miércoles, 31 de agosto de 2011

LA SANGRE DE SAN PANTALEÓN



El Monasterio de la Encarnación esta situado en Madrid y es uno de los más bonitos no solo de la capital sino de toda España. Contiene numerosas imágenes y reliquias que hacen las delicias de cualquier persona que desee hacer un itinerario religioso por la ciudad. Pero la reliquia más importante que alberga no es un hueso o resto corporal de algún santo sino algo más líquido y rojo… la Sangre de San Pantaleón.

Este santo, cuyo nombre significa “el que se compadece de todos”, era originario de Nicomedia y tenia el oficio de médico al servicio del emperador Galerio. Aunque conoció la fe en Cristo se dejó llevar por los placeres carnales y acabó en la apostasía. Un día un amigo suyo llamado Hermolaos le volvió a abrir los ojos y se consagró a Dios en cuerpo y alma al igual que hacia con su ciencia médica. En el año 303 se produjo la represión de Diocleciano a los cristianos en Nicomedia y algunos médicos envidiosos de las artes de Pantaleón lo denunciaron a las autoridades que rápidamente lo atraparon intentando que volviera a la apostasía abjurando de su fe. No quiso renunciar a sus creencias y por ello fue torturado de diferentes maneras: con fuego, con plomo fundido, ahogándole, tirándole a las fieras, torturándole en la rueda y atravesándole con una espada. De nada sirvió pues salió ileso. Por ello lo ataron a un árbol y lo decapitaron. De sus venas no salio sangre sino leche y el olivo donde fue atado floreció al instante. Al irle a enterrar cesó de manar leche y unas gotas de sangre fueron recogidas en ampollas y dispersadas por diferentes partes del mundo.

Una de éstas llegó al Monasterio de la Encarnación a través de una donación que hizo el virrey español de Nápoles, Don Juan de Zúñiga. Desde entonces cada 27 de Julio se repite la misma escena pues coincidiendo con la fecha de su muerte en la persecución de Diocleciano se reproduce la licuefacción de la sangre coagulada de San Pantaleón ante los atónitos ojos de los creyentes. Para los que no sepan en que consiste este fenómeno les diré que cuando un liquido, como es este caso la sangre, que esta negro y sólido por el paso del tiempo, comienza a volverse líquido y a aumentar de tamaño volviendo a su estado original. Estos milagros se suelen producir en diferentes partes del mundo, como por ejemplo el caso del famoso santo San Genaro en Nápoles. Pero el de nuestro santo particular tiene una importancia suma para el destino de nuestro país ya que es tradición que cuando un año la sangre de San Pantaleón no se vuelve líquida puede ocurrir una gran catástrofe y pronostica malos presagios. Como ejemplo les diré que una de las veces que no se dio la licuefacción del santo estalló la Guerra Civil Española.

Así que si tienen curiosidad de ver como un cuerpo pasa de estado sólido a líquido y maravillarse además con la tradición que envuelve el Monasterio de la Encarnación no duden en acudir el 27 de Julio ante San Pantaleón. No les defraudará.

martes, 30 de agosto de 2011

EL TRIBUTO DE LAS CIEN DONCELLAS



Hacia finales del siglo VIII d.C la supremacía del Emirato de Córdoba en la Península era indiscutible. La sombra de Abderrahman I era demasiado alargada y densa, pesando demasiado en el débil e incierto Reino de Asturias. El que mejor sintió su impotencia frente a la media luna fue el rey Mauregato, hijo bastardo de Alfonso I, que para conseguir el trono se apoyó en el poder del alfanje del emir de todo el Al-Andalus (783). Como premio por haberle alzado a lo más alto decidió pagarle con el vergonzoso botín llamado míticamente el Tributo de las Cien Doncellas.

Este ignominioso trato consistía en entregar cada cierto tiempo un total de cien doncellas, mitad de alto linaje y otra mitad del pueblo llano, con dirección al harem de propio emir o de los más potentados prometiéndoles un terrible destino de muerte y vergüenza. Estas pobres mujeres iban  escoltadas hacia terreno musulmán en donde eran abandonadas a su suerte causando un gran desasosiego entre sus familiares pues sabían que era la última vez que las veían con vida. Este hecho escandaloso no podía seguir por más tiempo y en el 788 el conde Don Arias y el conde Don Oveco decidieron acabar con la vida del rey. Se entronizó entonces a Bermudo I que ofreció cambiar el tributo por un pago anual en metálico. Y siguiendo el tiempo Alfonso II el Casto también se plantó ante las exigencias musulmanas provocando la famosa Batalla de los Lodos.

Pero a pesar de la derrota Abderrahman forzó al sucesor de Alfonso II, Ramiro I,  a volver al deshonroso tributo. El reino de Asturias volvía a ser débil, llevado acá y allá por los caprichos del emir de Córdoba. Pero las conveniencias políticas no satisfacían a los humildes cristianos y un año los habitantes de Simancas decidieron cortar las manos a las sietes doncellas que tenían que ser ofrecidas. Esto provocó una escalada bélica que llevó a la guerra a ambos reinos. Primeramente se produce la Batalla de Iregua (Logroño) donde se consuma el descalabró cristiano y la perdida de gran parte de su potencial con la muerte de muchos de sus caballeros. El rey Ramiro escapó a la desesperada y se refugió cerca de un bosque. En la tranquilidad de la noche, cuando las cigarras cantan y el búho es el señor del bosque, al rey se le presentó en sueños el apóstol Santiago que le dijo:

Ten valor, pues yo he de venir en tu ayuda y mañana, con el poder de Dios, vencerás a toda esta muchedumbre de enemigos, por quienes te ves cercado.

Y vaya si vino. Al día se produjo la mítica Batalla de Clavijo donde muchos soldados cristianos y musulmanes vieron con sus propios ojos como un caballero, en un caballo blanco que portaba en una mano una gran espada y en la otra una cruz, y que estaba rodeado de un halo divino, segaba la vida de más de 70.000 enemigos de las huestes ismaelitas. Éstos huyeron despavoridos ante este milagro quedando a los cristianos en el campo como auténticos vencedores. Santiago persiguió a los musulmanes y no cesó de estar a sus espaldas hasta llegar a la comarca riojana de Jubera, donde desapareció tras oírse un trueno muy grande.

Aquella extraordinaria victoria (que solo fue reconocida por el Obispo Jiménez de Rada en el siglo XIII) tuvo como consecuencia que se retirara para siempre la entrega de las Cien Doncellas y por otro la instauración del Voto de Santiago, el cual siguió vigente hasta 1812. Aun hoy se sigue celebrando el Tributo de las Cien Doncellas en diferentes partes de España como en La Rioja, Soria y Teruel. En León, por ejemplo, se las denomina como Las Cantaderas, las cuales son conducidas cada año por la figura de La Sotadera. Como se verá el recuerdo de este tributo sigue vigente en nuestras memorias, esa memoria soñada tan preciosa que hay en nuestro país.

lunes, 29 de agosto de 2011

SUAREZ PRESIDENTE DEL GOBIERNO

Por: José Antonio
Es historia conocida que Adolfo Suárez fue el presidente del gobierno que llevó a España de un régimen dictatorial a un régimen democrático. Sin embargo, la presidencia de este abulense no comenzó como todo el mundo esperaba, o al menos como el Rey esperaba.
Todo comenzó cuando en el mes de julio del año 1976 el presidente del gobierno Carlos Arias Navarro presentó su dimisión al Rey, dimisión, por otra parte, esperada por toda la clase política democrática. Estábamos en un momento en que los avances necesarios para la transición pacífica desde una dictadura hacia una democracia chocaban frontalmente contra el muro que representaba Arias quien llegó a señalar que él era sólo fiel a la memoria de Franco, hecho este demostrado por la configuración de su despacho, presidido por un gran retrato del dictador y con una pequeña fotografía del Rey. Por eso era necesaria la renuncia de Arias, ya que, por ley, no se le podía cesar hasta 1979.
Una vez que Arias dimitió, comenzaron las quinielas para saber a quién iba a designar el Rey para llevar a España hacia una situación de democracia representativa. Había dos grandes favoritos: Manuel Fraga Iribarne y don José María de Areílza, éste el que parecía que quería el pueblo español con ideas democráticas. Sin embargo, en la mente del Rey se dibujaba otra figura. Habló con Torcuato Fernández Miranda, presidente del Consejo del Reino y le encargó que en la terna debería aparecer Adolfo Suárez. Torcuato se puso a trabajar de inmediato para conseguir cumplir con los deseos de don Juan Carlos. Contactó con Miguel Primo de Rivera, miembro del Consejo y reformista y entre los dos consiguieron realizar una tela de araña de alianzas entre las distintas familias políticas para que Suárez estuviera en la terna. La votación comenzó y se fueron descartando los candidatos quedando eliminados a las primeras de cambio tanto Areilza como Fraga. Al final en la terna la compusieron Adolfo Suárez, el tecnócrata Sánchez Bravo y el demócrata cristiano Silva. Fue la reunión más larga del Consejo del Reino y al hablar con los periodistas Torcuato Fernández Miranda dijo un enigmático Estoy en disposición de ofrecer al Rey lo que me ha pedido.
El anuncio del nombramiento de Suárez como Presidente del Gobierno estuvo envuelto en la polémica. Ríos de tinta corrieron en los que se llegaba a insinuar que el Rey se había equivocado. Adolfo Suárez era un hombre joven que venía del Régimen, que había sido Ministro del Movimiento, Gobernador Civil de Segovia, Director General de RTVE. Sin embargo, era un completo desconocido para el pueblo español. Todo indicaba que había un continuismo respecto a lo anterior. Titulares como ¡Qué error, qué inmenso error!, El error Suárez, dan idea de cómo fue recibido. Incluso el dibujante Forges publicó una viñeta en la que se veía un Búnker (en aquella época el búnker era la denominación de los ultraderechistas que aún estaban en las instituciones y que se resistían a la Democracia) en el que se escuchaba desde el interior un comentario: Se llama Adolfo, ¿no es maravilloso? La oposición democrática fue muy dura con el nombramiento porque a priori se truncaban sus esperanzas de legalización de su situación. Todos, salvo el Partido Comunista que, sorprendentemente, le daba el beneficio de la duda. Los reformistas del Régimen tuvieron una actitud parecida. Incluso los miembros del búnker lo miraban con recelo. El ejército tampoco recibió bien la noticia. Todos estaban en contra de Suárez.
Todos se equivocaron y Adolfo Suárez cumplió con el encargo del Rey de llevar a España hacia un Régimen Democrático. Actualmente Adolfo Suárez no sabe que fue presidente del gobierno, que una de sus hijas y su mujer ya no están vivas y que él fue quien nos trajo las libertades.

domingo, 28 de agosto de 2011

IBN FIRNÁS, UN PIONERO DEL AIRE

 

Su nombre completo era Abbas Ibn Firnás (810-887) y fue todo un adelantado a su tiempo, rivalizando con los grandes humanistas de los siglos posteriores. Aunque existen bastantes lagunas sabemos que era rondeño de nacimiento y que pronto asombró a todo el mundo con su sapiencia brillando en multitud de campos científicos y literarios. Destacan sus estudios en matemáticas, astrología y en el campo de la inventiva al crear un nuevo tipo de clepsidra. En las letras rivalizó con los poetas de su tiempo, le interesó la filosofía y deslumbró a todos con sus acertados apuntes en filología. Algunos estudiosos actuales le consideran el Da Vinci del mundo árabe. Pero en lo que destacó por encima de cualquier cosa es en el campo de la aeronáutica donde se adelantó a su homólogo florentino en varios cientos de años.

De pequeño le gustaba observar el vuelo de los pájaros, dibujar sus alas y registrar el patrón de conducta de estos animales. Aunque podría pasar por un aficionado a la ornitología, su pasión era otra: volar. En el 852 se sabe que el emir Mohamed I autorizó a una persona a saltar desde una torre de la mezquita con una tela a modo de paracaídas. El aeronauta no se mató en su caída pero sufrió varias heridas en las piernas. No sabemos si fue el propio Ibn Firnás quien realizó este vuelo a sus 42 años o un familiar suyo, algo mayor que él llamado Armen Firman. Unos dicen que nuestro protagonista solo fue un mero espectador del hecho, y otros estudiosos en cambio opinan que el nombre del supuesto familiar es una romanización de Ibn Firnás y que sí efectuó este vuelo acrobático desde las alturas de la mezquita.

Mientras esta duda se resuelve en el campo académico lo que sí esta comprobado es el primer vuelo que realizó a los 65 años de edad. Se denomina el Vuelo de la Arruzafa y lo efectuó en el valle cordobés del mismo nombre. Para ello construyó unas alas de madera que fueran a la vez ligeras y resistentes al viento. Las forró de seda y plumas pues pensaba que este material le haría ingrávido al igual que las aves. Aquel día (fecha desconocida) se reunió mucha gente en el valle y ante el asombro de todos Ibn Firnás se arrojó desde la torre de un palacio de verano de Abderrahman II. Mucha gente vio como se tiraba y automáticamente cerraron los ojos… pero al abrirlos no se había dejado los sesos en el verde valle sino que estaba planeando por encima de sus cabezas. El vuelo duró entre siete y diez minutos y en aquel escaso tiempo tuvo la valentía de entrar en la historia como el primer humano que conseguía volar mediante métodos científicos. Lo que no calculo nuestro buen aeronauta fue el aterrizaje y acabó dándose un golpazo en el culo que les estuvo doliendo varios días. El error fue no ponerle una cola al ingenio que le permitiera un aterrizaje más suave. No volvió a volar, pero no le importó porque ya había cumplido el sueño más profundo de la humanidad: remontarse por el prístino cielo junto a las aves.

En nuestro país, si exceptuamos  los estudiosos del mundo árabe, es una figura bastante desconocida. Sus textos no son hallados ni en España ni en el extranjero. Lo más seguro es  que Ibn Firnás los cediera a la Biblioteca de Córdoba y que los cordobeses, tiempo después, al ver el temible avance de las tropas de Fernando III el Santo decidieran enviar los escritos a Damasco perdiéndose allí el rastro. También cabe suponer que los papeles de Ibn Firnás fueran arrojados al fuego por la Santa Inquisición ya que cualquier papel escrito en musulmán era una amenaza para el Santo Tribunal. Sea lo que fuera que le pasara al trabajo de Abbas, aquí es bastante desconocido (se sabe que existe una asociación astronómica en Sevilla con el nombre del volador rondeño, y que uno de los puentes de Córdoba lleva recientemente su nombre en homenaje) mientras que en el extranjero es un honor conocerle. Por ejemplo en Libia existe un sello con su efigie; hay un cráter en la luna con su nombre; e incluso en el Irak de Sadam Husein se construyó un aeropuerto poniéndole el nombre de Ibn Firnás decorándolo con una estatua de un hombre volador. Desgraciadamente ésta fue destruida por las tropas americanas creyendo que era el dictador iraquí.

De todas maneras parece que poco a poco la figura de Abbas Ibn Firnás empieza a ser estudiada y valorada como el primer hombre que voló por encima de nuestras. Como nota anecdótica les indicare que en el siglo X existió en el norte de Europa un monje llamado Eilmer de Malmesbury que también voló con un aparato diseñado y mejorado  pero que a diferencia de nuestro protagonista al caer se partió las dos piernas. Ante esta última información nos queda una duda… ¿Eilmer no conseguiría por algún medio los planos y trabajos de Ibn Firnás?

sábado, 27 de agosto de 2011

LAS VÍRGENES NEGRAS



Hasta no hace mucho tiempo era bastante frecuente encontrarse con una de ellas en cualquier lugar de culto ancestral, pero actualmente, sea por que se han modificado o perdido su color oscuro, debe de haber unas 70 en toda España. Si se las mira bien no son iguales a las tallas de otras vírgenes, tienen algo distinto, algo misterioso y desconocido que no cuadra con la imagen que tenemos de la Virgen María… pero ¿qué es?

Si solo nos fijáramos en el color no pasarían de una mera curiosidad más, pero para comprender el motivo de estos iconos de origen bizantino tenemos que ir más allá y remontarnos en la historia y más en concreto a la Edad Media. Hasta el siglo XI el culto a la Madre de Dios era bastante secundario centrándose más en la figura de su hijo Jesucristo y la devoción salvadora de los santos. Pero de la noche a la mañana, entre los siglos XI y XIII se produce un aumento desproporcionado de la devoción mariana coincidiendo con la época de las Cruzadas y el apogeo de la orden del Temple. La figura central de la orden templaría, Bernardo de Claraval decide cristianizar los lugares de culto antiguo y para ello sustituye cualquier icono pagano por imágenes traídas de oriente. Para justificar la aparición continua de vírgenes negras decide rodearlas de un halo de milagros continuo y como en aquella época no existían los periódicos y las noticias corrían muy lentas entre regiones hace que cada milagro parezca único. Rápidamente se producen hechos increíbles y comienzan a surgir figuras marianas en cualquier sitio insospechado: campanas, cuevas, muros, huecos de árboles, o desenterramientos increíbles en donde aparece una virgen que fue enterrada para evitar ser destruida por los musulmanes.

Parece una misión inocente de recristianización, pero Bernardo y los templarios iban más allá. No es casual el lugar donde aparecen de continuo estas vírgenes negras. Siempre en santuarios antiguos donde las fuerzas telúricas de la tierra son fuertes. Los templarios al contacto con sectas y sociedades secretas en el oriente tuvieron acceso a un montón de información que se creía perdida en occidente como por ejemplo los puntos o cruces telúricos de la tierra. Desde la antigüedad el ser humano ha sentido que algunos lugares eran distintos a los demás y eran más accesibles con lo transcendente. Los prehistóricos que hallaban esos lugares y los señalaba con piedras, menhires o megalitos, o los situaban en húmedas cuevas,  sabían del poder del lugar pero no el por qué. La tierra que habitamos no es un ser muerto e inerte sino que esta rodeado de pulsaciones y movimientos electromagnéticos, como una compleja red de nervios que se entrecruzan continuamente. Por allí circulan las fuerzas telúricas de la tierra y en los cruces de estas avenidas la concentración es más fuerte. Por ello esos puntos están hollados de santuarios y cuevas santas. Destacan sobre todo los lugares que tienen agua o fuentes. Los templarios tuvieron acceso a estos conocimientos ancestrales y para marcar estos santuarios colocaron las vírgenes negras.

Estos iconos, a imagen y semejanza del Agia Theotokos, o Santa Madre de Dios de Constantinopla, proliferaron entre el siglo XI y el XVI. Incluso se dice que fueron tallados por San Lucas revistiéndolo de esta manera de un halo de brillante santidad. El rasgo predominante es que no es una figura grácil sino mayestática, pétrea, pero que no es igual una a otra, pues existen diferentes clases. Primeramente existe la Kiriotissa o Trono de la Sabiduria en donde la Virgen, reflejo de la Sofía, sirve de mero soporte al niño Dios. Luego esta la Odegitria, la que señala el camino a la Salvación, en donde vemos al niño con un huevo en la mano que representa al Huevo Primigenio de la Creación. Algunas personas o estudiosos han querido ver en el huevo la imagen de la tierra pero es bastante erróneo pues cuando se tallaron estos iconos se creia que la tierra era plana. Otra forma es el Theotokos, o Virgen Madre que sostiene al niño que bendice a la humanidad. Y finalmente la más curiosa de todas la Galactrofusa o Virgen que da de mamar Jesús. La leche que derrama en la boca del bebe no es leche normal sino que significa la sabiduría para que todos los humanos puedan llegar al verdadero Conocimiento.

Ya hemos visto cuando fueron halladas, como fueron talladas, pero nos falta saber el por qué son negras. Esencialmente por dos motivos a) porque en la sabiduría oriental el color negro es uno de los símbolos de la sapiencia, y que en los idiomas del oriente, negro y sabio tienen la misma raíz lingüística (como ejemplo decir que en la India, la diosa Kali es negra ya que el comienzo Kala significa negro; y no nos olvidemos del pueblo gitano que sabemos que proviene de oriente y que veneran en Francia a otra virgen no canonizada llamada Sara La Negra) y b) el negro es el color alegórico de la esposa de Dios en el críptico libro de Salomón El Cantar de los Cantares:

Negra soy, pero hermosa
Hijas de Jerusalén…

Interesante historia de las Vírgenes Negras que nos retrotrae a un mundo ya perdido en el que el ser humano estaba más cercano a la naturaleza y que los templarios en su afán de llegar a la Sinárquia intentaron volver a ello fusionando tanto los cultos de la Diosa Madre ancestrales con los cultos Solares cristianos.

viernes, 26 de agosto de 2011

EL HOMBRE PEZ DE LIÉRGANES



Menudo susto se tuvieron que llevar en 1679 dos esforzados pescadores gaditanos al izar las redes para ver la pesca del día. Esperaban encontrar un rollizo atún, un inconsciente pulpo, o unas sardinitas bien fresquitas, pero lo que nunca pensarían ver entre la maraña de redes y algas es a un ser humano enredado entre sus redes. Repuestos del susto observaron que era una joven vigoroso y pelirrojo, con escamas en algunas partes de su cuerpo (columna vertebral, costados, esternón y vientre), y en el que destacaba por encima de todo una especie de membrana entre los dedos de los pies y de las manos semejante a la que permite andar y nadar a los palmípedos.

Rápidamente lo llevaron a un convento franciscano para que fuera estudiado por la Santa Inquisición. Encerrado en una celda el desgraciado hombre-pez parecía que iba a morir y solo encontraba solaz cuando algún monje le echaba por encima un cubo de agua bien fresquita. Pasado un tiempo acertó a decir a los religiosos una palabra…

-¡Liérganes!

Los investigadores se agarraron al único hilo que podía desentrañar el enigma de este hombre y pronto supieron que se llamaba Francisco de la Vega Casar y era natural del pueblo que apenas sabia pronunciar. Parece ser que era una persona que desde muy pequeñito le encantaba nadar permaneciendo grandes ratos sumergido bajo el agua de los ríos. Un día, la víspera de San Juan se lanzó al mar Cantábrico y nunca se volvió a saber de él.

En 1680 los frailes lo llevaron a su pueblo y después de ser reconocido por sus familiares volvió a vivir en un hogar. Pero lo que parecía un encuentro feliz pronto se convirtió en una pesadilla para el pobre Francisco. No tenía contacto con los humanos que continuamente se reían de él; sólo pronunciaba dos palabras: tabaco y pan; únicamente dormía boca abajo en su habitación y se alimentaba de carne fresca sin guisar aliñado con pescados crudos recién cogidos del agua. Un día asqueado de su situación y de sentirse fuera de lugar decidió escaparse y se arrojó al río Miera. Nunca más se le volvió a ver.

La historia de este hombre-pez es analizada por el gran polígrafo Feijoo el cual disecciona con toda verosimilitud esta leyenda. En cambio otros estudiosos como por ejemplo el doctor Marañón opinan que Francisco de la Vega Casar sufría una triste enfermedad llamada ictiosis o cretinismo (no confundir con la palabra cretino sino con una enfermedad de la glándula tiroidea, la cual provoca un retardo en el crecimiento físico y mental) Aun así a pesar de los dictámenes fisiológicos hay que admitir que aquel hombre-pez consiguió una libertad que le devolvió su vida sintiéndose como un verdadero pez en el agua.

jueves, 25 de agosto de 2011

EL MILAGRO DE EMPEL



En aquellos siglos en que España era un imperio donde nunca se ponía el Sol, existía entre los aguerridos tercios un dicho muy acertado: España mi natura, Italia mi ventura, y Flandes mi sepultura. En esta sentencia se encierra el ideal básico del valiente soldado español pues mientras en Italia se disfrutaba de una relajada vida de soldado entre vino, sol y buena gente, el acudir a Flandes era tener  una cita con la muerte. Tal era la vida en un territorio que consumió gran parte de los recursos del Imperio en donde las grandes gestas de la infantería serian recordadas.

Uno de estos lances ocurrió el 7 de Diciembre de 1585 teniendo como protagonista al Tercio del Maestre de Campo Francisco de Bobadilla. Nuestros valientes soldados se encontraban en un apuro bastante grande pues estando acampados en la isla de Bommel los holandeses les habían cortados los caminos de salida con la escuadra del Almirante Holak haciéndoles imposible la entrega de víveres. El hambre, el frío y la desesperación por no recibir refuerzos comenzaban a mellar el espíritu guerrero, y para combatirlo decidieron refugiarse en un improvisado campamento excavando los cimientos y así acabar con el frío que les roía los huesos. Incluso el jefe enemigo les propuso hacer una retirada honrosa, pero Francisco de Bobadilla, en nombre de los cinco mil soldados que tenía a su mando le respondió:

Los infantes españoles prefieren la muerte a la deshonra. Ya hablaremos de capitulación después de muertos.

Ante esta negativa los holandeses rompieron uno de los diques de la zona e inundaron más todavía los cuatro costados de la isla. Aquellos valiente viendo que el agua subía inexorablemente hicieron el campamento en una colina llamada Empel a la espera de su segura muerte. Mientras hacían hoyos con sus propias manos y mosquetones en el barro de Flandes, uno de los soldados encontró una tabla flamenca con la imagen de la Inmaculada Concepción. Algún católico de la zona, hostigado por los protestantes, debió enterrar desesperadamente este lienzo y pasado el tiempo no pudo volver a buscarlo. Para conmemorar tal descubrimiento los soldados del bravo tercio edificaron un improvisado altar para honrar a la Virgen y pedirla que los sacara de tal trance.

¡Soldados! El hambre y el frío nos llevan a la derrota, pero la Virgen Inmaculada viene a salvarnos. ¿Queréis que se quemen las banderas, que se inutilice la artillería y que abordemos esta noche las galeras enemigas?

¡Si queremos!

Curiosamente, no se sabe por intercesión divina o por casualidad, esa misma noche hizo mucho frío y comenzó a nevar haciendo que las temperaturas descendieran drásticamente a bajo cero produciendo que las aguas del Río Mosa y Waal se congelaran inmovilizando a los buques holandeses. Sin pensárselo dos veces al amanecer del día 8 los españoles caminaron sobre las aguas heladas, espada en mano y un rezo en la boca, y derrotaron a la escuadra enemiga. El almirante de la flota enemiga, mientras entregaba la espada vencida, llegó a decir:

Tal parece que Dios es español al obrar, para mí, tan grande milagro

Terminada la batalla, los valientes soldados se postraron de rodillas y mirando al cielo dieron las gracias a la Madre de Dios por haberles salvado la vida. Es por ello que desde aquel día la infantería tomara a la Inmaculada Concepción como la Patrona de las Fuerzas Terrestres.

miércoles, 24 de agosto de 2011

AGOTES Y MARAGATOS



El Camino de Santiago no solo ofrece paz y entendimiento entre las personas de buena fe sino que también nos enseña otra cara más amarga pues junto al recogimiento cristiano existe una historia más negra… la del odio y la marginación. Les voy hablar sobre dos etnias que fueron despreciadas por sus vecinos y que han tardado muchos siglos en reinsertarse a la sociedad. Los Agotes y los Maragatos.

La superstición ha hecho un mal perverso a estas pobres gentes que solo han deseado vivir en paz con los demás. Empecemos con los primeros, los Agotes. Se alojan sobre todo en los valles de Navarra como Baztán o el Roncal, y en aldeas como Arizkun. Los Maragatos en cambio se centran en una zona llamada La Maragatería, en León. Ambos han sido marginados durante siglos debido a recelos infundados debido a sus peculiares costumbres folclóricas u oficios. Por ejemplo los Maragatos han sido humildes mercaderes o transportistas, mientras que los Agotes desgraciadamente han llegado a ser esclavos de la gleba.

Estos recelos, envidias e incomprensión han llevado a ser excluidos de cualquier contacto con la sociedad, llegando a que estas sociedades practicaran la endogamia pues cualquier relación fuera de su entorno no era consentida. A los viajeros que hacían el Camino muchas veces se les recomendaba que no atravesaran estas poblaciones si no querían acabar mal. Este racismo llegaba al paroxismo prohibiéndoles ejercer cualquier cargo público, sentarse junto a la gente en oficios religiosos o en cualquier banco de la calle, o que participasen en fiesta comunales.

La estulticia de los vecinos era enorme pues pregonaban incluso que estas buenas gentes propagaban la lepra, sin darse cuenta que la suciedad en la que se hallaban se debía sobre todo a la extrema pobreza en que vivían debido al aislamiento. Para diferenciarlos de los demás vecinos de otros lugares se les obligaba a que cosieran en sus pobres ropajes una pata de oca o de gato. Pero si analizamos este hecho observaremos que esta idea de marcarlos con el símbolo de la pata de oca hallaremos un hilo muy interesante con la antigüedad. Si seguimos la historia de Salomón y su famoso Espejo o Mesa, podemos saber que cuando el sabio Salomón construyó su templo encargó su obra a un arquitecto de origen fenicio llamado Hirám. Éste, además de efectuar la obra, erigió dos columnas a la entrada llamadas Jakim y Boaz coronadas con el símbolo de la flor de lis, imagen de sabiduría. Una leyenda dice que unos canteros envidiosos de su maestro lo mataron y por ello quedaron malditos, obligados ellos y sus descendientes a llevar de por vida una pata de oca en la ropa. Se dice que se llamaron agotes y que en su divagar maldito atravesaron los Pirineos y se alojaron en España, en las regiones ya mencionadas.

Sean, según la superstición popular, canteros malditos, esclavos fenicios y romanos huidos, cataros condenados o incluso desertores de las tropas de Don Pelayo, estas pobres gentes han sufrido durante siglos la animadversión de las gentes que andaban por el Camino de Santiago y por sus vecinos más próximos, y es por ello que esta historia nos ha de servir de advertencia contra los infundados recelos que podemos sufrir con respecto a personas que no conocemos.

martes, 23 de agosto de 2011

LOS MARTÍN ALHAJA



En nuestro folclore español existen personajes difíciles de encasillar en una época en concreto debido a que él mismo puede aparecer en diferentes sitios en el tiempo o en variados hechos históricos. Uno de ellos es Martín Alhaja (también Halaja, Alhajar, e incluso Martín Malo) que hace su primera aparición estelar como pastor en la toma de Cuenca en 1177 por Alfonso VIII, y a continuación reaparece como el misterioso conductor de ganado que les enseña el camino adecuado a los desesperados reyes cristianos en la Batalla de las Navas de Tolosa (1212). En los dos casos es un pastor y tiene la clave precisa para derrotar al ejército musulmán.

Siguiendo rigurosamente la cronología nuestro buen pastor comenzó su gesta en Cuenca. Vivía apaciblemente en la ciudad y sacaba a pastorear a sus ovejas junto con otros dos amigos de profesión, pero a diferencia de ellos él tenía un secreto: era cristiano mientras que los otros dos eran musulmanes confesos y si se enteraban del secreto de Martín lo apedrearían hasta la muerte. Por ello no les decía nada, y una tarde en que volvía solo a Cuenca vio a lo lejos una extraña luz. Extrañado se acercó a una loma y vio a una dama con un candil haciéndole signos para que se acercara. En cuanto nuestro pastor estuvo frente a ella le reveló que era la Virgen María y le indicó que pronto ayudaría a las tropas cristianas a tomar la ciudad y que en aquella lucha él tendría un papel esencial. Aquello lo dejó turbado y preocupado, pero por precaución decidió no decir nada a sus compañeros.

Tiempo después apareció a lo lejos el ejército del gran Rey Alfonso VIII con la intención de rendir la ciudad. Pero aquello no pudo ser pues cualquier intento era inútil perdiéndose un montón de vidas y recursos esenciales para la Reconquista de la Península. El Rey estaba desesperado y optó por cerrar el asedio a cal y canto alrededor de la ciudad. Nadie ni nada podía salir o entrar. Ello produjo que el comercio se paralizase y que el pastoreo se interrumpiese en parte, pues los pastores llevaban a escondidas a las ovejas por la noche. Un día cuando volvían del pastoreo unos soldados cristianos los sorprendieron y los dos musulmanes pusieron sus pies en fuga. Solo y arrinconado contra unas piedras Martín se hincó de rodillas con los brazos en cruz y les indicó que era un devoto cristiano y que les podía ayudar a entrar en Cuenca. Informó de que todas las noches un centinela ciego palpaba a las ovejas que entraban para asegurarse de que volvían todas (¿no les recuerda esto al mito de Polifemo?) Los soldados de Alfonso VIII captaron el mensaje y decidieron unos pocos cubrirse con las pieles para entrar en la ciudad y abrir las puertas a las huestes cristianas.

Los soldados se cubren y comienzan a balar y andar a cuatro patas en dirección a la puerta del Aljaraz (actual puerta de San Juan) donde esta el Polifemo ciego. Entran sin dificultad y reducen con presteza a los vigilantes de las puertas y las almenas. Rápidamente Alfonso VIII frente a sus tropas entra en la ciudad y se produce una enconada lucha hasta altas horas de la madrugada. A las cinco de la mañana el Arráez se rinde y al rey le son entregadas las llaves. Cuenca es cristiana de nuevo.

Pero parece que nuestro Martín Alhaja no se esta quieto y vuelve hacer una aparición estelar en otro de los acontecimientos espectaculares de la Reconquista Española, La Batalla de las Navas de Tolosa. Los reyes Alfonso VIII de Castilla, Sancho VII de Navarra y Pedro II de Aragón estaban en un aprieto bastante grande. El ejército almohade de Muhammad al-Nasir les esperaba en los Llanos de Tolosa y había colocado estratégicamente a sus tropas para que el ejercito cristiano estuviera rodeado de  montañas y rocas y de esta manera se encontraran entre la espada y la pared (en sentido totalmente literal) sin  apenas ocasión de retirada o movimiento. La gran coalición se encontraba muy apurada pues no había ocasión de volver atrás ya que las tropas serian mermadas y dejarían el paso limpio a los musulmanes para llegar a las puertas de Toledo. Solo un milagro los podía salvar… y el milagro llegó, pero no en forma de ángeles brillantes ni espadas flamígeras sino de oportuno pastor. Frente a los tres reyes se arrodilla un hombre que se llama Martín Alhaja (¿se habría cansado de pastorear en Cuenca y había decidido buscar nuevos pastos en aquellos inhiestos parajes?) y les dice que existe un paso desconocido a los musulmanes y que les podía llevar a un terreno más grande y apacible para acabar con las tropa de Miramamolín. Para probar que en verdad es un pastor les enseña en el camino una cabeza esquelética de vaca, quedando complacidos de esta manera los cristianos. Incluso hay estudiosos hoy en día que dicen que este Martín es el ancestro de otro gran viajero y descubridor: Alvar Núñez Cabeza de Vaca. Pero dejemos estos asuntos futuros y volvamos a nuestros apurados soldados. Sin que lo supiera el enemigo caminaron hacia el Oeste hasta llegar al paso conocido como Puerto del Rey y por allí descendieron las huestes de los tres reyes para colocarse enfrente de los atónitos almohades que no entendían como habían podido llegar hasta allí. El resultado de la batalla es conocido por todos, solo decir que aunque en un principio la coalición cristiana pasara apuros derrotaron finalmente a los musulmanes de al-Nasir permitiendo posteriormente a los cristianos paso franco hacia el Sur y a rey Sancho de Navarra las cadenas que inmortalizan el escudo de su tierra.

La tendencia en la Reconquista había cambiado y los vientos ya no soplaban del sur sino del norte. Los cristianos habían empezado a dominar, y todo ello gracias a un simple pastor que apareció dos veces en dos momentos justos. Aunque se dijera que el anónimo pastorcillo de las Navas podía haber sido uno local o incluso el mismísimo San Isidro Labrador, hay que reconocer que en verdad fue un milagro llamado Martín… Martín Alhaja.

lunes, 22 de agosto de 2011

LA SAGRADA FORMA DE SAN LORENZO DE EL ESCORIAL



Dos días al año, el 29 de Septiembre (Día de San Miguel) y el 28 de Octubre (Día de San Simón y San Judas) se produce en el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial uno de los hechos más curiosos de nuestra Península: La Adoración de la Sagrada Forma en la Sacristía del Real Monasterio. Tras una misa solemne se invita a los fieles que lo deseen a acudir al recinto colindante a la Basílica para venerar una reliquia que tiene nada más ni nada menos que cuatro siglos de antigüedad. Cuando la Sacristía se ha llenado, delante de los ojos de todo el mundo un cuadro de Claudio Coello titulado como el mismo acto religioso La Adoración de la Sagrada Forma por Carlos II comienza a levantarse de manera mecánica, poco a poco, muy despacito, y en el centro aparece una custodia con una hostia consagrada en la que se aprecian tres marcas pequeñitas de color rojo. Tras unos minutos el lienzo comienza nuevamente a descender rodeado de la magnifica música de la Escolanía del P. Soler desapareciendo de esta manera de nuestros ojos.

Pero ¿qué misterio encierra esa pequeña Forma consagrada que tanto atrae la atención de los visitantes? El origen de esta reliquia viene de las Guerras de Religión que asolaron el centro de Europa en el siglo XVI y el XVII. La Forma vino al Monasterio de El Escorial en 1597 procedente de la Iglesia alemana de Gorcum, recinto sagrado que había sido profanado por las huestes protestantes y que tras desvalijar la iglesia comenzaron a pisotear las hostias que había en el altar. Ante el asombro de los asaltantes una de las obleas comenzó a sangrar por los huecos dejados por las botas claveteadas de los soldados. La fama de esta hostia consagrada se propagó por toda Alemania y después de estar con varios propietarios acabó en Viena en el Palacio de Fernando Weidmer, capitán de los soldados del emperador Rodolfo II. Tiempo después sus descendientes lo trajeron a España.

Ésta es una primera versión de los hechos ocurridos. Una versión muy oportuna en que los asaltantes impíos y por ende protestantes asolaron una iglesia católica. Una propaganda muy buena para el bando Austria. Pero existe otra versión menos ejemplarizante para la población católica. Esta nos habla de que la Basílica fue profanada por las tropas del Duque de Medina Sidonia y que cuando uno de los soldados piso la Forma ésta comenzó a sangrar. En ambas hay pisotones de por medio, pero aquí el autor de la profanación asustado por la acción milagrosa de la oblea acabó metiéndose en la orden franciscana.

Este atropello sufrido en la Basílica de El Escorial alcanzó al mismísimo Carlos II que se vio obligado a mandar construir el Altar de la Sagrada Forma por exigencias del Papa Inocencio XI como condición para levantar la excomunión que sufrían parte de los nobles que formaban la Junta de Gobierno debido a la profanación del Duque de Medina Sidonia y sus partidarios de este Templo. Para completar la construcción de este Altar y evitar que en un futuro se produjeran otros atentados parecidos mandó al pintor de Corte, Claudio Coello, pintar un lienzo en el que apareciera el monarca mostrando una adoración excelsa a la Forma y a la vez sirviera para ocultar la hostia milagrosa detrás del cuadro.

Se terminó de pintar en 1689 y todavía hoy se puede observar dos veces al año en acto solemne. Les aseguro que es espectacular, no se lo pierdan.

domingo, 21 de agosto de 2011

EL TOSTADO



Madrigal de las Altas Torres, pueblo abulense por naturaleza, ha visto nacer a muchas personas importantes en la historia de España. La Católica reina Isabel, Gabriel Espinosa también conocido como El Pastelero del Madrigal, e incluso ha visto morir al eminente poeta, religioso y humanista agustino Fray Luis de León. Pero entre tanta estrella este bello municipio también asistió en 1400 al nacimiento de uno de los grandes genios de la Historia Universal: Alonso Fernández de Madrigal, también conocido por El Tostado o El Abulense.

Hizo sus primeros estudios en Arevalo y ya comenzó a despuntar en el campo de la cultura. Sus dotes no pasaron desapercibida a sus contemporáneos por lo que acudió a Salamanca en 1426 donde estudio Teología, Filosofía, Astronomía, Derecho civil y canónico, griego y hebreo. Tal portento se graduó como Maestro en Artes y Teología llegando a ser Bachiller en Derecho. Veinte años después en 1446 ocupó la Cátedra de Poesía ocupándose  del Colegio de San Bartolomé de la Universidad de Salamanca.

Este portento maravillaba a todo el mundo. No había asignatura que no superara ni ampliara con sus dotes. Cualquier libro que caía en sus manos lo devoraba e increíblemente llegaba a retenerlo en la memoria. Su fama llegó al Papa Eugenio IV el cual le nombró Maestrescuela de la Catedral de Salamanca. No había límites para este adelantado del Renacimiento español, por lo que también recibió no solo halagos sino también odio de muchos envidiosos como por ejemplo Fray Juan de Torquemada que le acusó de hereje. Alonso no se quedó quieto y escribió una obra titulada Defensorio, tan bien escrita y documentada que el Papa, gran amigo suyo, lo exculpó haciendo que su fama se agrandara más y fuera reconocida en todo el mundo.

Juan II le hizo miembro del Consejo Real  y posteriormente Obispo de Ávila (1454) Desgraciadamente este título le duró poco pues al año siguiente murió en el pueblo abulense de Bonilla de la Sierra. Está enterrado en la Catedral de Ávila y en su sepulcro podemos leer estas bellas palabras:

Hic stupor est mundi, qui scibile discutit omne (Aquí está el asombro del mundo, que discutió todo lo que se sabe en el mundo).

Se calcula que escribió entre 50.000 y 70.000 pliegos llegando solamente sus comentarios sobre la Biblia a alcanzar los 24 tomos escritos en latín. Destacan sus obras Los Comentarios sobre Eusebio, Confesional e incluso una adaptación de la obra de teatro de Seneca, La Medea. Como se podrá observar fue todo un portento de la naturaleza que absorbió cualquier disciplina de la esfera humana y la hizo suya como un auténtico Titán. He ahí el que el dicho “escribe más que el Tostado” haya quedado como un precioso piropo para cualquier persona que le guste escribir y sea un amante de la cultura. Toda una frase que ennoblece a cualquiera.

sábado, 20 de agosto de 2011

LA MISTERIOSA CABEZA DE TABARA



Tabara, población situada en Zamora, ha sido famosa no solo por su afamada escuela de copistas del monasterio mozárabe de San Salvador en el siglo X, sino también por un elemento pequeño y curioso a la vez: La Cabeza Parlante de Tabara. Nos cuenta el eminentísimo Tostado que en aquella localidad existía una cabeza autómata parlante hecha de metal que tenía la peculiaridad de avisar a la población si algún judío había hecho entrada en Tabara. Desde un promontorio, esta cabeza, que había tardado en construirse 30 años por un anónimo alquimista, comenzaba a gritar de manera salvaje la siguiente letanía:

-¡¡¡Judaeus adest!!! (¡Hay un judío en el lugar!)

Y no cesaba de gritar hasta que aquel intruso había abandonado el territorio. Entonces volvía a soltar otro grito más tranquilo y decía:

-Judío fuera de Tabara.

Esta “alarma antijudíos” pasado un tiempo no gustó a mucha gente llegando a concitar el odio de muchos. Y un día unos vecinos furiosos la emprendieron a pedradas con aquella máscara chivata. Así, de esta manera se perdió una tecnología increíble y misteriosa predecesora de la actual robótica. Se tiene constancia de la existencia en España de más cabezas de este tipo en la Edad Media, pero la más parlante de todas ellas fue ésta de Tabara. Una pena que se perdiera en las orillas del olvido.

viernes, 19 de agosto de 2011

UN ELEFANTE LLAMADO PIZARRO



No me dispongo hablarles del archifamoso conquistador extremeño ni de sus proezas en el imperio Inca. Les voy hablar de otro ser que llego a encantar a jóvenes y no tan jóvenes a mediados del siglo XIX. Les presento al  elefante Pizarro.

Este era un paquidermo de raza india que hacia las delicias de los madrileños en el zoológico del Retiro más conocido como La Casa de las Fieras. El periódico La Ilustración de Madrid lo llamó Pizarro, para diferenciarlo de otro paquidermo que había en America llamado Cortés. Parece ser que nuestro elefante era originario del otro lado del Océano y durante un tiempo compartió cartel con el famoso Cortés siendo la gran maravilla de las ciudades americanas.

A mediados de siglo Pizarro llegó a España y emprendió su propio espectáculo de ciudad en ciudad y de pueblo en pueblo. Se trataba sencillamente de lucha entre animales salvajes. Este coloso podía hacer frente tanto a toros, osos, vacas y cualquier animal que le pusieran por delante. Pero en Valladolid, Pizarro, luchando contra un toro perdió un colmillo al hincarlo en el suelo de la plaza. La vida de nuestro elefante ya no seria la misma pues un animal de su especie con un solo colmillo ya no vendía igual. Incluso hubo algunos que sugirieron venderlo al matadero para hacerle filetes. Pizarro parecía sentenciado.

En cambio su salvación llego en 1863 cuando llegó a Madrid. El ayuntamiento y toda la ciudadanía decidieron acogerle y llevarle al famoso zoológico del Retiro. Los niños deseaban ir a verlo y a los padres les encantaba llevar a sus retoños para que vieran la figura colosal de Pizarro. Todo le parecía ir a las mil maravillas, hasta que un día nuestro querido elefante tuvo hambre. Alguien, por descuido o desidia no le llevó suficiente comida y el animal viendo que no le traían más decidió buscarse otro restaurante donde le atendieran mejor. Se escapó del zoo y llegó a la tahona más cercana, el Parador San José. Imagínense ustedes el susto que se debieron llevar los parroquianos cuando vieron que uno de ellos tenía una nariz más muy grande y se zampaba el contenido de los platos a una velocidad inusitada. Cuando hubo saciado su apetito tranquilamente se dejó conducir a su casita y nunca más volvió a escaparse.

Allí acabó sus días el titán de Pizarro. Su muerte salió publicada en todos los periódicos y fue muy sentida no solo por los madrileños, sino por todos los españoles. Como no quisieron olvidar la magnificencia de su corazón se decidió disecarlo entero para que las generaciones futuras vieran la increíble figura de aquel bello animal. Hoy se encuentra en el Museo de Ciencias Naturales, así que si deciden visitarlo no se olviden de llevarle una bolsa de cacahuetes. Seguro que lo agradecerá.

miércoles, 17 de agosto de 2011

UNA BOMBA DE BODA



Aquel 31 de Mayo de 1906 fue un día feliz y triste a la vez. Una fecha de vino y rosas teñida de la sangre de los inocentes. Se producía en la capital de España uno de los eventos de año, la boda entre su majestad Alfonso XIII y la peculiar Victoria Eugenia de Battenberg. La comitiva real se trasladaba desde la Iglesia de los Jerónimos hasta el Palacio Real rodeada del amor de sus súbditos y los aplausos de las gentes que miraban con ojos asombrados al par de tortolitos que acababan de casarse. Todo trascurría entre risas y buenos deseos pero al llegar al numero 88 de la calle Mayor todo cambió a una pesadilla de muerte sin sentido.

Al llegar al número indicado, alguien tiro desde un balcón un ramo de rosas delante del cortejo nupcial. Nadie podía sospechar que entre aquellas flores había una bomba que tenia la intención de matar a los reyes de España. El estallido fue inmenso produciendo un tumulto impresionante de carreras, empujones y gritos de dolor. El resultado fueron 23 muertos y 100 heridos. La pareja real salió ilesa debido en gran parte al traje de la novia que sirvió como chaleco antibalas ya que la cola del vestido media unos tres metros y en ella se incrustaron cristales, astillas y metralla de la bomba. Pero lo que nunca olvidarían Alfonso y Ena era la cascada de sangre que les tiñó el rostro y los trajes de boda. Un velo de muerte se ciño en torno a ellos.

Rápidamente la policía comenzó la caza del asesino que había perpetrado tan horrible acto terrorista. ¿Quién había sido? ¿Quién había tenido la osadía de matar a tanta gente inocente? Aquel asesino tenía un nombre, Mateo Morral. Era una persona imbuida por las ideas anarquistas de Bakunin y para lograr imponerlas a la sociedad decidió llevarlas hasta el extremo. Días antes, Mateo había viajado desde Barcelona para efectuar el atentado en Madrid. Justamente en el tren había encontrado un periódico, El Imparcial, el cual publicaba el siguiente anuncio:

Cedo habitación para estas fiestas. Calle Mayor, 88. Cuarto derecha.

Una ocasión única se presentaba ante sus ojos. Rápidamente decidió alquilarlo pero alguien ya se había adelantado antes. Esa contrariedad no le impido a nuestro criminal poner el dinero por delante y pagar 25 pesetas por adelantado. El casero acepto gustoso. Los días previos los pasó organizando el atentado y construyendo la bomba adquiriendo los elementos en diferentes ferreterías para no levantar sospechas. Como parecía que todo iba bien, la víspera de la boda se permitió un capricho y acudió a la Puerta del Sol a tomarse una horchata justamente donde se celebraba la famosa tertulia literaria de Gómez de la Serna, Pío Baroja, Azorín o Valle Inclán. Curiosamente en aquel ambiente culto y tranquilo Mateo Morral sostuvo una acalorada discusión con el pintor Leandro Oroz pues este último sostenía que los anarquistas eran unos muertos de hambre y unos asesinos. Mateo se enfado bastante, se levanto de la silla del establecimiento e identificándose como anarquista militante le cogió de la pechera y le dijo de manera violenta:

-¡Usted se calla si no quiere que le rompa la cabeza!

Y como vino se fue a su habitación tranquilamente. El día de la boda se levantó a las 11 horas… y lo demás ya es historia sangrienta. Parecía que había conseguido librar a sus perseguidores cuando dos días después, harapiento y agotado el joven Mateo Morral fue reconocido en un ventorro de Torrejón de Ardoz. Denunciado y viéndose rodeado por la Guardia Civil, se descerrajó un tiro en el pecho. Eso sí, siendo como era no se fue de este mundo sin antes llevarse por delante la vida de otros dos inocentes agentes.

Aquel no fue el último intento de atentado que sufrió Alfonso XIII, pero este de la Calle Mayor fue el que más recordó durante toda su vida acudiendo cada noche a sus frías pesadillas.

martes, 16 de agosto de 2011

LOS CURIOSOS BARCOS DE COLÓN



Esta historia que les ofrezco tiene un lado desmitificador e ilustrativo y por otro una cara más curiosa. Empecemos por la faceta más cultural, que no siempre es la más aburrida, verán. Siempre nos han dicho desde que éramos jóvenes estudiantes que los tres barcos que arribaron a las costas de América aquel 12 de Octubre de 1492 eran tres carabelas, a saber, la Niña, La Pinta y La Santamaría. Nos lo decían desde el colegio hasta la Universidad de manera machacona. Es un caso de imposición histórica por repetición. Pregunten a cualquiera y verán que no me equivoco. Pero ¿y si les dijera que en verdad no son tres carabelas sino solamente dos? Más de uno le tacharía de loco e ilustrado. Compruébenlo y verán.

Permítanme que me explique. Es verdad que tres barcos llegaron frente a la isla de Guanahaní en aquella fecha histórica. Pero solamente dos La Niña y La Pinta eran carabelas, mientras que La Santamaría era una nao de lo más marinera, vamos, que incluso se la puede llamar como La Nao Capitana.

Pero, y ya llegó a la parte más curiosona, dos de ellas en verdad no se llamaban originalmente como nos ha enseñado la Gran Historia:

a)      La carabela La Niña en un principio se llamó La Santa Clara en honor del Monasterio de Santa Clara situado en Moguer. Se construyó en el Puerto de la Ribera del pueblo anteriormente mencionado, y cambió su nombre a La Niña debido a sus constructores: los hermanos Niño, Pedro Alfonso, Francisco y Juan. La amistad de estos hermanos con los Pinzón fue clave para que la gente de Huelva se embarcara en la gran aventura colombina.

b)      La nao Santa María era propiedad de Juan de la Cosa y cuando embarrancó en las tierras recién descubiertas sirvió como base para hacer el Fuerte Navidad donde se quedaron 39 hombres abandonados ya que todos no cabían en el viaje de retorno. Pues bien, el caso de transformismo de esta nao es increíble. Primeramente se llamó La Gallega ya que fue construida en Galicia, y junto con el nombre oficial de Santa María los marineros la llamaban cariñosamente La Marigalante.

Por razones de estética el nombre de este último barco se cambió en el transcurso del viaje pues a Colón no le parecía bien que el nombre de las tres embajadoras de la fe se llamaran La Pinta, La Niña y La Marigalante, pareciendo, como bien argumenta Vázquez Figueroa “una alegre excursión de prostitutas a la caza de aventuras picantes en vez de una seria expedición en busca del Gran Khan…”

Así que si alguna vez alguien le habla de las tres “carabelas de Colón” ya tiene datos para rebatirle y quedar a su interlocutor con la boca abierta.

lunes, 15 de agosto de 2011

UNA OREJA BELICOSA



Corrían el año 1731. En el Caribe español continuaba el acoso de los piratas ingleses a los barcos de la Armada Española. En una de estas escaramuzas se apresó a un famoso pirata y contrabandista con Patente de Corso: Robert Jenkins. A éste se le cortó una oreja y se le conminó a comunicar al rey de Inglaterra que así se las gastaban los españoles cuando apresaban a un pirata y que si tenía valor que viniera él en persona que correría la misma suerte. Esta amenaza hizo que Jenkins, un gran patriota, fuera a la Cámara de los Comunes a comunicar dicha amenaza que, como es lógico, hirió el orgullo inglés y cabreó mucho a Su Graciosa Majestad, en este caso el rey Jorge II de Gran Bretaña. Aquí empezó lo que se llamó la Guerra de la Oreja de Jenkins.
Los ingleses mandaron una flota de 186 naves con un contingente humano de 27000 hombres a destruir la ciudad de Cartagena de Indias. Los españoles tenían un total de 6 barcos y 3500 hombres. El resultado fue que los ingleses fueron derrotados por las fuerzas mandadas por Blas de Lezo y Olavarrieta. Es una gran proeza dado que en toda la historia no se movilizaron tantos hombres y navíos hasta el desembargo de Normandía en la II Guerra Mundial.
Sin embargo, en los primeros momentos la balanza parecía inclinarse a favor de los ingleses. Un emisario fue enviado a Londres a comunicar la victoria a Jorge II. Éste, eufórico, mandó hacer una serie de medallas y monedas conmemorativas, medallas y monedas que fueron retiradas inmediatamente una vez recibido el resultado final de la Guerra de la Oreja.
Sin embargo, la cosa no quedó ahí. El orgullo patrio hispano tenía que sacar pecho de tal proeza bélica y de la humillación infligida a la Gran Bretaña. Ya en nuestros días, en la conmemoración del aniversario de la batalla de Trafalgar, la reina de Inglaterra, Isabel II, invitó a los países contendientes a rendir honores a la Armada Británica. Francia envió sus barcos y España también: un portaaviones, el Príncipe de Asturias y una pequeña fragata que llevaba una gran bandera española. Adivinan cómo se llama dicha fragata: BLAS DE LEZO.
Vamos, que a España le van a venir con Trafalgar cuando ganamos una guerra con sólo 6 barcos y una décima parte de hombres.
Por: José Antonio

domingo, 14 de agosto de 2011

LOS LIBROS PLÚMBEOS



Esta es una historia de supervivencia. El último acto desesperado por salvar un pueblo de la incomprensión y el odio. De cómo unas personas decidieron echar el todo por el todo para que la cultura morisca no desapareciera totalmente de la Península Ibérica y fuera arrastrada por los vientos del olvido. Ocurrió a finales del siglo XVI en el monte Valparaíso, lugar cercano a Granada donde se alza la abadía del Sacromonte. Dos granadinos, Francisco Hernández y Sebastián López, que andaban por aquellos riscos entraron en una cueva y descubrieron que tras unas piedras caídas había unas láminas de plomo circulares con inscripciones en latín y árabe que hablaban sobre santos martirizados en época de Nerón.

Cuerpo quemado de San Mestión mártir. Fue martirizado en tiempo del imperio de Nerón.

 Como ellos desconocían el contenido de aquellas pesadas láminas decidieron acudir el arzobispo de Granada, don Pedro de Castro, para que les dijera que eran. Éste quedó maravillado y con la venía de la ciudad prosiguió las excavaciones en busca de estos fascinantes hallazgos.

Pasado unos días sucedieron los desenterramientos y aparecieron nuevas láminas y un cuaderno con hojas circulares de plomo titulado De Fundamentum Ecclesiae que hablaban de otros santos como San Hiscio, discípulo de Santiago Apóstol e incluso sobre los tipos y formas de martirio que habían sufrido los santos. De toda la información y las reliquias que se iban sacando, hasta 1599, poco a poco un nombre empezaba a destacar por encima de los demás, San Cecilio, uno de los míticos Siete Varones Apostólicos. La historia de este santo y los demás mártires iban saliendo a la luz, y lo que más asombro a todos es que las inscripciones hablaban de un nuevo evangelio, el quinto, revelado por la mismísima Virgen María para que fuera divulgado en España. El monte de Valparaíso cambio su nombre a Sacromonte y el arzobispo edificó al lado de aquellas catacumbas una abadía para que la gente rezara en aquel lugar de culto a los mártires.

La aparición de los 22 libros plúmbeos, de unos 10 cm, fue un rayo de esperanza no solo para los teólogos cristianos sino sobre todo para la comunidad morisca que veía muy pronto la expulsión de sus ancestrales tierras. Tras la caída de Granada, seguido por los forzosos bautizos, y la enconada Rebelión de las Alpujarras (1568), el futuro de este pueblo no se veía muy claro. Aquellas láminas de plomo, que tan oportunamente habían aparecido, decían que los moriscos granadinos al igual que los cristianos viejos eran descendientes de estos mártires, como San Cecilio, y que tras la invasión musulmana se habían convertido al Islam. Los moriscos creyeron encontrar una tabla de salvación, pero incluso esto no les salvo de ser expulsados de su amada tierra en 1609.

El tiempo pasó y empezaron haber dudas si lo textos eran verdaderos. Estos Plomos del Sacromonte, fueron trasladados en 1631 a Madrid y años después a Roma donde, tras exhaustivo estudio fueron declarados falsos y heréticos por el Papa Inocencio IX, aunque, curiosamente, las reliquias si se las consideró verdaderas. Parece ser que estas láminas fueron una arriesgada apuesta por parte de la comunidad morisca, de posición alta lo más seguro, para congraciar no solo el Islam con el cristianismo sino también para evitar una futura expulsión argumentando que ellos eran verdaderos cristianos que por circunstancias ajenas a ellos cayeron en la religión ismaelita.

Después de tres centurias el Vaticano decidió devolver los libros plúmbeos a Granada en el año 2000. Actualmente esta ventana de esperanza que no prospero puede verse en esa capital andaluza para disfrute de cualquier viajero. Y curiosamente en la festividad de San Cecilio las devotas penetran en las catacumbas a probar la suerte con dos piedras, una negra y una blanca. Según creencia popular la piedra blanca ayuda a encontrar marido y la negra a librarse de él. Así que si desean probar suerte no duden en subir las siete cuestas de vía crucis y rogar al santo por su vida marital y ya puestos a degustar una rica tortilla del Sacromonte con salaillas acompañadas de habas o bacalao.

sábado, 13 de agosto de 2011

LOS CERROS DE ÚBEDA



¿A quién no le han dicho alguna vez esta frase?

-No te enteras de nada, estas en los cerros de Úbeda

En el idioma español esta formula coloquial viene a significar que una persona esta en la inopia y no se ha enterado de lo que ha acontecido o le han dicho en algún momento. Pero ¿por qué Úbeda? y ¿a qué es debido a que esta ciudad jienense, declarada Patrimonio de la Humanidad en 2003, siempre se le haya asociado con la perdida de memoria y el olvido? Parece ser que la culpa de ello la tuvo un capitán cristiano de Fernando III, Alvar Fáñez, alias el Mozo,  que no acudió a la reconquista de la ciudad en 1233. Después de ganarla a los almohades sus superiores en mando lo interrogaron y le preguntaron el motivo de por qué no había presentado su lanza contra el infiel. Él les miro tranquilamente y les respondió que estaba perdido por los cerros de Úbeda.

En esta bella ciudad dan dos explicaciones sobre el motivo de tal ausencia. Unos defienden que aquel soldado anónimo se perdió por el camino y se encontró con una mora que le hizo feliz haciéndole olvidar el campo de batalla. En cambio otros nos dicen que de mora nada de nada, sino que simplemente este soldado era un incompetente y que había desertado de las tropas de su señor porque tenía mucho miedo al alfanje islámico.

Elijan la versión que quieran, cualquiera es valida. Pero eso sí, la próxima vez que le digan lo de los cerros de Úbeda piense si se lo han dicho por cobarde o mujeriego.

viernes, 12 de agosto de 2011

EL TIOVIVO



Hoy ya no es una atracción de moda. Esos caballos de colores, congelados en su brioso cabalgar, no pueden competir con otras diversiones con luces brillantes y acción a raudales que nos saturan los sentidos en la actualidad. Hace unos siglos, en el XIX, el Carrusel era una de las atracciones más deseadas por los niños tanto de pueblos como de ciudades. Mucha gente se congregaba al lado de los caballitos y seguían con ansia el trote circular esperando su turno para subirse a la grupa y vivir ilusiones y recuerdos de juventud.

A principios del siglo XIX el carrusel más famoso de Madrid era el de Esteban Fernández que estaba situado en el actual Paseo de las Delicias. Casi todo el mundo acudía allí para pasar una buena tarde convirtiéndose en el centro de diversión principal de la capital de España. Pero en 1834 las risas y la ilusión dejaron de existir en Madrid pues la ciudad  sufrió una tremenda  epidemia de cólera que dejó cientos de muertos provocando una ola de terror en todas las familias. Los vivos, temiendo el contagio de los familiares muertos los enterraban precipitadamente y sin ninguna ceremonia. Este hecho alcanzaba tanto a ricos como pobres y desgraciadamente al mismísimo Esteban Fernández. Se le encontró muerto, asfixiado por la gripe. Toda la capital sintió su muerte e incluso algún niño dijo que había visto lágrimas en los rostros acartonados de los corceles del carrusel.

A diferencia de los enterramientos urgentes, muchas personas y amigos accedieron a portar los restos del fabricante de risas al camposanto más cercano. El camino se hizo en silencio solo roto con los sollozos de los familiares más cercanos. Las calles lucían crespón negro al igual que el corazón de muchos familiares. Pero de pronto algo pasó justamente en las andas del féretro del muerto. Las personas que las sujetaban sintieron un retumbar dentro del ataúd y ante el susto generalizado de todos, Esteban Fernández, más conocido como el Tío Esteban, se levantó y con ojos atónitos vio como se lo estaban llevando al cementerio a recibir santa sepultura. No podía creer lo que le iban hacer y mirándoles con ojos desafiantes de Lázaro resucitado gritó:

-¡¡¡Estoy vivo!!! ¡¡¡Estoy vivo!!!

La alegría hizo que los deudos soltaran las andas precipitando al pobre Esteban al suelo dándole un buen coscorrón, pero gracias a Dios no le ocurrió nada grave al resucitado. Esta noticia corrió como el viento por las calles de Madrid haciendo que todo el mundo en las esquinas, principales calles y casas, se alegraran en extremo. Una buena noticia que ahuyentaba la sombra de la muerte. Esteban Fernández se recupero poco a poco y tiempo después volvía a encender las luces de la atracción para que sus amados caballitos corrieran al galope hacia la tierra de la Fantasía. Aun así algo cambió aquel día ya que el carrusel dejó de llamarse Carrusel del Tío Esteban para recibir un nombre más apropiado siendo el que ha perdurado hasta hoy:

TIOVIVO.

jueves, 11 de agosto de 2011

EL QUIETISMO



No todo en el Reino de Cristo en el Imperio Español era uniforme, monolítico y tranquilo como una balsa de aceite. Durante el reinado de los Austrias surgieron una colección de místicos, como San Juan de la Cruz, Santa Teresa de Ávila, Fray Luis de Granada, Fray Luis de León, entre otros muchos (ponerlos todos haría que se alargara en exceso esta pequeña historia) que dieron un nuevo impulso modernizador a la antigua iglesia medieval que parecía estancada en rígidas y absurdas normas arcaicas. El surgimiento de todas estas figuras místicas produjo una auténtica fiebre de religiosidad entre la población haciendo que cualquier movimiento o renovación eclesial captara una enorme multitud de adeptos. La mayoría de estas nuevas formas de comprender la religión y la comunicación con Dios eran muy intimistas, buscando más el interior que el excesivo boato del exterior. Y he aquí que surge con fuerza y hacia el final de la época de los grandes místicos la figura de Miguel de Molinos, que promulgaba una doctrina que iba más allá de las propugnadas anteriormente. Esta nueva idea se llamó el Quietismo.

Miguel de Molinos (1628 – 1696) era oriundo de Muniesa (Teruel) y siempre estuvo interesado en el estudio de Teología y Religión. En Valencia estudió esta rama y se consagró como sacerdote llegando a ser confesor de monjas y penitenciado del Colegio del Corpus Christi. Viajó a Roma en 1665 para defender la beatificación de Francisco Jerónimo Simó, y justamente en ese momento, en aquella ciudad, es donde consigue su fama de asceta e iluminado, llegando a ser amigo del mismísimo Papa Inocencio XI. Incluso se carteó durante un tiempo con la reina Cristina de Suecia. Fue en aquella época tan gloriosa para él donde ideó el Quietismo.

Pero ¿En que consistía este nuevo movimiento religioso? Esencialmente y como su nombre indica se trata de afrontar la vida con pasividad de manera espiritual y mística. Es decir, tomarse la vida de una manera contemplativa pues para que el alma consiga un estado de perfeccionamiento se ha de llegar a la abolición de la voluntad. Ésta se consigue cuando el alma, después de sofocar los ruidos exteriores y de reprimir los movimientos innecesarios, consigue hablar mejor con Dios. El alma esta en plena quietud, no razona, ni se altera y por tanto esta preparada como un lago tranquilo para aceptar pasivamente al Creador. Dios solo entrará en nuestro cuerpo cuando la puerta se este quieta y su paso franco.

Esta idea fue promovida por Miguel de Molinos en su libro Guía espiritual que desembaraza el alma y la conduce por el interior camino para alcanzar la perfecta contemplación y el rico tesoro de la paz interior, publicada en 1675. Pero rápidamente (1678) fue atacado por la Inquisición y su obra puesta en la lista de Libros Prohibidos. Fue acusado por los jesuitas Gotardo Bell`Uomo y Paolo Segenri de posturas contrarias a la Santa Madre Iglesia teniendo la oportunidad de defenderse en un juicio. Allí escribió la réplica Defensa de la contemplación pero no tuvo éxito ya que fue archivada y en 1685 fue detenido junto con sus seguidores. La Santa Inquisición para sacar a la luz cualquier falta llegó hasta el tormento e incluso a ser acusado de sodomita recalcitrante. Tuvo que retractarse en Roma, en la Iglesia de Santa María Sopra Minerva y condenado a ser recluido, portar un hábito penitencial y rezar continuamente un tercio del Rosario y un Credo. Inocencio XI, que había sido su amigo  ratificó la sentencia y publicó la bula Coelestis Pastor para evitar futuras irrupciones quietistas. Nada se pudo hacer por salvar a Miguel llegando el Vaticano en época de Inocencio XII a exiliar al teólogo y arzobispo Cambrai Fenelón por ser defensor y difusor del quietismo.

Como se podrá ver esta práctica religiosa de Miguel de Molinos se parece un poco a una versión de ejercicios Zen pero en Occidente. Aunque atendiendo a la verdad tiene una relación más directa con otro movimiento místico, el  Hesicasmo. Éste arraigó sobre todo en la Iglesia Oriental y Ortodoxa en el siglo IV d. C llegando a tener mucha difusión entre los llamados Padres del Desierto. El Hesicasmo propugna que para conseguir la paz con Dios y una posterior unión ha de producirse tres premisas: soledad, silencio y… quietud. Las ideas del Quietismo tuvieron mucho arraigo no solo en España, sino también en Francia e Italia y su influencia incluso se percibe en el siglo XX ya que lo podemos ver en la obra del poeta José Valente.

miércoles, 10 de agosto de 2011

EL SOL DE PORTOCARRERO



La Catedral de Almería ofrece en su fachada oriental uno de los símbolos más intrigantes y curiosos de la España misteriosa. Se trata del Sol de Portocarrero, llamado así erróneamente en memoria del Obispo Portocarrero ya que este símbolo solar es anterior al mandato de este religioso. Se sabe que ya existía desde el siglo XVI y que desde entonces saluda al alba todas las mañanas convirtiéndose de esta manera en una de las imágenes principales de Almería.

Este bajorrelieve representa una cara de niño recién nacido que irradia rayos solares alternándose los ondulados y los rectos. Pero ¿cuál es su origen? Aunque no se sabe a ciencia cierta parece ser que la idea no provenía de  los mecenas que ordenaron la construcción sino de más abajo, de los talladores de piedra y constructores de la catedral que tenían nociones de historia del cristianismo y sus posibles orígenes paganos. Por tanto nos encontraríamos con un símbolo pagano ocultista alojado en una catedral cristiana, católica y apostólica romana.

Un sol parecido lo podemos encontrar en otro lugar de culto como es la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen, en la localidad de Gergal, del siglo XVII. Este sol en vez de tener cara de niño tiene rasgos más humanos, de persona adulta y mirada intensa.

Paganismo en un recinto cristiano. Aunque parezca raro es lo normal en muchísimos casos dentro de nuestras iglesias, catedrales  y lugares de rezo de nuestra geografía.