miércoles, 31 de julio de 2019

¿QUÉ ES EL MANDIL DE LANDA?


Un mandil es esencialmente un trozo de tela que se pone por la cabeza y que sirve para proteger el cuerpo a la vez que evita que la ropa se manche con algún líquido o trozo de comida. Como se puede ver es uno de los inventos más simples y sencillos  que existen. Pero ¿sabías que existe otro tipo de mandil que salvó la vida a cientos de personas? La Cruz Roja fue creada por Henry Dunant en 1863 tras observar horrorizado el campo de batalla de Solferino (1859) y cinco años después, a raíz de ello, esta organización se implantó en España gracias al médico experto en sanidad militar Nicasio  Landa y de Joaquín Agulló, conde de Ripalda. El primero de ellos se dio cuenta de que en muchas ocasiones era bastante problemático transportar a los heridos a los puestos de socorro o a un hospital cercano ya que algunas veces éstos se encontraban en lugares geográficos de difícil acceso como por ejemplo bosques o montañas. Así pues Nicasio Landa inventó un tipo de transporte alternativo que ayudara a los enfermeros a transportar a los heridos. Se trataba de un trozo de tela grande que se ataba a la parte delantera del enfermero mediante unas correas y simplemente se agregaba una estructura de madera en la base, la cual era a la vez sostenida por otro asistente a modo de camilla para que el herido se instalara en el centro. Y aunque este invento a simple vista es algo primitivo, ya que incluso muchas veces al paciente le arrastraban las piernas, hay que reconocer que salvó muchas vidas que en otras ocasiones se hubieran perdido. En verdad, nos encontramos con un ingenio made in Spain de lo más práctico y humanitario.

domingo, 28 de julio de 2019

LAS ENSAIMADAS LLEGAN A MADRID


Solo hay que acudir al aeropuerto para saber de dónde proviene una persona. Y no solo por los televisores sino por los regalos que traen. Si observamos a la gente que viene de Mallorca muchos de ellos portan una serie de cajas en las que dentro hay ricas ensaimadas ya sean las clásicas o que tengan algún relleno especial. Este producto es uno de los más típicos de Mallorca y son elaboradas con una deliciosa manteca de cerdo que en catalán mallorquín se dice saïm. Este dulce local ya existía en el siglo XVII, pero a la capital de España, Madrid, llegó en el siglo XIX cuando los empresarios Balaguer, Coll y Ripoll abrieron una tienda de productos típicos de las Islas Baleares en la calle Jacometrezo. Y tan bien les fueron las ventas que en 1894 decidieron trasladarse a la Puerta del Sol y adquirir el local de Antonio Garín  conocido como La Mallorquina. Local que todavía sigue existiendo y que les animo a visitar por su alta calidad de sus productos. Desde entonces los madrileños que deseaban probar una buena ensaimada acudían a este local para tomarlo o bien con café o mojado con chocolate. Allí iban, y siguen yendo, no solo personas anónimas sino también grandes celebridades como por ejemplo los políticos Francisco Silvela o Raimundo Fernández Villaverde.

sábado, 27 de julio de 2019

LA CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA EN 100 PREGUNTAS - Ignacio Fernández Sarasola



La constitución es el alma de los Estados. (Isocrates)

Es obvio que de aquí a un tiempo la política, por lo menos la española, se ha complicado bastante. En tiempos en los que predominaba el bipartidismo al estilo de aquellas facciones decimonónicas de progresistas y conservadores, parecía que la reciente democracia iba encarrillada hacia una política “tranquila”. Pero con la irrupción de nuevos partidos políticos el ciudadano medio se da cuenta que los políticos de nueva hornada son incapaces de llegar a ningún acuerdo,  gritándose día sí y día también y no parando, incluso, de llenarse la boca al invocar la palabra constitución con la única intención de modificarla a su criterio personal. Es por ello que la Constitución Española, aquella que tanto celebramos en 1978 se ha convertido en una especie de arma arrojadiza, que, curiosamente, muchos de nuestros nuevos políticos solo invocan sin conocerla profundamente, tanto su contenido como su historia. Así pues, para que tanto ellos como nosotros comprendamos y profundicemos en su contenido y en su devenir les invito a leer el libro La Constitución Española en 100 preguntas, escrito por el doctor en Derecho Ignacio Fernández Sarasola y editado por Nowtilus.

El conocimiento no solo da sabiduría, sino también poder… en este caso poder para conocer de forma sensata acerca de qué nos están hablando sin que nos consideren unos ignorantes. La actual Constitución española no es un libro cerrado o un tótem solo accesible a cuatro sabios, sino que es una herramienta necesaria para que funcione nuestra perfecta/imperfecta democracia. El autor divide este ensayo en varios bloques para que el lector medio comprenda de forma amena y rigurosa como está constituida y cuáles han sido sus influencias históricas más cercanas. En un primer bloque, Sarasola establece una sencilla base al dejarnos claro qué es una constitución y su configuración, para pasar a continuación a establecer una historiografía de otras constituciones anteriores, y cuáles han sido las influencias, americanas o francesas, por ejemplo, que tiene la actual. Además lo adereza con preguntas y respuestas acerca de qué títulos se pueden reformar y cuáles no (tema muy controvertido en la actualidad) y si fuera posible cómo hacerlo.

En un segundo bloque entramos en el campo del Título Preliminar de la Constitución como son por ejemplo los símbolos oficiales que establece, acerca de nuestro idioma, lenguas o dialectos, que tipo de monarquía es la que se establece y en como el poder recae en el pueblo. Tras estos preámbulos esenciales, las preguntas esenciales en las que se centra el autor son como la Constitución aborda temas tan candentes como la organización territorial de nuestro país en Comunidades Autónomas, como se articulan las Cortes y sus cámaras, ya sean la alta o la baja, el número de senadores y diputados, las votaciones y, muy importante, como se articulan el Gobierno y la Corona y como se deben armonizar para gobernar España. Capítulos también importantes son los que nos hablan de los derechos y deberes que amparan a los españoles y que están recogidos en la Constitución, ya sean los civiles, políticos o sociales. Y, terminando, en su capítulo final el autor nos pregunta cuáles son las garantías que ofrece nuestra Constitución y como ésta nos defiende y se auto defiende a sí misma (aquí destaca la exposición muy bien razonada acerca del problema catalán que nos afecta hoy día al ser uno de los mayores retos a los que se ha enfrentado la historia reciente de nuestra democracia).

La Constitución Española en 100 preguntas, de Ignacio Fernández Sarasola es un trabajo de alta factura que tras su lectura nos hace comprender puntos clave de nuestra Constitución y, de forma amena, nos hace comprender como está configurada, y a raíz de ello ver como se configura el Estado español, su organización territorial y cuáles son los derechos y deberes que arropan tanto a los ciudadanos como a sus representantes en las Cortes. Un libro que vale la pena leer y tener de cabecera con la intención, sobre todo, de comprender del todo de qué nos hablan aquellos a los que hemos dado trabajo gracias a nuestros votos.

jueves, 11 de julio de 2019

BREVE HISTORIA DE ESPAÑA, I. LAS RAÍCES. BREVE HISTORIA DE ESPAÑA, II. EL CAMINO HACIA LA MODERNIDAD – Luis E. Íñigo Fernández



 Iberia se parece a una piel de toro, tendida en sentido de su longitud de Occidente a Oriente, de modo que la parte delantera mire a Oriente y en sentido de su anchura del septentrión al Mediodía (Estrabón)

¿España o las Españas?, ¿centralismo o plurinacionalismo?, ¿conquista, reconquista o sometimiento?... muchas son las preguntas que actualmente se hacen los españoles de a pie y que con el ambiente caldeado de la política actual están, hoy como nunca, en el candelero. Demuestran por tanto que el ciudadano medio sufre una grave desinformación que desemboca inevitablemente en una fuerte crisis de identidad patria. Debido a la información contradictoria de los planes de educación en las diversas regiones de España, y a las encendidas arengas de algunos políticos oportunistas que escuchamos y leemos en los medios de comunicación, produce que en estos momentos una gran parte de los españoles tengan dudas sobre su historia y cuáles fueron sus orígenes, desarrollo y el futuro que espera a esta vieja piel de toro. Es por ello que siempre es bienvenido a nuestros ojos y a nuestras estanterías libros como el que ahora les traigo: Breve Historia de España I: Las Raíces, y Breve Historia de España II: El Camino Hacia la Modernidad, ambos escritos por el historiador Luis E. Íñigo Fernández, que nos hará sentar las bases con las que comprender la gran gesta en que ha consistido nuestra historia a lo largo de los siglos.

Explicar la Historia de España de manera sencilla no es fácil. En su devenir a través de los siglos hemos tenido nuestras luces y nuestras sombras. Páginas maravillosas y épicas se encaran con otras que debido a su crudeza, irracionalidad y dolor harían sonrojar al más purista en la materia. Pero aun así, la historia de esta península es gigantesca y emocionante, frenética como una novela, y llena de vericuetos que la hacen la preferida del la misma Clío. Así que por ello hay que felicitar al autor, por haber concentrado en estos dos ensayos las partes esenciales nuestra odisea colectiva, desde que España no era España hasta el fenecer del rey Carlos II (en el primer tomo), y los últimos tres siglos que abarcan desde el siglo de los proyectos, es decir el XVIII, hasta hoy mismo en la que España se encuentra en una grave crisis constitucional propiciada por los recientes movimientos independentistas de Cataluña (segundo tomo). Como se puede ver una aventura de lo más impresionante. Y todo ello contado de una forma sintética y didáctica que hará que el español medio y cualquier entendido en la materia pueda disfrutar de principio a fin.

Pero pasamos al primer libro. Breve Historia de España I: Las Raíces. La Península Ibérica atesora una de las historias de la humanidad más viejas del planeta. Tanto que incluso Luis E. Íñigo Fernández la remonta a, como bien nos informa él, cuando España todavía era un proyecto lejano sin nombre, es decir cuando no existía y estaban empezando a establecerse en élla sus primeros moradores a lo largo de su geografía como por ejemplo en Atapuerca. Nos asombraremos al ver cómo vivían y convivían neandertales y homos sapiens, su riqueza pictórica, como la de Altamira, y sus habilidades fabriles. Pasados los siglos, unas naves allende el Este llegaron a nuestras costas, a Cádiz más exactamente, y con ella se abre una nueva etapa. Eran los fenicios quienes traían la cultura y el comercio de oriente y quienes se encontraron con los habitantes y pueblos de Iberia los cuales comenzaron a engarzarse en una historia colectiva mediterránea. De igual manera, por otros medios y lugares griegos y celtas también llegaron y dejaron aquí su poso de civilización. Tiempo después  los herederos de aquellos peculiares comerciantes, los cartagineses, con generales tan famosos como Asdrúbal o Aníbal siguieron interesándose por esta zona del mundo y sus riquezas minerales lo que provocó de rebote que una nueva civilización emergente, la romana, chocara con ellos para su desgracia ya que al final fueron derrotados por ellos. Iberia pasaba a manos de un nuevo amo, Roma, y con ella traería una cultura que hoy día, queramos o no, sigue vigente en nuestro día a día. Su lengua, su logística e ingeniería se sigue usando. ¿Qué aportaron los romanos? Se preguntaron los Monty Python, y en nuestro caso podríamos decir que de todo, desde el derecho hasta la forma de escribir… infinidad de cosas que todavía les debemos agradecer.

Tras su caída en el 476, sus descendientes en Spania, es decir los hispanorromanos y los visigodos, siguieron ocupando este solar… hasta el 711 d. C cuando la invasión musulmana acabó con su mundo. Tras una rápida razia ocuparon casi toda la península menos una parte del Norte. Craso error, porque de ella nacerían los reinos cristianos que a lo largo de los siglos lucharían contra la media luna. En esta parte asistiremos al proceso de islamización y su posterior reconquista en donde cientos de gestas y reyes lucharan hasta la misma caída del reino de Granada en 1492. Los llamados Reyes Católicos asistirán a la caída del estandarte ismaelita e inauguraran un nuevo proceso en donde la expansión, en un principio será la clave inicial para configurar lo que llamamos el Imperio español, en la que unos valientes españoles llevaran nuestra cultura al continente americano y a distintos enclaves mundiales forjando la leyenda de que España era un imperio donde nunca se ponía el sol. Y al frente de este mito se encuentra la dinastía de los Austrias, desde Carlos I hasta el Rey Hechizado, Carlos II, que con sus luces y sombras supo deslumbrar al mundo con la fuerza de sus tercios, la brillantez de su pluma y el poderío del primer imperio mundial.



En el segundo libro, Breve Historia de España II: El Camino Hacia la Modernidad, el autor continúa esta odisea hispana desde el mismo siglo XVIII en el que una nueva dinastía toma las riendas del poder en España: los Borbones. Como bien he indicado antes, estos gobernantes traen una regeneración nunca vista en estos pagos, y un buen número de proyectos que poco a poco nos irán acercando a otros lugares de Europa. Reyes como Felipe V o Carlos III, éste plenamente ilustrado, influenciado por ministros italianos como Esquilache o profundamente inspirados por las ideas de más allá de nuestras fronteras como Floridablanca o Campomanes, darán una nueva dimensión a nuestros país, aunque cuando este avanzaba por el buen camino, a pesar de hacerlo tímidamente, nos sumergimos en la desdichada Guerra de la Independencia (1808-1814) en la que en cruentas guerras, muchas de ellas épicas, conseguimos nuestra independencia frente a la ocupación francesa de Napoleón. Pero lo que parecía un final salvador no lo fue tanto porque los españoles caímos de la sartén al fuego. Un nuevo rey Borbón, Fernando VII sumergió a España en una época absolutista y negra en la que muchos intelectuales tuvieron que emigrar por miedo a caer bajo el fuego de un pelotón de fusilamiento.

El siglo XIX también es llamado El Largo porque en aquellos cien años se sucedieron numerosos y vertiginosos episodios en toda Europa, y España no iba a ser menos: Tras la muerte de el rey Felón, la sucedió Isabel II y de su elección los españoles nos enfrentamos a la guerra civil carlista a la que seguirían otras dos más que sembraría nuestra tierra de sangre hermana. Tras la expulsión de esta soberana se suceden los eventos políticos a gran velocidad: el general Prim propicia el mini reinado de Amadeo de Saboya para, después, pasar a la I República tras su abdicación  y, a continuación, a ritmo de pronunciamiento (música de fondo esencial para comprender nuestro siglo decimonónico) sumergirnos en la llamada época de la Restauración en la que Alfonso XII, otro Borbón, vuelve a reinar. Y así nos adentramos en el siglo XX. El primer tercio estaría ocupado por el reinado del hijo del anterior, Alfonso XIII, en la que la dictadura de Primo de Rivera o los disgustos de la nefasta guerra del norte de África propician que con el tiempo el pueblo decida expulsarlo e instaurar la II República. El pueblo vuelve a tener el poder en sus manos, pero será de forma breve ya que en 1936 un general reaccionario llamado Francisco Franco propicia un golpe de estado y sumerge a la nación en su etapa más negra de la Historia contemporánea: la Guerra Civil (1936 – 1939). Para a continuación vivir en blanco y negro cuarenta años de Dictadura. Tras su muerte en 1975 España vuelve a vivir la experiencia democrática, con sus luces y con sus sombras, hasta el día de hoy en el que nos encontramos en una nueva encrucijada histórica.

A vuela pluma, estos son solamente algunos datos esenciales de nuestra Historia. Adobados o pegados a ellos hay cientos y miles de datos igualmente increíbles que vale la pena de leer y reflexionar pues de éstos son los que están forjadas las bases de lo que somos hoy en día. Estas dos Breve Historia, actualmente remasterizadas y actualizadas, a todo color (como debe ser) en una nueva edición, han de ser ejemplares que nos sirvan de pilares básicos para comprender lo que es España, la gran gesta que ha vivido, y compendio para comprender la Historia de un país que vale la pena vivir.

domingo, 7 de julio de 2019

MOMIAS - José Miguel Parra Ortiz



La muerte no es más que el portal a una nueva vida (La Momia, 1932)

Entrar en un museo arqueológico, en concreto en la sección egipcia, es penetrar en un mundo donde la Muerte ha quedado en suspenso. Es un logro que pocas civilizaciones de la Historia han conseguido: congelar el paso del Tiempo mediante una acción humana. Normalmente estas salas están tenuemente iluminadas, para darles mayor emotividad, y en ellas lo que más sorprende al visitante son unos cuerpos alargados, más conocidos como momias. Estas figuras resecas, fajadas en prietas vendas color ocre, parecen mantener un pulso con el Más Allá, resistiéndose a abandonarnos contra toda lógica pues con sus cientos de años ya deberían haberse diluido en polvo abocado al olvido. Entonces… ¿cuál es el milagro que ha permitido que estos cuerpos no se hayan convertido en mero tributo diario de la Dama de la Guadaña?

Para responder a esta pregunta, hemos de buscar la respuesta en el mismo nombre por el que hoy conocemos a estas reliquias. Empecemos diciendo que su título original era sah y que ya fue en época grecorromana cuando se las comenzó a llamar de manera distinta. Fue el polígrafo romano Plinio el Viejo quien primeramente dio a conocer a sus conciudadanos un producto exótico, líquido, grumoso y negro, recogido en la zona de Persia, muy parecido a nuestro betún, que los habitantes de la zona llamaban mumia. Tiempo después otros eruditos como Dioscorides o el árabe Avicena fueron quienes alabaron las peculiaridades de este producto como excelente para la salud y para atajar cualquier dolencia. Pronto se hizo famoso en Europa y empezó a importarse desde Persia y Egipto un número considerable de toneladas de mumia, pero cuando comenzó a escasear este líquido los avispados comerciantes principiaron a vender aquellos cuerpos amortajados (sah) pues sabían que estaban embadurnados de aquel betún. Fue en aquel momento cuando se les bautizó como Momias.

Actualmente existe un gran desconocimiento sobre el mundo de las momias entre el público profano en relación con cualquier tema egipcio. Es por ello que hoy en día aquellos recipientes de inmortalidad se hayan convertido en meros clichés de una civilización, junto con las pirámides y la perilla de los faraones (y si no vean el último video musical de Kate Perry “Black Horse”) o un divertimento de comedias baratas en donde las vendas son utilizadas como papel de water. Así pues, para evitar este desconocimiento les recomiendo la excelente obra del egiptólogo José Miguel Parra Ortiz Momias, editada por Crítica en 2010. Nada más abrir este ensayo nos encontramos con que estamos en buenas manos, y que nuestro cicerone particular es todo un experto en todo lo relacionado con el Antiguo Egipto. Nacido en Madrid en 1968, es doctor en Historia Antigua por la Universidad Complutense, y especialista en el Reino Antiguo, trabajando no solo de manera académica tras la mesa de un despacho, sino también en la misma Tierra de Faraones excavando en distintas tumbas. Entre sus obras destacan títulos como Los constructores de la grandes pirámides (1998), Cuentos egipcios (1998), Las pirámides. Historia, mito y realidad (2001); La vida amorosa en el antiguo Egipto (2001); Gentes del Nilo (2003); o por ejemplo Historia de Egipto. Sociedad, economía y política (2009).

En este ensayo nos explica cuál fue el origen de este ritual mortuorio basado en la triada vida/muerte/resurrección, y por qué los egipcios eligieron esta forma de enterramiento sobre otros existentes. Fue el calor y la sequedad del terreno lo que en verdad inclinó a estos Hijos del Nilo a sepultar a sus muertos de esta manera para que el ba (alma) y el ka (energía) del difunto llegaran en perfecta unión ante el trono de Osiris. José Miguel Parra Ortiz también nos habla sobre el proceso de momificación, la extracción de órganos para depositarlos en bellos vasos canopos, y como se desarrollaba todo el proceso en La Casa de la Muerte. Fajar el cadáver con prietas vendas y sellar los amuletos de vida con natrón no era solamente un ritual de ricos, sino que también los pobres se beneficiaban de ello. La cultura de la muerte impregnaba todos los estamentos. Este libro, Momias, nos enseña que este proceso es esencial para desentrañar y conocer en profundidad todo el mundo egipcio y su esencia más escondida. A través de un tono erudito, a la par que divulgativo, Parra Ortiz nos descubre las curiosidades que existen alrededor de las momias y recorre todo el Valle del Nilo para hablarnos sobre los enterramientos que se hacían en las pirámides, qué tipo de sepulturas había, si eran ricas o pobres, cómo la arqueología moderna aplicada a la investigación sobre las momias nos revela el tipo de enfermedades que existían y el modo de vida que había tenido el finado, o el apasionante mundo de los saqueadores de tumbas y como se jugaban el tipo por arrancar unos amuletos y joyas para dar de comer a sus familias.

Abrir las paginas de este libro, debido a lo ameno de su lectura, es como tener una conversación con un amigo, pues a cada momento te sorprende con información precisa y peculiar sobre el mundo de las momias, quitándole falsas leyendas al tema y aportando reveladoras historias sobre como estos millones de cuerpos vivieron y sobrevivieron a la caída de Egipto, cuáles fueron sus peripecias en la Edad Media, y como han sido descubiertas en la actualidad. Un paseo fascinante por la antesala del Más Allá que, en verdad, van a disfrutar de principio a fin.