presencia en la vida pública. En una de las calles aledañas a la Gran Vía un guerrillero de Cristo Rey mata por la espalda de un disparo al estudiante Arturo Ruiz y hiere de gravedad a Florencia Marcano.
El 24 de enero es convocada una manifestación de repulsa al asesinato de Arturo Ruiz y ahí muere la estudiando María Luz Nájera. La Policía Armada cargó contra los manifestantes y un bote de humo le impactó en la cabeza muriendo en la entrada de la calle Libreros. Pero ese día 24 ocurrieron más cosas. GRAPO anunció que había secuestrado al general Villaescusa. Este secuestro era una provocación directa al Ejército. Hay que tener en cuenta que los terroristas tenían aún retenido a Antonio María de Oriol y Urquijo, es decir, que GRAPO estaba lanzando su provocación hacia el búnker y hacia el Ejército.
Sin embargo, el hecho más trágico se produjo ese día por la noche. Por aquellos días en Madrid se estaba desarrollando una huelga en el transporte privado. Los huelguistas tenían una asamblea en un despacho de abogados laboralistas en la calle Atocha. Una vez finalizada dicha reunión, en la que se decidió continuar con los paros, varios letrados se quedaron en el despacho en espera de que hubiera algún rezagado de los huelguistas. Llamaron a la puerta y entraron un comando de la ultraderecha armados al grito de Todos de pie contra la pared y esas manitas bien arriba. Registraron los despachos y cortaron los cables del teléfono. Después de esto dispararon contra los abogados matando a 3 de ellos(Enrique Valdevira, Luis Javier Benavides y Francisco Javier Sauquillo), un estudiante de derecho (Serafín Holgado) y un administrativo (Ángel Rodríguez Leal), además de herir gravemente a otros 4 letrados (Miguel Sarabia, Alejandro Ruiz-Huerta, Luis Ramos y Dolores González, ésta esposa de Sauquillo). Los terroristas iban en busca del dirigente de CC.OO. Joaquín Navarro que había salido del local unos minutos antes. El comando terrorista de ultraderecha estaba integrado por miembros de Guerrilleros de Cristo Rey y de neofascistas italianos entre los que se encontraba Carlo Cicuttini, miembro de la organización Gladio (liga anti-comunista dirigida por la CIA). Los asesinos, creyendo que tenían la cobertura de las fuerzas de seguridad del Estado, tal y como ocurrió en la tragedia de Montejurra, ni siquiera se tomaron la molestia de irse de Madrid. A los pocos días fueron detenidos.
La reacción fue inmediata. Esa noche en Madrid se cortaba el silencio. Se esperaba una reacción violenta del Partido Comunista que, afortunadamente, no se produjo. El peligro de una confrontación civil estaba a flor de piel. El catedrático y amigo de Santiago Carrillo, Santiago Lagunero, afirmaba que ninguna persona comprometida con la democracia durmió esa noche en su casa. Se esperaba lo peor. El gobierno tenía miedo, mucho miedo y por ello prohibió en principio la exposición de los cuerpos de los abogados asesinados en el Colegio de Abogados. Más tensión porque los letrados, incluso los ideológicamente se encontraban distantes con los muertos, presionaron a Rodolfo Martín Villa, ministro de la Gobernación y al final se instituyó la Capilla Ardiente. El Partido Comunista quería que el entierro fuera público. El gobierno tenía miedo de que aquello degenerara en incidentes. Al final se pactó que se llevaran los féretros desde el edificio del Colegio de Abogados hasta la plaza de Colón. El PCE hizo una demostración de fuerza y seriedad como nunca se ha visto en España con la consigna del silencio. Impresionan las imágenes en las que cientos de miles de personas se echaron a las calles de Madrid y sólo se escucharan los motores de los helicópteros. Silencio absoluto.
Sin embargo, los acontecimientos luctuosos no finalizaron ahí. Varios miembros de la Policía Armada y de la Guardia Civil fueron asesinados por el GRAPO.
Como se puede ver en esta cadena de desgracias acumuladas en el periodo del 23 al 29 de enero de 1977 la transición a la democracia estuvo a punto de degenerar en un nuevo enfrentamiento entre españoles: los que querían que España recuperara la libertad democrática y los que querían perpetuar el Régimen franquista. Por suerte la templanza de los demócratas y de las instituciones fue la adecuada y el tortuoso camino de España hacia un Estado de Derecho continuó hasta la situación que tenemos hoy día.

lunes, 24 de octubre de 2011

LA GESTA DE LOS ZAPADORES DE ALCALÁ DE HENARES



Alguien lo tenía que hacer, no se podía consentir tamaña ignominia. Lo de Madrid, aquel glorioso 2 de Mayo de 1808, fue la gota que colmó el vaso. Ante la impunidad de las grandes élites y la anuencia de la gran mayoría de los altos oficiales, los franceses habían cortado de raíz el alzamiento madrileño ahogándolo en sangre. Pero esta llama no había sido apagada sino que pasados los días fue convirtiéndose en un auténtico incendio que inflamó las voluntades y conciencias de gran parte de los españoles. La tropa de ingenieros de Alcalá de Henares, queriendo salvar su honra, fueron los primeros en alzarse contra el enemigo (23 de Mayo de 1808) dos días antes que en Asturias que fue el 25.


Formando un batallón de 600 a 700 hombres con oficiales competentes y banderas al frente portaron la Caja del Cuerpo que contenía alrededor medio millón de reales con dirección a Valencia en donde les acogieron con gritos de júbilo por haber tenido la valentía de alzarse frente a los franceses y por haber desoído los gritos de amenazas de Murat para que volvieran a Alcalá de Henares. En 1816 se condecoró esta hazaña y se creó un escudo distintivo para conmemorar este hecho tan patriótico.

sábado, 22 de octubre de 2011

PRESENTACIÓN DEL LIBRO: BREVE HISTORIA DEL MUNDO, de Luis E. Íñigo Fernández

 

Una buena presentación de un buen libro se merece una excelente librería para estar acorde con la categoría del evento. Esta conjugación de hechos se produjo el jueves día 20 de Octubre en la Librería Marcial Pons que sirvió como marco a la puesta de largo de la nueva obra de Luis E. Íñigo Fernández Breve Historia del Mundo, editado por Nowtilus para su afamada colección de libros didácticos Breve Historia de...

Con puntualidad extrema, y tras observarse que la sala se hallaba a reventar, se procedió a la presentación del libro, siendo el autor flanqueado por tres auténticos mosqueteros fieles que le ayudaron en todo momento y estuvieron al quite de cualquier pregunta o duda que tuviéramos de la excelente obra que nos ponían delante. Fueron, siguiendo el orden de presentación, el director de Nowtilus, Santos Rodríguez, el director de la colección Breve Historia José Luis Ibáñez Salas; y para completar la terna el amigo íntimo del escritor Fernando González Botija, profesor de Derecho Administrativo. Pero lo más sorpréndete y lo que nos intrigó a todos en un principio no fue observar este cuarteto de lujo, sino que Íñigo Fernández de manera natural y bastante recurrente rompiera el hielo de la situación, pues no debe ser fácil ponerse delante de un auditorio tan ducho en la materia, contándonos ¡un cuento! , que aunque parecía que no tenía nada que ver con la escuela de la musa Clío, tenía una moraleja que nos enseñaba bastante sobre cómo enfocar la historia y su entendimiento.

Se habló de cómo fue la idea original para escribir este nuevo ensayo, hacia qué lectores está orientado y sobre todo cómo hemos de leer este Breve Historia del Mundo y no caer en errores de prelectura. Un libro para comprender cómo el bloque en conjunto de los humanos pudo sobrevivir desde la mismísima prehistoria hasta los días de hoy, en la actualidad. Un libro en el que lo que menos aparece son reyes, fechas y datos áridos que cualquier persona puede consultar en una enciclopedia. Esta es la historia, la gran aventura del homo sapiens a través de los diferentes siglos que ha vivido y el milagro continuo de su supervivencia. Una obra en que lo social prima frente a lo bélico, y lo cotidiano frente al dato frío y objetivo. Un ensayo en que la humanidad ha ido de un lado a otro (teoría de choques de civilizaciones y movimientos pendulares) pero siempre adelante mostrándonos el gran logro de la vida.

Tras terminar entre aplausos (como los grandes escritores) y dar paso al siempre interesante turno de ruegos y preguntas, Luis E. Íñigo Fernández tuvo a bien firmar ejemplares y aclarar algunas dudas que hubieran quedado en el tintero. En verdad que la presentación fue redonda y muy didáctica, en la que hay que destacar el buen trato que siempre dispensa la editorial Nowtilus para sus presentaciones. Salí con un buen regusto en la boca y con la esperanza de que mucha gente decida acercarse a esta peculiar obra, Breve Historia del Mundo y se deje llevar por el embrujo histórico que impregna este magnífico ensayo.

viernes, 21 de octubre de 2011

LA PROFECÍA DE LUMIÉRE



Menos mal que uno de los inventores del cinematógrafo Louis Lumière no trabajaba de publicista, pues cuando unos periodistas le preguntaron qué futuro preveía a su nuevo aparato él, de forma rotunda dijo:

-Mi invento podrá ser disfrutado como curiosidad científica… pero comercialmente no tiene el más mínimo interés.

Como podrán ver, era un vendedor nato.

jueves, 20 de octubre de 2011

LA HAZAÑA DE "EL GLORIOSO"



Para situar esta historia, injustamente olvidada por nuestro país, hemos de remontarnos a mediados del siglo XVIII. España estaba siendo gobernada por el segundo Borbón Fernando VI ayudado por el reformador Marqués de La Ensenada. Por aquellas fechas, el Caribe español estaba rugiendo de fuego y hierro pues se estaba produciendo la denominada Guerra de la Oreja de Jenkins (1739-1748) enfrentando a dos potencias mundiales, España (ayudada por Francia) e Inglaterra, por la supremacía de los mares. Aquella breve contienda fue épica dándose capítulos inolvidables como el Gran Sitio de Cartagena (1741) donde Blas de Lezo, que solo contaba con 6 fragatas y 2,380 hombres, supo doblegar a la enormidad de las fuerzas inglesas del Almirante Vernon que con sus 180 barcos, 3000 cañones y 24,000 hombres deseaba borrar del mapa a las fuerzas españolas (cantidad nunca igualada hasta el Desembarco de Normandía).


Muchos episodios acontecieron en aquella guerra, pero existe uno difícil de emular. El Glorioso era un barco de 70 cañones que se disponía a llevar desde América a España un fabuloso tesoro compuesto de monedas, joyas, piedras preciosas y mucho oro. Corría el año 1747 y la noticia de aquel transporte corrió por todos los mares despertando la codicia de piratas y barcos ingleses desperdigados por todos los mares. Pero aquel barco no lo iba a poner facil pues al mando se encontraba un veterano marinero, curtido en las contiendas de Cerdeña, Sicilia, y Oran, llamado Pedro Mesía de la Cerda.


En cuanto El Glorioso salió de Cartagena de Indias comenzó la caza, como lobos tras un tierno ciervo indefenso. Cerca de la Isla de las Azores se topan con un convoy inglés compuesto de numerosos buques de transporte, un paquebote de 20 cañones, un navío, El Warwick y una fragata, la Lark. Dejando solamente el paquebote la fragata se lanza a por el barco español pero es destrozado por los certeros cañonazos de El Glorioso. Enrabietado la Warwick también arremete como un toro enfurecido y durante la noche, en una brutal batalla una bala de cañón español le destroza el palo mayor, dejándole a la deriva.


Solamente este hecho es una gesta, pero lo que no sabía Pedro Mesía es que esto no había hecho más que empezar, pues cenca de Finisterre (14 de Agosto), a punto de llegar a su salvación se encuentra con otros tres barcos enemigos más, un navío de 60 cañones y dos fragatas. Pero nada puede detener a nuestro intrépido capitán que con su pericia y sus buenos cañoneros los echa a pique. Por ahora el resultado es de 5-0. Con algunos problemas llegan al puerto de Corcubión donde le tienen que hacer una serie de reparaciones de urgencia pues el cuadro que presenta no puede ser más desolador: el bauprés destrozado, rotas multitud de vergas y jarcias, toda la popa acribillada, y lo que es más triste cinco muertos y 140 heridos. Aun así los marineros de Corcubión hacen todo lo que pueden y lo vuelven a fletar para que llegue a El Ferrol donde le harán un arreglo más a fondo y especializado.


Yendo al astillero de destino un fuerte viento hace virar la nave y lo lleva hacia el Sur camino de Cádiz. Un largo trayecto trufado de enemigos ansiosos de vengarse por las derrotas sufridas a sus compatriotas. Cerca del Cabo de San Vicente, el Glorioso hará honor a su nombre pues se encontrará con nada más ni menos que 10 barcos que no están dispuestos a que siga flotando. Primero envían a sus fragatas pero nuevamente el barco español las hace huir con el rabo entre las piernas. Los ingleses no se lo pueden creer y con rabia en los ojos envían al gigante Darmouth de 70 cañones. Pero pasa lo increíble, pues un solo cañonazo basta para derriba a aquel Goliath pues la bala penetra en la Santabárbara y hace que explote en mil pedazos. Inglaterra no puede consentir más afrentas y desesperados mandan a todos sus barcos... estando entre ellos un auténtico titán de 3 puentes llamado El Russell. Toda la noche estuvieron cañoneando al barco español, penol contra penol, pero no le podían doblegar, hasta que llegado el amanecer no tuvo otro remedio que rendirse. Esta hazaña le había costado al Glorioso un total de 36 muertos y 130 heridos y casi quince barcos enemigos hundidos. Los soldados ingleses ávidos de botín penetraron en el interior del barco pero no encontraron el tesoro que buscaban ya que Pedro Mesía había sido muy inteligente y lo había dejado depositado en Corcubión. Había cumplido una doble misión, por un lado entregar íntegro el tesoro a España y por otro destrozar el mayor número de barcos enemigos. Los mismos marinos ingleses tuvieron que rendirle honores debido a la gran pericia que había tenido aquel valiente barco español.


¿Qué fue de aquel bravo capitán? Pedro Mesía de la Cerda, tras gran increíble gesta se le encomendó la peligrosa misión de limpiar las aguas caribeñas de enemigos y contrabandistas en calida de corso y posteriormente fue ascendido a Teniente General en 1755 (curiosamente en aquella época se volvió a flotar otro Glorioso en el Ferrol, con 78 cañones y que estaría de servicio entre 1755 y 1818) Pasado el tiempo y con 61 años, en 1761 fue nombrado Virrey de Nueva Granada, en donde hizo una gran labor pacificando a los indios del Chocó, revitalizando obras públicas, reorganizando los tributos y la hacienda del virreinato y fundando la Biblioteca Nacional de Bogota. En 1773 se retiro de sus funciones y volvió a Madrid donde vivió diez años más hasta 1783.


En verdad una vida admirable al servicio de España a bordo de un barco de leyenda.

martes, 18 de octubre de 2011

LA FUENTE DE LOS LEONES



Su restauración ha costado mucho tiempo y dinero (alrededor de 1,2 millones de euros) pero su finalización ha valido la pena. Aunque ahora, hasta finales de 2011, esta alojado en el Patio del Palacio de Carlos V pronto volverá a su hogar, La Alhambra y nos asombrará la belleza de esta pieza esencial dentro del arte islámico andalusí.


Su localización original se sitúa dentro del Patio de los Leones, en La Alhambra, construido por el sultán Mohamed V en 1377 y destinado como harén. No hay que confundir la palabra harén con el lugar donde vivían las mujeres y concubinas del sultán sino con un “lugar privado” donde su realeza podía descansar con tranquilidad. La planta de este patio es hexagonal y fue concebida como un autentico paraíso terrenal. En el centro del patio se alojó La Fuente de los Leones para que con el ritmo de su agua pudiera serenar los espíritus más intranquilos.


Esta fuente procedía de la casa del Visir Yusuf Ibn Nagrela. Se trata de una gran taza (gracias a la última restauración ha aparecido el poema original de ibn Zamrak que circunvala toda la fuente) que se asienta sobre 12 leones hechos del más puro mármol de Macael (Almería). Éstos fueron construidos entre 1362 y 1391 y recientes estudios han demostrado que todos no son iguales, sino que cada ejemplar es único, pues nos encontramos con que esta manada esta compuesta de seis machos y seis hembras.


No solo ha fascinado a los visitantes la composición prestancia de estos felinos sino que incluso se les ha dotado de un simbolismo de lo más curioso. Unos opinan que los leones representan los doce signos del zodiaco, mientras que otros dicen que simbolizan las doce tribus de Israel. Para más inri decir que los cuatro canales donde cae el agua al lado de la fuente se ha querido ver también como los cuatro ríos del paraíso.

lunes, 17 de octubre de 2011

INCITATUS, EL CABALLO HISPANO



No fue el único corcel que había en Roma, pues para colmar la gran afición que tenían los romanos por las carreras de caballos se importaban anualmente desde Hispania alrededor de 10,000 equinos reservándose los más briosos y fuertes para el ocio desmedido del hipódromo. Pero el más afortunado de todos ellos tuvo nombre y apellidos llegando a ser incluso sinónimo de locura y demencia. Se llamaba Incitatus “El Impetuoso” y fue el caballo preferido de aquel demente emperador llamado Calígula (12 – 41 d.C)

Fue un amor a primera vista. Calígula lo vio en la arena y pronto lo quiso para él. Su figura, altiva, su porte, poderoso, y su prestancia pronto conquistaron la torcida mente del emperador. Todo era poco para su querido corcel: la preparación para cualquier carrera era planificada de una manera tan detallada y exhaustiva que se postergaba cualquier empresa importante de la ciudad o cualquier batalla que se fuera a producir en las fronteras del imperio. Incitatus necesitaba estar al cien por cien para cada competición, por lo que la noche antes se pedía silencio a toda Roma para que el caballo pudiera descansar a la perfección, bajo pena de decapitación para el que interrumpiera el placido sueño del equino. Incluso si Incitatus tenia el sueño agitado el mismo Calígula se acostaba con él y mientras le acariciaba las ancas le arrullaba con dulces canciones de cuna. Claro está ganaba normalmente todas las carreras menos una en la que quedó segundo y en vez de ser crítico con el corcel derrotado, el emperador monto en cólera y torturó lentamente durante días al jinete que ese día lo montaba.

Nunca un caballo fue tan mimado. Tenía un pesebre de marfil donde se le echaba la mejor alfalfa de todo el imperio; a su alrededor siempre había 18 caballerizos pendientes de cualquier necesidad; e incluso tenía palacio propio donde trotar con toda libertad. Pero la locura de Calígula por su corcel llegó a su clímax cuando, cansado de la actitud de los senadores romanos, decidió hacer cónsul al propio Incitatus nada más ni menos que de la provincia de Bitina.

viernes, 14 de octubre de 2011

LOS ESPAÑOLES DE DUNKERQUE



Aunque parezca mentira también estuvimos allí, resistiendo el envite de las tropas alemanas permitiendo que cientos de soldados franceses e ingleses, sobre todo, pudieran huir en los barcos rumbo a Inglaterra para salvarse de aquella ratonera llamada Dunkerque. A este rescate se lo denominó Operación Dynamo y fue el epílogo de un desastre ya consumado pues la bolsa de soldados ingleses, franceses e incluso belgas estaba ya cercada y al borde de la destrucción. Era cuestión de tiempo.

Desde el 27 de Mayo hasta el 4 de Junio de 1940 los soldados fueron desfilando hacia las naves de manera caótica en una playa que se había convertido en todo un caos. Inexplicablemente Hitler había mandado parar a todas sus  Panzerdivisionen y ordenando además que la Luftwaffe dejara de hostigar a aquellos soldados para permitirles una franca huida. A enemigo que huye puente de plata, debió de pensar el Führer.  En total se salvaron unos 338.000 hombres que prometieron volver al continente a destruir la maquinaria nazi y así salvar al mundo de las garras de cualquier totalitarismo. Los generales alemanes nunca perdonaron a Hitler pues no permitió que, utilizando la lógica militar, aniquilaran aquella bolsa de resistencia y de un plumazo acabar con aquellos formidables soldados enemigos. Este hecho fue fatal para el futuro de Alemania.

Ésta es, a grandes rasgos, los hechos de Dunkerque, pero pocos saben que allí también había otros soldados igual de valientes o más que los oficiales recogidos por la historia. Éstos eran soldados españoles que bravamente cubrieron la retirada de sus aliados y se batieron el cobre durante todos aquellos días entre el  frío y los calores del tiempo y lo ingrato de las dunas. Muchos de estos bravos españoles ya estaban en Francia cuando se produjo el rápido ataque Alemán en 1940 y pertenecían tanto a las unidades militares como a las compañías de trabajadores, muchas de las cuales se encontraban desplegadas en el frente. Allí quedaron cercadas unas 15 compañías de éstas y estuvieron cubriendo con valentía a sus camaradas. Tras la huida corrieron diferentes suertes pues algunos consiguieron escapar en los barcos y llegar a las costas inglesas para prepararse para la invasión de Narvik (finales de 1940) en la Campaña de Noruega en donde demostraron una heroicidad a prueba de balas que dejó asombrados a sus jefes de pelotón (todavía se pueden ver las tumbas de algunos españoles en el Cementerio franco-español de Narvik), mientras que otros no tuvieron tanta suerte y fueron capturados por los alemanes. Corrieron una suerte fatal pues después de ser tomados por prisioneros pasaron a campos de exterminio, como el de Mauthausen, debido a las decisiones tomadas entre el gobierno nazi y el gobierno franquista de acabar con aquellos “combatientes rojos españoles”.

jueves, 13 de octubre de 2011

EL DELTA LUMINOSO



En las exitosas y controvertidas novelas de Dan Brown, ya se nos habla de esta imagen que aparece en los billetes de un dólar en Estados Unidos. Es el símbolo de los Illuminati y se trata de una pirámide luminosa con un ojo en el interior que representa los treces escalones que el neófito ha de subir para completar el camino a la sabiduría total. Este símbolo, que también es compartido con otras sociedades secretas como  los masones y otras de corte esotérico, esta relacionado con el equilibrio necesario para encontrar el saber supremo siendo el ojo una representación de la inteligencia del individuo. Esta imagen no es un invento del creador de los Perfectibilistas, más conocido como los Illuminati, sino que lo podemos ver en el antiguo Egipto y en algunas manifestaciones artísticas de la Grecia Clásica.

Pero... ¿por qué aparece en los billetes de dólar?


Se empezó a imprimir este símbolo en la época de Franklin D. Roosvelt y desde aquel mismo momento quedó como uno de los grandes iconos americanos. Debido a ello se ha buscado un montón de interpretaciones a este hecho, desde económicas y sociales hasta las más conspiranoicas y radicales. Unos han querido ver la supremacía que ha tenido la sociedad secreta de los Illuminati en todo el ámbito de la política estadounidense con el fin de conquistar el mundo, mientras que otras personas, de manera más razonable, han buscado una explicación más sensata: parecer ser que el presidente Roosvelt y otros miembros del gobierno pertenecían a un grupo llamado Sociedad Shriners, de clara orientación francmasónica, y que por esa razón incluyeron al Delta Luminoso en los billetes de un dólar. Es la opción más razonable pues no hay que olvidar la gran cantidad de masones que han estado en las altas esferas de la sociedad americana, como por ejemplo Washington o Lincoln, e igualmente la gran influencia que tuvo esta sociedad en la Constitución de 1776.

miércoles, 12 de octubre de 2011

SIEMPRE TENÉIS RAZÓN, MAJESTAD



Por: José Antonio

Juan de Herrera fue el último arquitecto de la obra del Monasterio de El Escorial. De este hombre se han escrito ríos de tinta de hechos verdaderos y falsos. Su vida fue en sí una leyenda que la costumbre popular ha convertido en mito. Se trata de una de las figuras del arte renacentista y destacan, sobre todo, las soluciones que dio a través de las cúpulas planas. Su otro oficio, el de matemático, influyó mucho en la obra de El Escorial y en otras fábricas como la Iglesia de la Asunción de Valladolid.
Estando don Juan en plena obra de El Escorial con el rey Felipe II supervisando las obras. Al llegar al actual Panteón de los Reyes, que tiene el techo plano, el rey se sorprendió de esta solución y le dijo al arquitecto:
-         Este techo se va a derrumbar. Para evitarlo tendrás que poner una columna en medio
-         Majestad, todos los cálculos están realizados para que no se derrumbre –respondió Juan de Herrera.
-         ¡Eso es imposible! –gritó el rey-. Os aseguro que tendréis que ponerla.
Una vez finalizada la obra del Monasterio, Felipe II recorrió todo el edificio y, al llegar al Panteón, vio que había una columna sosteniendo el techo. Sonrió y le dijo al arquitecto:
-         Veis cómo yo tenía razón. Había que poner una columna.
-         Siempre tenéis razón Majestad –respondió Juan de Herrera.
Y, tras decir esto, se adelantó a la columna y la apartó de una patada. Se trataba de una columna de papel y no sostenía nada.
-         Siempre tenéis razón, Majestad –repitió y sonrió.
Y a día de hoy el techo no se ha derrumbado.

martes, 11 de octubre de 2011

BREVE HISTORIA DE LOS SAMURÁIS - Carol Gaskin y Vince Hawkins



La vida de un Samurai era como la de una flor de cereza. Hermosa y breve, como la flor...

Cuando en 1853 el Comodoro Perry atracó en Japón, y a base de cañonazos abrió al mundo comercial la imagen de un país ancestral, no sólo consiguió imponer el Tratado de Kanagawa, sino que también nos mostró un país lleno de leyendas donde la épica era el espíritu de una nación que vivía a medio camino del mito y la inmortalidad. Un territorio donde una casta de gobernantes y señores feudales habían defendido el sentimiento del honor con la punta de sus espadas frente a cualquier movimiento de modernidad que pudiera perturbar la paz de aquel gran territorio. Estos caballeros eran los samuráis.

Éste es el punto inicial que Carol Gaskin y Vince Hawkins quieren que conozcamos. No es una historia de Japón, ni es una lección geográfica sobre su situación, sino una obra que nos habla de la épica de unos guerreros que maravillaron a todo el mundo. Aunque desconocidos para gran parte de la sociedad occidental, que solamente conoce las grandes hazañas de los caballeros medievales europeos, los samuráis fueron su equivalente oriental  que no solo buscaban la perfección sino la defensa del honor por encima de todo. Breve Historia de los Samuráis, tiene por tanto la misión de mostrarnos a esa raza de personas que valoraban más su espada que cualquier superficialidad de la vida.

Los autores se remontan desde el primero shogun en la Edad Media, Minamoto Yoritomo y las míticas Guerras Gempei hasta la desaparición del espíritu samurai a finales del siglo XIX con la apertura de Japón al mundo. Espíritu extinguido materialmente aunque no espiritualmente ya que la esencia samurai sigue imprimiendo cualquier comportamiento y modo de vida de los japoneses en la actualidad y marca su estilo en muchos de los elementos culturales de la actualidad en revistas, películas, cómics… Primeramente ambos escritores hacen una breve perspectiva por toda la historia de los samuráis parándose en los puntos más importantes de su existencia como son las batallas de Kawanakajima, Naghasino, las legendarias guerras civiles entre clanes,  el sitio del Castillo de Osaka, el mundo idílico de la espada en la época Tokuwaga; y todo ello trufado de míticos nombres como el espadachin Musashi, Oda Nobunaga ,el temido Takeda Shingen, o por ejemplo los honorables 47 ronins…

Pero no todo son batallas o katanas brillando a la luz de la luna, sino que también hay espacio para ver cómo vivían aquellos samuráis y ronins, cómo eran sus posesiones, qué comían, cuales eran los tratos familiares y que armas portaban tanto en tiempo de paz como de guerra. Un libro pequeño y rápido de leer pero escrito de una manera vibrante que enseñará a cualquier lector cómo eran aquellos excelentes guerreros que desafiaron al tiempo y el espacio y que supieron sacrificar su vida por una ley, una lealtad y un sueño de perfección. Les recomiendo vivamente este libro pues con él podrán ver de manera breve cómo eran aquellos guerreros de la antigüedad que supieron aunar en la punta de su espada no solo la valentía del campo de batalla sino la sabiduría ancestral.

sábado, 8 de octubre de 2011

BUEN HUMOR EN EL VATICANO



Por: José Antonio

En la Historia de la Iglesia Católica es difícil hallar a un Papa tan carismático y querido como Juan XXIII, el Papa Bueno. Se metió a todo el mundo en el bolsillo con su bondad, su obstinación, y, sobre todo, con su buen humor. Había que ser muy humilde para suplir en la Silla de Pedro a un Papa con tanta personalidad como Pío XII, y toda la Curia vio en el cardenal Roncalli a un Papa de transición, que tendría un Pontificado modesto y que no molestaría mucho. ¡¡¡Qué equivocación!!! Quizá el más equivocado y sorprendido fue el propio Roncalli. En su primera Audiencia le dijo a uno de los más importantes miembros de la Curia: ¡Ya ve, Padre, me han hecho Papa! Señalando en ese momento dos pequeños retratos de sus predecesores Pío XI y Pío XII añadió: Ya sé que yo no soy como ellos que gobernaban por sí mismos porque eran quienes eran. Yo lo hago por medio de ustedes, que lo hacen muy bien. Humildad puesta encima de la mesa en contra de la soberbia de los retratados. Sin embargo, el espíritu de dios iluminó a este hombre sencillo a ser el renovador de la Iglesia.
A diferencia de Pío XII, Roncalli provenía de una familia humilde, campesinos, pobres. Fue capellán en la I Guerra Mundial y su ascenso en el organigrama eclesial fue lento y siempre teniendo que cumplir difíciles misiones, como ser Nuncio en los países del Este. A lo largo de estos años su máxima de vida fue Obediencia y Paz, es decir, lo que dios quiera y la vida tranquila.
Una vez elegido Papa, la Mitra no se le subió a la cabeza y continuó con su humildad y su buen humor. El día en que le tocó posar para uno de los fotógrafos oficiales, una vez finalizada la sesión le dijo al fotógrafo: Si dios ya sabía que iba a ser Papa, ¿no cree usted que debió hacerme más fotogénico…? El día de su primera Navidad como Pontífice decidió ir personalmente a felicitar a los presos de una cárcel con la oposición de la Curia. Allí les dijo a los penados: Queridos hijos míos: os comprendo. A mi hermano le detuvieron una vez por cazar sin licencia (…). En la primera carta que escribáis a vuestras familias decidles que habéis estado conmigo, con el Papa, que vino a veros y estuvo entre vosotros… Ahí Roncalli hizo una pausa y se salió del cordón de seguridad que habían creado los guardias, se acercó a las rejas que le separaban de los condenados y gritó: ¡Abran las verjas! ¡No quiero que nada les separe de mí! ¡También son hijos de dios!
Juan XXIII pasará a la historia como el organizador del Concilio Vaticano II. Un regalo para la Iglesia, como él decía. Una vez anunciado uno de sus colaboradores le preguntó: ¿Por qué un Concilio ahora, Santo Padre? No respondió al momento. Se levantó, fue hacia una de las ventanas y la abrió con violencia. Entró una gran ventolera puesto que el día era desapacible y le dijo a su interlocutor: Para esto, para que entre aire fresco en la Iglesia. La voluntad de Roncalli fue la de unir en este Concilio a todas las Iglesias Cristianas: Buscar lo que nos une, no lo que nos divide, decía, agregando: No queremos demostrar quién tenía razón ni quién se equivocó. Todo lo que queremos decir es esto: tratemos de caminar juntos; tratemos de poner fin a nuestras divisiones.
Juan XXIII, fue un Papa para la gente, fue un Papa que unió en vez de desunir o de enfrentar a la Iglesia con el mundo como ocurrió con Juan Pablo II o el actual Benedicto XVI. Por eso por siempre será El Papa Bueno.

jueves, 6 de octubre de 2011

PROHIBIDO HACER AGUAS



Por: José Antonio

En el siglo XVII, e incluso hasta hace poco, en España era habitual orinar en la calle. Además de esto desde las casas se tiraba a la vía los resultados de las necesidades fisiológicas al grito de ¡¡¡Agua va!!! Tras el grito se vaciaban los contenidos de orinales y bacía. Esta costumbre provocaba que las calles de la Corte desprendieran un hedor insoportable. Aún podemos ver en el Monasterio de la Encarnación un cartel de la época que prohíbe hacer aguas.
Lo que vamos a contar a continuación ocurrió durante el reinado de Felipe IV. Para evitar esta costumbre insana y, sobre todo, que las gentes orinaran en la calle se decidió llenar de crucifijos los puntos en los que la gente solía desahogarse. Junta a la cruz se inscribía una máxima: Donde hay cruz, no se orina. Con el ambiente de extrema religiosidad de la época y con el peligro del Santo Oficio rondando sobre las cabezas de los madrileños la medida pretendía disuadir a los ciudadanos de hacer aguas junto a simbología sagrada y, por ende, en la vía pública.
En aquella época vivía en Madrid el poeta Francisco de Quevedo y Villegas. Era famosa la afición a la bebida de Quevedo y, un día paseando por el centro de Madrid le vinieron las ganas de orinar. Hay que recordar que el poeta escribió que la más bella declaración de amor era decir a la dama te quiero más, que una buena gana de cagar, por lo que su ingenio también utilizaba contenidos escatológicos. Imagínense al cojo Quevedo buscando un sitio para orinar y no encontrar más que cruces con la inscripción Donde hay cruz, no se orina. Al final tuvo que decidir entre el sacrilegio y mojarse las calzas. Decidió lo primero y se desahogó junto a uno de estos crucifijos. Una vez retirado el peso de su vejiga el ingenio se apoderó de él y completó la inscripción: Donde hay cruz no se orina, y donde se orina no se ponen cruces.

miércoles, 5 de octubre de 2011

BREVE HISTORIA DEL MUNDO - Luís E. Íñigo Fernández



El bien de la humanidad debe consistir en que cada uno goce al máximo de la felicidad que pueda, sin disminuir la felicidad de los demás. (Aldous Huxley)

Parecía difícil, pero nuevamente Luis E. Íñigo Fernández nos ha vuelto a sorprender con un ensayo de gran altura. Después de obras tan excelsas como Breve Historia de la Segunda Republica o las monografías Breve Historia de España I, y II, publicadas ambas por la editorial Nowtilus, el autor nos invita a alzarnos por encima de nuestras miras nacionales y embarcarnos en  la mayor aventura de la historia, relatar desde el principio de los tiempos el recorrido que ha hecho la humanidad desde que aprendió a vivir en húmedas cuevas hasta nuestros tecnológicos días.

La persona que se asoma por primera vez a este libro tiene la impresión de encontrarse con la vieja historia de siempre: un repaso al devenir históricos desde los mismos puntos de vista de siempre, es decir, conquistas, ascensos y caídas de imperios, figuras míticas y entronización de reyes… una visión de los más manida que hemos leído una y otra vez. Pero esta obra de Luis E. Iñigo Fernández tiene algo distinto. Desde la primeras hojas podemos observar que algo pasa, que hay un aire nuevo dentro de la historiografía mundial, pues lo que leemos no es la sucesión cronológica de emperadores y monarquías sino que el autor traslada el foco de atención a la verdadera base de la Historia con Mayúsculas: la población mundial. Este repaso global es la vibrante narración de cómo unos seres que parecían abocados al desastre cuando eran meros primates en las selvas de África, consiguieron convertirse mediante su inteligencia y superación a través de todos los años de vida, en la clase dominante por encima de todos sus vecinos naturales.

A través de cada etapa de la historia, podemos ver como vivían y convivían los humanos con sus congéneres durante toda su existencia. Mediante una visión inteligente desde  puntos de vista sociales y económicos el lector puede andar al lado de cada humano y comprender como vivían. Le sorprenderán como vivían nuestros antepasados prehistóricos y como mediante su sentido de la supervivencia consiguió llegar hasta la época de los grandes imperios y alcanzar con la punta de sus dedos la inmortalidad histórica. Nos asombrara cómo el mundo cambió mediante los procesos económicos y los grandes descubrimientos los cuales llevaron a la humanidad a los lugares más recónditos que todavía no había tenido el beneplácito de hollar. Es ante todo un auténtico relato de superación y ambición, mezclado con una trama central de asombro pues por fín podremos leer un ensayo en el que el hombre sea valorado por su importancia y no como mera herramienta a las órdenes de ambiciosos generales y reyes.

Gracias a Breve Historia del Mundo, el lector podrá recorrer los cuatro puntos del mundo y detenerse a contemplar como vivíamos en Roma, Egipto, La Edad Media…, e incluso en sangrientos conflictos en los que por encima de cualquier escollo y penuria siempre surgió entre el fuego, cual ave fénix, el espíritu de la humanidad. En verdad que les recomiendo esta obra de Íñigo Fernández pues mediante su lectura ágil y esencial podrán comprender de manera didáctica como fuimos y, si sacamos provecho de ello, como seremos en el futuro.

Buena lectura.

martes, 4 de octubre de 2011

¿ESPAÑOLES EN LA GUERRA DE SECESIÓN AMERICANA?



Por: José Antonio

La Guerra de Secesión Americana es uno de los hitos más historiados de la historia contemporánea a través de la literatura y del cine, además del culto que en algunas zonas de Estados Unidos se le tiene. Sin embargo, ¿fue una guerra americana o hubo luchadores de otras nacionalidades? Evidentemente, sí que los hubo, sobre todo en el bando confederado. Todos hemos oído hablar del asesinato de Lincoln, de las victorias del general Lee o de la esclavitud y su derogación como una de las causas principales del conflicto. Sin embargo había algo más profundo, más íntimo, más unido a las almas que a las políticas. En la Guerra de Secesión lucharon el progreso que defendían los ejércitos del Norte y la tradición en todos sus aspectos –político, religioso, consuetudinario, legal-, que defendía el Sur.
Fue en este ejército donde lucharon mayor cantidad de españoles. En concreto se alistaron cerca de 7000 carlistas. Era lógica esta afinidad, ya que los carlistas defendían la Tradición, y la Confederación propugnaba dicha defensa, como ya se explicó anteriormente. Era, pues, lógico que los carlistas exiliados se aliaran con el Sur.
Los carlistas españoles se alistaron junto con soldados franceses tradicionalistas emigrantes, pero donde destacaron fue en el cuerpo Louisiana Lions, la división más condecorada del ejército confederado, compuesta en su mayoría por voluntarios irlandeses. El general Robert E. Lee dijo el día de la rendición de los Confederados que si todos los soldados hubieran sido tan valientes como dicha división la guerra hubiera tenido otro final.
Por otro lado, y al mando del general carlista Echegaray, un cuerpo de tropas carlistas españolas, se ganó la batalla de West Wood que en la historiografía sureña se encuentra entre las acciones más gloriosas de su ejército en la Guerra de Secesión.
Como pueden ver, el alma violenta de la raza española está presente en todas las contiendas, destacando siempre por la bravura y la valentía. Sólo quiero recordar las gestas de los españoles en la Resistencia Francesa y  en la II Guerra Mundial tanto en el ejército aliado como en el alemán.
Y es que nos gusta demasiado la pelea.