viernes, 30 de enero de 2015

INCOMPETENCIA DESENCRIPTADA



Uno de las cosas que más mortificaban a los Reyes Católicos era que muchos de los mensajes cifrados que enviaban a sus agentes repartidos por media Europa eran interceptados por sus enemigos y leídos sin ningún problema. Así pues, hartos de esta situación, decidieron crear un sistema de encriptación que hiciera imposible descifrar sus mensajes. Consistía simplemente en convertir las palabras en números romanos, pero el servicio de espionaje de sus católicas majestades complicaron tanto este sistema, y lo hicieron tan enrevesado, que no solamente los agentes extranjeros no lo descifraban sino que también los propios eran incapaces de leerlo. Es por ello que las cancillerías españolas recibían continuamente mensajes pidiendo explicaciones sobre lo que les habían enviado. Era común encontrarse frases de este tipo: “No se entiende”, “no tiene sentido”, “por favor, manden otro más claro”. Así pues, el diplomático Rodrigo González de la Puebla, con el fin de ayudar a sus agentes se le ocurrió la felicísima idea de adjuntar al mensaje cifrado el libro de claves para que la transcripción fuera más sencilla. Como diría Forges “¡Pais…!”

jueves, 29 de enero de 2015

LEONOR DE INGLATERRA - Miguel Romero



A día de hoy, hace 803 años en la Península Ibérica se produjo una de las batallas más importantes de la Historia Universal: La Batalla de la Navas de Tolosa (1212). Una fecha fácil de recordar pero que al Estado español se le debe atragantar pues aunque a nivel regional si hubo alguna celebración conmemorando el octavo centenario no se le dio mucha publicidad a nivel nacional. Y a diferencia de otros países de otras latitudes que hubieran celebrado esta batalla de manera espectacular, aquí fue al revés a lo mejor debido a lo delicado que es herir susceptibilidades. A pesar de que aquella victoria espectacular cerrara el cerrojo a cualquier futura conquista musulmana. Pero bueno… estas ideas son harina de otro costal. Lo interesante de esta batalla no es solo el impacto geoestratégico que produjo sino también los personajes que en ella intervinieron, destacando sobre todo la figura del rey castellano Alfonso VIII, auténtico promotor de aquel choque de ejércitos. Aquel monarca, también conocido como “el de Las Navas”, fue uno de los grandes reyes de la Edad Media Española, ya que consiguió uno de los grandes hitos de aquel tiempo: unificar a todos los reinos cristianos para luchar contra el infiel. Y aunque perdió Alarcos (la leyenda popular lo achaca a la judía Raquel), supo ganar en Las Navas de Tolosa y anteriormente la ciudad de Cuenca. Gracias a ello pudo hacer grandes repoblaciones cristianas en tierra musulmana, fundaciones, y otorgamiento de fueros municipales.

Pero como dice la expresión, detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer, en este caso la dama que hacía de apoyo al monarca era la famosa Leonor de Plantagenet.

miércoles, 28 de enero de 2015

LA RELACIÓN LABORAL DE UNA REINA Y UN ABOGADO



Tras abdicar en 1868 la reina Isabel II tuvo que iniciar una nueva vida en París, y como suele ocurrirle a todo el mundo alguna vez en su vida necesitó un abogado para resolver un pleito. Como no se fiaba de los abogados franceses hizo llamar a Nicolás Salmerón, quien años antes había sido uno de los cuatro presidentes de la Primera República. En cuanto le vio Isabel  le comunicó sus necesidades, pero éste le respondió lo siguiente: “Señora, soy republicano, no seré, pues, el abogado de una reina, sino que tendré una clienta española.” Y así lo hizo desde el primer minuto. Al terminar el proceso judicial, Salmerón no le cobró nada, pero la antigua monarca quiso que por lo menos se llevase un recuerdo suyo, así que le hizo llegar un retrato enmarcado con un marco de plata y piedras preciosas. Días después Isabel recibió de vuelta el lujoso marco pero no la imagen que Salmerón se había quedado.

martes, 27 de enero de 2015

REVERDECIENDO VIEJOS LAURELES



Según parece el archiconocido Fernando el Católico era un hombre al que le gustaban bastante las mujeres. Y es que a pesar de que la historiografía antigua lo tomaba como un dechado de virtudes, en concreto la fidelidad a su esposa Isabel, lo cierto es que le atraían las personas del sexo opuesto de una manera bárbara. Así pues cuando murió su mujer en 1504, rápidamente buscó a alguien que le calentara de nuevo la cama. Mediante un hábil juego político, gracias a un acuerdo sellado por Fernando y el rey de Francia Luis XII en Blois en 1505, ambos soberanos no solo se cedían tierras y dineros sino que también el monarca aragonés conseguía una segunda esposa: Germana de Foix.  Después de casarse por poderes en Francia, los dos esposos formalizaron su relación en Valladolid en 1506. Como se puede ver poco le duró la pena por la muerte de Isabel.

Germana  era el tipo de mujer que le gustaba a Fernando. Alegre, entradita en carnes, frescachona e insaciable en la cama. Esto último es lo que decían sus súbditos que añoraban a la antigua reina. Pero algo debía haber de cierto en todas estas habladurías ya que Fernando estaba continuamente encamada con ella. Estos lances de plumas debieron ser altamente ruidosos y placenteros para Fernando ya que gracias a su nueva esposa pudo volver a revivir viejas glorias de juventud. Y lo de ruidoso no es algo que me invente, pues ya en aquella época quedó registrado como en aquellas jornadas festivas se llegó incluso a romperse una cama. Atención a lo que comenta Francesillo de Zúñiga:

Una noche, estando Fernando el Católico con ella en la cama, tembló la tierra, y otros dicen que la antífonas de la reina. Como quiera que sea, con el miedo del temblor de tierra, esta señora saltó de la cama y del golpe que dio hundió dos entresuelos y mató a un botiller y dos cocineros que abajo dormían. Y como esta alta y gruesa reina viese el estrago que por ella se había hecho, por descargo de su conciencia y de las ánimas de los muertos, les mandó decir dos responsos a casa uno.

Después de leer esto uno se pregunta ¿cuántos kilos debía de pesar esta mujer? y ¿cuán escandalosos deberían ser estas cópulas nocturnas? Pero lo que si debemos entender es que para seguir el ritmo de ella (18 años) Fernando, que a sus 53 años no debía tener ya la musculatura de un garañón, no dudó en tomar reconstituyentes sexuales que le permitieran estar todo el día con la lanza en ristre. Para ello se hacía traer todo tipo de brebajes que le mantuvieran en lo más alto, destacando sobre todos ellos los preparados con turmas (genitales) de animales como por ejemplo el toro,   rociados con el viagra de la época: polvo de cantárida hecho con moscas y escarabajos machacados. Pero de resultas de esta continua ingesta su cuerpo se resintió provocándole la muerte en 1516.

A pesar de este terrible desenlace, esta historia no termina aquí, pues al año siguiente (1517) un nuevo monarca llegó a la Península: Carlos I de España y futuro V de Alemania. Parece ser que la viudedad le había sentado bastante bien a Germana pues en cuanto el nuevo monarca la vio se quedó prendado de ella. Ambos tenían una edad parecida lo que hizo que a no mucho tardar estuvieran retozando entre las sabanas de palacio. No sé si se dan cuenta pero Carlos V… ¡mantuvo relaciones con su propia abuelastra! Incluso algunos historiadores sospechan que hasta pudieron haber tenido un hijo. Esta tesis no está del todo confirmada pero lo que sí se sabe es que Germana no acabó sus días junto a su nieto pues pasado un tiempo acabó casándose con un noble alemán, y después con el duque de Calabria.

lunes, 26 de enero de 2015

LAS TRAVESURAS DE UNA NIÑA SANTA



En el año en el que escribo esta historia se conmemora el Quinto Centenario del nacimiento de la gran mística española Santa Teresa de Jesús. Quien más quien menos conoce sus grandes obras y el numero de conventos de inauguró en vida. Pero a pesar de todas sus bondades y milagros es poco conocido el lado travieso que tenía cuando solamente era una niña. Teresa de Cepeda y Ahumada (1515 – 1582) tenía nada menos que doce hermanos, pero con quien mejor se llevaba era con uno que se llamaba Rodrigo. Solían jugar juntos y a ambos les encantaba leer historias de santos. Se les hinchaba el corazón al rememorar las prédicas y martirios que habían tenido que soportar estos santos varones al difundir el mensaje cristiano por el mundo. Así pues, cuando Teresa tenía siete años, convenció a su hermano para que se fugaran de casa y marcharan a Jerusalén para buscar la palma del martirio. Y de esta manera, equipados con un simple hatillo, y sin ningún miedo, ambos se echaron a los caminos. Pero cuando solo habían recorrido un par de kilómetros, a las afueras de Ávila, se encontraron con un tío suyo, hermano de su padre, el cual se extraño mucho de verlos tan temprano andando por el campo. Le dijeron que no se preocupara pues iban a “tierra de infieles” a convertir a “los moros” a la religión verdadera. El tío, dándose cuenta que todo era una pillería infantil, cogió a los dos aprendices de mártires por las orejas y se los llevó de nuevo a casa mientras les echaba una buena reprimenda.

viernes, 23 de enero de 2015

QUEMAR LAS NAVES



¿Sabías que el origen de la expresión quemar las naves, como sinónimo de jugarse el todo por el todo fue acuñada en el siglo XVI a causa de  una arriesgada acción protagoniza por Hernán Cortés? En Agosto de 1519, en la ciudad mexicana de Veracruz el capitán extremeño  exigió a sus hombres un esfuerzo más para conquistar la ciudad de Tenochtitlan y así poder derrotar definitivamente al emperador azteca Moctezuma. Pero sus soldados parecían que ya estaban un poco cansados de tanta batalla y deseaban volverse a España con las pocas riquezas que habían conseguido. Aquella decisión no le gustó nada al conquistador que de un plumazo decidió eliminar cualquier conato de rebeldía mediante una acción sorpresiva. Para ello ordenó hundir sus propios barcos haciéndoles una vía de agua que los arrastrara irremediablemente al fondo de las aguas. De esta manera mandó un mensaje a sus hombres diciéndoles que solo había una salida posible: o matar o morir. Lo curioso del asunto es que las narraciones posteriores cambiaron un poco la historia, haciéndola un poco más dramática y literaria cambiando el hundimiento de unos barcos por un incendio efectuado por un pirómano Cortés con una tea  en la mano.