martes, 29 de diciembre de 2015

EL ÚLTIMO NO-DO



Ya alguna vez les hablé de cómo a comienzos de la posguerra la Vicesecretaría de Educación Popular, creó el 29 de Septiembre de 1942 (BOE 356 de ese mismo año) el famoso NO-DO, acrónimo de Noticiarios y Documentales, que comenzó a proyectarse a principios de Enero del año siguiente de manera obligaría en las salas de cine de toda España. Y para que se vea la importancia que le daba el régimen de entonces a estos documentales gráficos baste decir que entre 1943 y 1975 se llegaron a exhibir  alrededor de 4.016 noticiarios de este tipo con la única intención de ensalzar las virtudes del Caudillo. Pero los años pasan y todo llega a su fin. Con la muerte de Franco, aunque parezca mentira, no se llegó a acabar con el NO-DO pues se siguió emitiendo de manera optativa a partir de 1976 hasta el 19 de Enero de 1981 en que se emitió el último noticiario, en concreto el número 1957. Veamos que se proyectó en aquel NO-DO crepuscular: En primer lugar los asistentes vieron un reportaje en el que se hablaba de las playas y hoteles del Mar Menor; seguido de la trágica noticia del fallecimiento del bailarín Vicente Escudero; y finalmente todo acabó con la transformación de la Residencia de invidentes de Santa Lucia  en el Museo de la Ciencias  de Barcelona, hoy Cosmo Caixa. Y de esta forma, colorín colorado, finalizó uno de los noticiarios más famosos (y tarareados) de la Historia Contemporánea de España.

domingo, 27 de diciembre de 2015

LA GUERRA DE LAS NARANJAS



En 1801 el entonces poderoso Napoleón, señor de casi toda Europa,  solicitó, o más bien ordenó, a la corona española que en virtud de los tratados pactados con Francia, atacara a Portugal pues estos  seguían ofreciendo sus puertos y comerciando con Inglaterra a pesar de sus continuas advertencias. Así pues en mayo de ese año España invadió el reino de Portugal como castigo a su rebeldía. La guerra duró muy poco, unos dieciocho días, y las tropas españolas encontraron poco resistencia ocupando de esta manera distintas ciudades y pueblos casi sin pegar un tiro. El 6 de Junio se firmó el Tratado de Badajoz en el que se devolvían casi todos los lugares ocupados (menos Olivenza y Vila Real) a la vez que se fijaba una nueva frontera entre ambos reinos. Entonces, ¿por qué se la llamó Guerra de las Naranjas? Pues debido a que cuando los soldados españoles entraron en la ciudad de Elvas arrancaron una rama bien cuajada de naranjas y se la entregaron al entonces valido de Carlos IV, Manuel Godoy. Acto seguido éste mando enviarlas a Madrid para que fueran entregadas a la reina María Luisa de Parma como símbolo de que había obtenido la victoria frente a las tropas lusa. Claro está, en cuanto se supo este hecho rápidamente comenzaron aparecer sátiras y chanzas de sus oponentes políticos y del mismo pueblo aludiendo a los supuestos amores existentes entre el valido y la reina frente a las mismas narices de su propio marido el rey.

viernes, 25 de diciembre de 2015

EL ORIGEN DEL NOMBRE DEL BARRIO DE TETUÁN



Al igual que en Marruecos, en España, en concreto en Madrid, existe un barrio llamado Tetuán. ¿De dónde procede el gentilicio de este lugar? Pues precisamente hemos de retrotraer nuestra memoria hasta la llamada Guerra de África, o Guerra del Rif, que se produjo entre 1859 y 1860 y que tuvo como consecuencia la victoria de las tropas españolas comandadas por Leopoldo O´Donnell o Juan Prim ante las aguerridas tropas del sultán marroquí Muley-el-Abbás. Pues bien cuando las tropas procedentes de África entraron en Madrid lo hicieron por el norte de la ciudad a través de la conocida carretera de Francia (Bravo Murillo). Los soldados, antes de hacer el paseo triunfal, colocaron sus tiendas militares en aquella zona, a la que llamaron Tetuán de las Victorias, y pasado cierto tiempo, al final, empezaron a aparecer ciertas casas y establecimientos permanentes creando de este modo una nueva zona en la ciudad que con el tiempo se convertiría en uno de los barrios más populares de Madrid.

martes, 22 de diciembre de 2015

UNA CLAUSULA MÍTICA



Con el fin de cercar al enemigo más enconado de los Austrias, Francia, Carlos V decidió en 1553 casar a su hijo, el futuro Felipe II, con su tía María I de Inglaterra. Y aunque al joven príncipe no le hizo nunca gracia emparejarse con una mujer que era mayor que él decidió acatar las órdenes de su padre por el bien del Imperio. Las negociaciones no fueron fáciles pues los ingleses temían perder su autonomía al ver que su reina se casaba con un príncipe español. Es por ello que Felipe tuvo que jurar que solamente sería rey regente, que respetaría los derechos y privilegios de sus súbditos y que solamente su heredero sería rey de Inglaterra. Y no solo juró estas clausulas sino que a su nombramiento añadió una más: que renunciaría al trono británico si pasado cierto tiempo se presentara ante él el mítico rey Arturo y reclamara la corona de Inglaterra. Entonces, y solamente entonces, el joven Felipe se marcharía a España sin poner ningún problema.

sábado, 19 de diciembre de 2015

VIKINGOS CONTRA INDIOS



A los equipos de futbol no solo se les reconoce por el nombre de su equipo, o por su escudo y bandera, sino también por el mote por el que el equipo contrario les moteja. Un ejemplo de ello lo vemos en la eterna disputa existente entre los dos equipos principales de Madrid, es decir, el Real Madrid Club de Futbol y el Club Atlético de Madrid (con perdón del Rayo Vallecano), situados uno frente al otro separándoles geográficamente el rio Manzanares. Pues bien a los primeros, al Real Madrid, se les conoce con varios apodos. Uno de ellos es el de merengues, que evidentemente se refiere al color de sus camisetas deportivas ya que se asemejan al blanco de aquel delicioso dulce. Pero también se les conoce como vikingos, pues hace algún tiempo, cuando el Real Madrid ganó la quinta Copa de Europa por 7-3 al Eintrach de Frankfurt un periodista escribió en la revista inglesa Times la siguiente frase: “El Real Madrid se pasea por Europa como antaño se paseaban los vikingos, arrasándolo todo a su paso”. Llama la atención que hoy en día ese mote de vikingos sea un símbolo referencial de la hinchada blanca ya que en algunas ocasiones se pueden observar en las gradas alguna pancarta con la imagen de un arrojado vikingo con espada y escudo.

Ahora pasemos a los nombres peculiares con los que se conoce a los atléticos. Se les llama de dos maneras: colchoneros e indios. El primer mote se debe al color rojiblanco de sus camisetas ya que durante la posguerra los colchones estaban recubiertos de una tela compuesta de franjas  rojas y blancas. Hemos de decir que este sería el apelativo antiguo (todavía en uso) ya que actualmente también se les llama indios. ¿A qué es debido esto? Según comentan jocosamente los del Madrid, y con bastante mala intención, porque los del Atlético de Madrid en la década de los sesenta y setenta fichaban muchos jugadores sudamericanos, y, también, porque los seguidores del atlético se visten y pintan a rayas rojiblancas y odian a los blancos. Ver para creer. También hay que mencionar que hoy en día, al igual que los del Madrid, los rojiblancos se enorgullecen de este último mote pues muchos aficionados se visten a veces con motivos indios e incluso tienen una mascota, una especie de mapache, llamado Indy.